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El Renault Espace pone punto y final a la Renault que no tenía miedo a los experimentos

Hace apenas unos días, Renault nos presentó la última generación del Espace. El Espace nació a mediados de los años ochenta, y se disputa con el Chrysler Voyager el título del primer monovolumen de la historia. Pero la sexta generación del Renault Espace ya no es un monovolumen, ahora es un todocamino de 4,72 metros de longitud y siete plazas, cuyo nombre es el de un producto icónico de la marca. No obstante, lo que realmente me entristece es que el Renault Espace es el punto y final de la Renault que no tenía miedo a ser diferente.

Al escribir este artículo, no puedo evitar acordarme de un artículo que escribí en 2015 titulado «Malas noticias, el automóvil francés ha recuperado la cordura». En aquél artículo hablaba de la racionalización, o más bien, estandarización de los productos de las marcas francesas en general. Quizá causada por la globalización, por la intervención estatal o por el devenir del mercado, siendo una combinación de dichos factores los que terminaron con los últimos retazos de personalidad y locura en los fabricantes franceses.

1996 Renault Sport Spider 0

La primera Renault Espace no solo es un icono del diseño, estrenó un segmento hasta entonces inexistente. Es historia viva del automóvil.

Citroën siempre fue la «cabra loca» de las marcas francesas, y no hay más que pensar en coches recientes como el Citroën C6 o iconos como los Citroën 2CV y Citroën DS. Citroën renunció a señas de identidad como la suspensión hidroneumática en pos de la rentabilidad, y a día de hoy, tiene una gama de productos sensata en la que aun hay margen para cierta «excentricidad» – con muchas comillas. Sin embargo, siempre he pensado que ha sido Renault la marca que más se atrevió a hacer las cosas de forma diferente durante las últimas décadas.

Sin salir de los años noventa, llevó a cabo proyectos como el Renault Safrane Biturbo o el Renault Spider, y ya en pleno siglo XXI nos regaló coches tan estrambóticos como el Renault Avantime o el Renault Vel Satis. Todos ellos fueron fracasos comerciales, pero son recordados con mucho cariño. Tampoco conviene olvidarnos de coches como el Renault Wind, el Renault Twizy o la Renault Kangoo Be Bop. Al mismo tiempo, Renault abrazaba la deportividad, con una Renault Sport dedicada en cuerpo y alma a crear fantásticos utilitarios y compactos deportivos.

Renault Avantime 02

Renault ya no se atreve a lanzar productos rompedores. Ha decidido no salirse de la línea marcada por el mercado. Jugar sobre seguro.

Sin embargo, la presente década marca un rumbo muy diferente para Renault. Renault Sport ha muerto – sus últimos coletazos son el Renault Mégane RS Ultime, que muere sin descendencia – y el fantástico renacer de Alpine pronto perderá su A110, en pos de vehículos 100% eléctricos. La electrificación del sector es inevitable, al igual que lo es la búsqueda de rentabilidad y el mantenimiento de una empresa con futuro. Pero al mismo tiempo, las acertadas estrategias de gurús como Luca De Meo se han llevado por delante parte del savoir faire de Renault.

Y la prueba de ello es el Renault Espace. Como concepto, no tengo nada en contra de este SUV de siete plazas. Amplía la capacidad del Renault Austral de forma considerable, se fabrica en España, es híbrido y tiene todo el sentido del mundo en el actual contexto de mercado. Es un producto refinado y de calidad, y le auguro un buen éxito comercial. Sin embargo, no existe un ápice de originalidad o innovación en crear un «Austral largo» y ponerle el nombre Espace. No es lo que la Renault de hace unas décadas hubiera hecho.

La mayor parte de marcas están convirtiendo a sus iconos en SUV. En el fondo no podemos culparles: es lo que el mercado demanda, y es lo que paga las facturas.

Aquella Renault hubiera tratado de crear un vehículo de corte familiar diferente a todo lo existente en el mercado. Y le hubiera ido mejor o peor a nivel comercial, pero sería uno de esos productos que pasarían a los anales de la historia del automóvil. Incluso el Renault Espace de quinta generación, con tintes crossover, era una aproximación original a actualizar a los tiempos que corren el gran monovolumen de toda la vida. El nuevo Renault es un todocamino más, no un coche que recordaremos en unos años con nostalgia y cariño.

Antes de terminar quiero dejar claro que este artículo es un artículo de opinión, y no debe interpretarse como un ataque a Renault. Es una reflexión sobre el devenir del sector del automóvil, con cuyo rumbo actual podemos estar más o menos de acuerdo. Personalmente, seguiré echando de menos a la Renault que lanzó el Spider, el Espace original o el Avantime. Pero por desgracia, mucho me temo que aquel mundo pasó a mejor vida.

Renault Espace 2023 01

Renault Espace 2023 01

Vídeo destacado del Renault Espace

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Renault Espace 2023 01
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El Renault espace es un monovolúmen elevado, a medio camino de un SUV, disponible en carrocería de 5 puertas y puede disponer de 5 o 7 plazas

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