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Un mar de banderas azules y de doblados. Así fue la primera vuelta de la noche mágica de Fernando Alonso en Le Mans

Fue una noche para el recuerdo. Fernando Alonso conseguiría hacer de su relevo nocturno durante las 24 Horas de Le Mans la primera parte de una remontada que terminaría con el Toyota TS050 HYBRID LMP1 con el dorsal #8 consiguiendo para el fabricante nipón romper con una maldición que se había extendido durante demasiado tiempo. El ovetense se puso el traje de las mejores citas, esperó a que el mecánico le abrochara los cinturones, realizó de memoria las distintas conexiones y comenzó con el procedimiento de arranque habitual. Primero el motor eléctrico le llevó a recorrer unos metros del Pit Lane hasta que el propulsor térmico volvió a desperezarse, listo para atronar entre los arboles de La Sarthe.

A partir de ese momento comenzó un relevo espectacular. Era la 1:30 de la mañana y el bicampeón del mundo sabía que debía sacar partido a su capacidad de meter en temperatura los neumáticos rápidamente para tratar de entrar en carrera lo más rápido posible. En la OnBoard publicada por el canal oficial del WEC durante la pasada semana podemos apreciar precisamente eso, el ritmo con el que salió Alonso de boxes a pesar de que ya desde la primera vuelta rodó en mitad del denso tráfico de Le Mans. El único momento de descanso prácticamente era en cada frenada, cuando tocaba de poner en práctica el lift and coast para recuperar energía y salir al máximo en la aceleración aprovechando las prestaciones de los LMP1-H.

Los tiempos se mantuvieron por debajo de los 3 minutos y 20 segundos mientras que la diferencia, por encima de los dos minutos cuando Alonso comenzó a caer en picado hasta dejarla en apenas 40 segundos cuando le tocó a Kazuki Nakajima volver a sentarse en el TS050. Trabajo completado por parte de Fernando y ahora podemos ver con más detenimiento que no fue nada fácil. Esto apenas es una vuelta, imaginaros hacer así dos horas y media.

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