Corría el año 1997 cuando Mercedes decidió que debía competir en segmentos de mayor magnitud. Fue cuando lanzó al mercado la primera generación de su Clase A, un automóvil compacto que, en aquel entonces, tenía carrocería monovolumen. A pesar de unos problemas de estabilidad que lastraron su éxito, los alemanes desarrollaron una evolución con el mismo concepto, pero mejorado, que empezaron a comercializar en 2004. Siete y trece años más tarde, respectivamente, llegarían los W176 y W177 con forma de turismo convencional, pues eran más bajos y tenían el capó más alargado.
Volviendo a las dos ediciones originales del que fuese (y sigue siendo) el modelo más pequeño de la marca germana, el W169 de principios de siglo se vendió mucho mejor que su antecesor, aunque ya clásico, W168. Al fin y al cabo, fue un vehículo más grande y con un posicionamiento más alto en la mente del consumidor, una vez olvidados los fallos del que iniciase la andadura de los de Stuttgart en la categoría más popular de la industria en Europa y también en España.
Mercedes-Benz Clase A W169: probablemente, el alemán “premium” más práctico de la historia
El segundo Clase A, fabricado hasta 2011, es un producto usado excelente para quienes buscan espacio, fiabilidad, eficiencia y el emblema de la estrella por poco dinero. Con permiso del casi coetáneo Audi A2, infinitamente menos famoso, hablar del W169 es hablar del automóvil “de lujo” alemán más práctico de la historia. ¿Acaso se te ocurre algún otro que ofreciese mayor habitabilidad con un tamaño igual o inferior? A mí no.
Este coche, en ocasiones despreciado por los conductores más puristas e incluso por los fanáticos de Mercedes-Benz, medía 3,84 metros de longitud por 1,76 de anchura y 1,59 de altura, con una distancia entre ejes de 2,57. Sin embargo, tanto su cabina como su maletero eran enormes con relación a las dimensiones de su carrocería. De hecho, este fue el último propósito de la firma teutona con el Clase A de 2004: un familiar muy amplio pero económico y sencillo de aparcar.
Concretamente, el W169, en combinación de su variante de 5 puertas (también había una con 3) contaba, sin duda, con las mejores cotas interiores de su segmento, sobre todo en términos de libertad para las cabezas de los cinco posibles ocupantes y para las piernas de los posteriores. No por ello renunciaba a una capacidad de carga para el equipaje de 435 litros (excelente), ampliable a 1.995 si se abatían los respaldos de los asientos traseros. Además, equipaba un depósito de combustible con 54 l, lo cual era garantía de gran autonomía en un coche que, como verás a continuación, era frugal.
La oportunidad de conducir una estrella por menos dinero del que imaginas
El Clase A W169 podía configurarse con motores diésel y de gasolina con distintos niveles de potencia, asociados a transmisión manual o automática, pero siempre con tracción delantera (sin opción 4×4). Los alimentados mediante gasóleo, que hoy en día aún obtienen la etiqueta B de la DGT, iban de los 82 a los 140 CV, mientras que los de gasolina, “premiados” con el distintivo C, partían de 95 y llegaban a 193 CV. En el peor de los casos, el A 200 Turbo consumía una media de unos 8 l/100 km (se le llamaba así porque el resto, a excepción de los diésel, llevaban propulsores sin sobrealimentación).
A pesar de tener una pegatina medioambiental menos ventajosa, las versiones CDI a partir de 109 CV demostraban un gasto de combustible combinado y real inferior a los 6 l/100 km, pero con prestaciones más que aceptables. Son mi recomendación en el mercado de segunda mano si necesitas un vehículo polivalente y que te haga ahorrar dinero a la larga, ya que existen unidades de ocasión con acabado tope de gama (Avantgarde), menos de 150.000 km y en buen estado por 6.000 euros.
Fabricado en Rastatt (Alemania) con las calidades de todo un Mercedes de antaño y no poco equipamiento de serie, especialmente en materia de seguridad y confort, este W169 es un monovolumen utilitario que ha caído en el olvido, pero que puede seguir haciendo las delicias de quienes desean lucir una estrella en el capó con un mínimo desembolso y adquirir un producto racional.
Mercedes Clase A 
