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Los peligros de la estrategia de Sébastien Ogier en la Power Stage

Sin duda ha sido la polémica del fin de semana. Sébastien Ogier tuvo mucho tiempo durante el Rally de Suecia para urdir una estrategia que hasta ahora no se había utilizado en el Mundial. Sabedor de que en condiciones normales sólo aspiraba a llevarse el último punto de los 10 clasificados, el francés y su equipo estaban dispuestos a asumir ciertos riesgos para tratar de pelear por unos puntos de la Power Stage por los que, salvo milagro, no hubiera podido alcanzar debido al orden de pista.

¿Dónde está Ogier? Se repetían muchos atónitos al comprobar que el francés no salía en su posición al último tramo de la cita escandinava, incluso con su posición gps detenida, los organizadores del Rally de Suecia llegaron a comunicar su abandono. Finalmente apareció, 25 minutos después y justo tras los lideres, aunque en este caso el promotor no quiso que pudiera eclipsar la llegada de Thierry Neuville a meta y le obligó a salir incluso más atrás. La jugada les salía casi por completo bien, ya que Ogier e Ingrassia sólo podrían lograr el segundo mejor tiempo en mitad de unas precipitaciones de nieve que arreciaban mientras el belga descorchaba el champán en lo más alto del podio.

Después hacer que Elfyn Evans llegara tarde al control horario final, también penalizando más de cuatro minutos, el galo se llevaba cuatro puntos de la Power Stage y uno por el décimo puesto heredado de manos de su compañero. Limitando los daños en el que sin duda era uno de los peores fines de semanas de Sébastien Ogier en el campeonato al menos en lo que se refiere a estar lejos del ritmo por las circunstancias de los tramos.

En las primeras pasadas, la nieve recién caída le obligaba a crear la trazada durante el viernes, algo que le hizo acumular casi un minuto de desventaja. La hecatombe llegaba en los tramos de la tarde, cuando Ogier debía rehacer las trazadas dejadas por los coches históricos, algo que le hacía incluso perder más tiempo que en el bucle matinal. En la 12ª plaza al final del primer día, todo estaba perdido, obligado de nuevo a abrir pista junto a Henning Solberg durante el resto de días. Ogier y los de Malcolm Wilson convirtieron un punto en cinco, por lo que no se puede discutir la táctica realizada en lo que respecta a la lucha por el campeonato.

Las roderas son 20 centímetros más estrechas que mi coche. Hasta en línea recta tengo que pelearme para mantenerme en pista. Es horrible, en cada curva es imposible apoyar el coche y me pego con cada banco de nieve. Pongo las ruedas delanteras dentro de las roderas como todo el mundo, pero la trasera va 10 o 15 centímetros fuera de la rodera, completamente suelta.

¿El peligro? Ya lo decía el mismo lunes a través de redes sociales y muchos lo entendieron como un ataque contra Ogier. No, lo que hizo el pentacampeón y M-Sport puede ser o no discutible, pero se trataba de un movimiento completamente legal. El peligro viene ahora que el hueco en el reglamento ha quedado descubierto y puede utilizarse como estrategia también por el resto de los equipos alterando el desarrollo habitual de las pruebas mundialistas.

Podría resultar ridículo el encontrarnos a pilotos que han abandonado durante la jornada del sábado y que se reenganchan a través del Rally2 copiando lo realizado por Sébastien Ogier este pasado fin de semana. Competidores que ya no se juegan nada, a los que las penalizaciones de tiempo en la general no les van a cambiar el resultado y que estarían dispuestos a esperar el paso de los favoritos para salir a los tramos barridos por el resto.

Debemos recordar que, con el actual reglamento en la mano, los pilotos que se reenganchan después de retirarse el día anterior deben salir tras los pilotos prioritarios que sí han completado los tramos. Esto se repite tanto en la jornada del sábado como en la del domingo con una salvedad, la Power Stage, en la que los pilotos retirados salen al principio para respetar el formato ‘televisivo’ y no ver cómo pilotos que han abandonado puedan salir tras el líder de la prueba y a la postre ganador final del rally.

Los equipos oficiales cuentan en su mayoría con tres coches en todas las carreras, por lo que, llegado el momento, podemos encontrarnos con una estrategia agresiva en la que el tercero de los coches clasificados en la general de la prueba o un piloto sacrificado pueda hacer lo mismo para tratar de robar puntos en la Power Stage a los principales rivales del equipo por el título, algo que en parte desvirtuaría el campeonato y el equilibrio que hemos vivido hasta el momento.

Lo lógico sería el ver un ‘pacto entre caballeros’ para que esta situación no se vuelva a repetir, sin embargo, no estaría de más que Yves Matton, en su recién estrenado cargo al frente del departamento de rallyes de la FIA pueda valorar un cambio normativo que pueda evitar que se puedan dar situaciones que no beneficien a la imagen del campeonato. Opciones no faltan… desde castigos mayores por ser el último tramo del día al igual que sucede con la normativa de Rally2 o simplemente contabilizar esa penalización de tiempo en la Power Stage debido a que estamos hablando de un tramo especial, el cual tiene su propio valor individual más allá de sumar para el computo global de la carrera.

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