El Ford Focus es el coche más importante del momento. Acaba de ser presentado en Londres (ver artículo a fondo sobre el nuevo Ford Focus) y se construye sobre la nueva plataforma C2 para coches compactos del Grupo Ford. Es un producto clave para Ford a nivel global, y siguiendo la tendencia marcada en el lanzamiento del Ford Fiesta, el nuevo Focus se vende en varias versiones claramente diferenciadas. Además de las versiones estándar, tenemos a los Ford Focus ST-Line, a los Ford Focus Vignale – con aires premium – y los Ford Focus Active, en los que se centra este artículo.
Los Ford Focus Active son la versión hecha crossover del Ford Focus. No penséis en un Audi Q3 o un BMW X1, pensad en un Volvo V40 Cross Country. Es la versión de aspecto más aventurero y SUV de los Ford Focus. Aunque la carrocería mantiene el mismo aspecto del resto de la gama, hay varios detalles clave que lo diferencian. Por ejemplo, los pasos de rueda ahora están forrados de plástico oscuro. Las llantas también son diferentes, un modelo específico para las versiones Active – similar en diseño al que hemos visto en los Ford Ka+ Active y Ford Fiesta Active.
El paragolpes delantero es marcadamente diferente a de los otros Ford Focus. Prescinde de cualquier atisbo de cromados – detalle también visible en la calandra, oscurecida – y en su parte inferior se combina el plástico de color oscuro con una imitación de cubrecárter en acabado metálico. La nota de prensa no aclara si el cubrecárter es funcional, aunque todo apunta a que se trata de una moldura decorativa. El módulo de los antiniebla es exclusivo a esta versión. El mismo esquema se repite en las taloneras laterales y en el paragolpes trasero, por cuya parte inferior asoman dos colas de escape.
Les ha quedado muy logrado, si os soy sincero. En el interior del coche también existen cambios con respecto a otros Ford Focus. La tapicería es exclusiva de esta versión, con un tejido tipo denim para el respaldo de los asientos y ribeteado azul para los flancos del asiento, acabados en un material texturizado similar al cuero. En el respaldo se puede ver una «A», representativa de la versión Active. Su salpicadero también presume de molduras en color azul, que también encontramos en los paneles de las puertas. Su consola central, volante o instrumentación no varían.
La única mejora del Ford Focus Active a nivel de tren de rodaje es una suspensión ligeramente elevada, que aumenta en unos milímetros la altura libre al suelo. Es suficiente para que el coche pueda pasar con soltura por encima de algunos obstáculos que podemos encontrar en pistas o caminos. La gama de motores es la misma del resto de los Ford Focus: estará disponible con motores 1.0 EcoBoost de hasta 125 CV, motores 1.5 EcoBoost tricilíndricos de hasta 182 CV y motores diésel de hasta 150 CV, en todos los casos unidades de cuatro cilindros, con cilindradas de 1,5 litros y 2,0 litros.
Ford ha logrado en este Focus Active un producto completo, y sobretodo, bien diferenciado del resto de la gama. Con un buen márketing puede convertirse en uno de los modelos más exitosos de la familia Focus, un coche capaz de competir por sí mismo con los SUV y crossover más granados del segmento C. Además, rellena uno de los huecos más notorios en la gama de Ford, el existente entre los Ford Ecosport y Ford Kuga.