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Volvo afronta la hora de la verdad

Hoy hemos asistido a lo que, de alguna forma, bien podríamos definir como la culminación de un proyecto que se iniciaba hace siete años. Pese a la receta de la austeridad y de las plataformas compartidas, aquella Volvo en manos de Ford afrontaba pérdidas, que en última instancia llevarían al desenlace que las autoridades aceptaron en el verano de 2010, la venta de una de las marcas europeas con más solera a un fabricante chino. Este movimiento generó no poca desconfianza en aquel momento, dentro y fuera de Volvo. Pese a que desde China se prometía total independencia para Volvo, la incertidumbre podía palparse en el ambiente. Siete años después de aquella firma, el futuro de Volvo no puede ser más prometedor. La gama Volvo se ha renovado de arriba, hacia abajo, primero con un Volvo XC90 y los Volvo S90 y Volvo V90. Recientemente con el Volvo XC60. Y finalmente con un Volvo XC40 que, sin lugar a dudas, obligará a la marca a afrontar su reto más importante para plantar cara a las premium europeas, y especialmente al trío alemán, Audi, BMW y Mercedes-Benz.

El futuro de Volvo es prometedor. A día de hoy, y bajo el control – o, mejor dicho, el capital – chino, Volvo no solo ha conseguido ser una marca competitiva respecto a sus rivales, sino también una marca con personalidad. Probablemente una de las marcas con mayor personalidad del panorama europeo.

No solo tenemos a una marca que ha cuidado con mimo sus intangibles más preciados, como su reputación en el ámbito de la seguridad, con avances tecnológicos importantes. Volvo ha apostado por una imagen muy personal, con guiños a la tradición nórdica. Volvo ha invertido en importantes avances tecnológicos y ha apostado por una estrategia de motores que también ha buscado alejarse de algunos convencionalismos. Y, por último, Volvo se ha preocupado por conseguir que sus coches cumplan con creces con el cuidado y la calidad de materiales y acabados que se espera de un fabricante premium, hasta el punto en que algunos de sus rivales deberían sonrojarse.

Volvo ha conseguido evolucionar hasta erigirse como uno de los fabricantes con más personalidad de Europa, siendo fiel a sus principios

Pero todo esto, y por muy bonito que parezca, no hará que los próximos años sean un camino de rosas para Volvo, ni para su nuevo producto, el Volvo XC40. Volvo tiene por delante todo un reto, el de incrementar sus ventas hasta las 800.000 unidades para el año 2020. En 2025, esperan vender más de 1.000.000 de coches al año con alguna suerte de electrificación. Recordemos que para entonces toda la gama Volvo será híbrida y eléctrica.

En 2016 cerraron el año con más de 534.000 unidades, de las cuales más de la mitad se vendieron en la Europa occidental, incluyendo el 13% que se quedaron en casa, en Suecia. Para alcanzar estas cifras, y sus previsiones, el Volvo XC40 es un producto clave. Según IHS Markit (ver Automotive News) sus ventas mundiales podrían alcanzar las 125.000 unidades.

El dato: las gamas XC – sus todocamino – suponen más de la mitad de las ventas de Volvo en todo el mundo

El Volvo XC40 será, dentro de la gama SUV de Volvo, el producto más asequible, potencialmente el más vendido, y entrará en la categoría más demandada por los clientes en Europa. Dicho lo cual, hay otro dato que no debemos olvidar. Actualmente la mitad de las ventas de Volvo se corresponden con un producto de las gamas XC, de sus todocamino. Como curiosidad, sus gamas V, sus familiares, y el compacto V40, cubren un 34% de las ventas de Volvo. El resto, un 14%, se correspondería con las ventas de las gamas S.

Sin duda alguna, y con el Volvo XC40 recién presentado, ha llegado la hora de la verdad para Volvo.

Ver más imágenes del Volvo XC40 en la siguiente galería:

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