El nuevo BMW M4 Competition Coupé 2021 es el arma definitiva, o al menos eso promete la sexta generación del icónico modelo germano. Con 510 CV de potencia y 650 Nm de par enviados únicamente al eje trasero (versiones X-Drive próximamente a la venta) este vehículo es el deportivo más salvaje de la gama BMW y su instrumento de precisión para circuito. Nuestra unidad de pruebas es un M4 amarillo… ¿qué más se puede pedir? ¡Empezamos!
El planteamiento de los nuevos BMW M3 y BMW M4 es evidente: son vehículos de circuito con un set-up totalmente configurable parámetro por parámetro, pero que pueden ser utilizados en el día a día con una carrocería práctica para un uso real. Si atendemos al primer M3 de 1985, la idea sigue siendo la misma aunque en aquel caso se quiso construir el vehículo de competición a partir del modelo de calle y a estas alturas los M3 y M4 están en los planes y en la mente de los ingenieros desde el minuto cero como la versión más extrema de los BMW Serie 3 y Serie 4.
Motor y prestaciones del BMW M3 y BMW M4
Aunque en otros mercados se comercializará una versión menos potente de 480 CV que puede llevar cambio manual como opción, en España disfrutaremos únicamente de la versión Competition, de 510 CV a 6.250 rpm, que obligatoriamente lleva cambio automático. Esta versión cuenta con un motor de 6 cilindros en línea, tres litros de cilindrada y alimentación con doble turbo en paralelo: un turbo alimenta los cilindros 1 al 3 y el otro mete presión del 4 al 6. Gracias a esta doble presión de soplado se alcanzan los 650 Nm de par máximo entre 2.750 y 5.500 rpm.
Con este motor único se ofrece, de momento, la propulsión trasera como única posibilidad, si bien a esta generación del M3 – M4 llegará en breve la tracción total X-Drive, una tracción total en la que es posible forzar la tracción trasera en diferentes grados para bailar de lado sobre la pista con total control.
En versión de propulsión pura, la que probaremos hoy, es posible hacer el 0-100 en 3,9 s y el 0-200 en 12,5 s, alcanzando una velocidad máxima autolimitada a 250 km/h, limitación que puede ser eliminada si marcamos el check en la opción del paquete M Race Track, totalmente recomendable si el coche va a pasar tiempo en circuito habitualmente.
Detalles especiales de los BMW M4 y BMW M3 respecto al resto de la gama
Los BMW M4 y M3 son tan especiales que prácticamente no comparten nada exactamente igual con el resto de la gama. Desde el chasis, que está aligerado y al mismo tiempo reforzado para conseguir una rigidez extrema, hasta el techo de carbono pasando por el cambio de defensas, deflectores, ensanchamiento de vías, rebaje de altura… todo es diferente en estas versiones tan especiales.
Los cambios no se quedan en el exterior, ya que por dentro están repletos de detalles que nos recuerdan que estamos ante vehículos totalmente especiales, desde el volante específico con sus botones «M1» y «M2», que nos dan acceso a dos set-ups memorizados al gusto del usuario, hasta la botonera central con todas las funciones de configuración, pasando por el cuadro de instrumentos con una estética digital específica.
En los BMW M3 y M4 podemos configurar la respuesta del motor, cambio de marchas, suspensiones, dirección, respuesta de frenos, sonido del escape y hasta 10 posiciones para el control de tracción, generando infinitos modos individuales… de ahí el sentido de los dos botones de memoria del volante, que se añaden a los modos por defecto del coche, que serían Carretera, Deportivo y Circuito.
El Paquete M Race Track que lleva nuestra unidad añade los siguientes elementos:
* Llantas 19” delante y 20” detras, aligeradas.
* Frenos carbonocerámicos
* Asientos backet de fibra de carbono regulables eléctricamente (no son totalmente rígidos) con reposacabezas desmontables para circular con casco.
* Levas del cambio, detalles en salpicadero, consola central y volante en carbono.
* Molduras interiores, entradas de aire, difusores y retrovisores exteriores en carbono
* Head-up Display
* Velocidad máxima deslimitada hasta 290 km/h
Como os decía al principio, si el coche va a pasar mucho tiempo en circuito, este paquete es altamente recomendable. Si lo vamos a usar en carretera, he de decir que los bakets son tremendamente incómodos para entrar y salir del coche y que, en viajes largos, también se puede resentir la espalda por tener demasiada rigidez el propio asiento y la suspensión del coche incluso en el modo más confortable. Aún así, son tan bonitos que casi vale la pena ponerlos sólo por la estética.
Lo que realmente importa: sensaciones al volante del BMW M4 Competition
Llegamos a la clave de la prueba, que son las sensaciones al volante del BMW M4. El anterior M4 era un coche bastante bruto en sus reacciones y te daba la sensación de que en todo momento estaba a punto de morderte, con un tren trasero muy vivo (tal vez demasiado para el común de los mortales, y desde luego para mí). Pues bien, este M4 es mucho más fácil de llevar muy rápido, siendo bastante más potente.
Lo primero que llama la atención del coche es la sensación de rigidez absoluta, como si el coche no llevara suspensiones y estuviese construído en una sola pieza. Desonozco la rigidez torsional del chasis, pero tiene que ser parecida a la de un puente de hormigón…
Esta sensación de deportivo puro se combina mágicamente con una dirección altamente informativa que podemos ajustar en dos niveles de dureza, pero que siempre nos da el tacto preciso del asfalto y del agarre, dotando al coche de una gran seguridad al volante y de ese ingrediente imprescindible para disfrutar a los mandos de un superdeportivo: la certeza.
El BMW M4 está permanentemente alerta, con una constante tensión en todos sus mandos, que responden de forma instantánea a la más mínima insinuación del conductor, tanto el acelerador como la dirección y el maravilloso freno, uno de esos frenos con muy poco desplazamiento del pedal que regula la intensidad a base de presión y no de recorrido, con una dulzura deliciosa y una potencia máxima endiablada.
En la experiencia no falta tampoco el sonido totalmente racing del motor, aunque es verdad que los filtros antipartículas y la bajada de cilindrada respecto a generaciones pasadas han enmudecido un poco el resultado: el mejor sonido de un BMW M3 sí se ha quedado en generaciones anteriores, pero creo que ninguno había tenido este nivel de respuesta con este nivel de precisión y diversión al volante. Es un coche maravilloso, el sueño de todo petrolhead hecho realidad.
Conclusiones
El BMW M4 Competition Coupé nos ha dejado un excelente sabor. La clave del coche está en ese nivel de alerta constante que combina tensión y precisión, para dar lugar a un deportivo de primer nivel mundial y comparable a las marcas de mayor renombre en automóviles de altas prestaciones como Porsche o Ferrari. Es una máquina exquisita de circuito que puedes matricular y usar día a día (si estás dispuesto a soportar una suspensiones francamente firmes), con carrocería, asientos y maletero para ocupantes reales en el mundo real.
Gracias, BMW, por crear esta maravilla, que bien podría ser el último de su especie: el anterior a la electrificación definitiva.