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El «tema mascarilla» es algo de lo que hemos hablado largo y tendido en Diariomotor con el objetivo de informarte cuándo debes usarla, cuándo no es obligatorio, así como las sanciones y consejos relativos a ella. De hecho, se ha convertido en un complemento u objeto tan indispensable para el día a día como nuestro smartphone, y es que debido a los actuales y numerosos nuevos casos detectados las diferentes comunidades autónomas, salvo Canarias y Madrid a día de hoy, han optado por hacer obligatorio su uso. Así pues, te contamos por qué deberías llevar guardadas siempre una mascarilla en el coche.
¿En qué situaciones es recomendable llevar una mascarilla de repuesto?
Podríamos decirte que siempre que vayas a usar el coche, aunque vayas a viajar solo y no tengas pensado salir de él, lleves contigo una mascarilla, ya que pueden darse ciertas situaciones en las que la necesitarás. Sin embargo, lo realmente recomendable es que guardes en él un par de mascarillas de repuesto, por el precio que tienen (menor de 1 € las quirúrgicas) no te supondrá nada y sí que te sacarán de un apuro o te librarán de una multa de 100 €.
Estas situaciones imprevistas a las que hacemos referencia son de lo más comunes, y algunas inevitables. Por ejemplo, si necesitas repostar tendrás que salir del coche y acudir al mostrador de la gasolinera a pagar. También cuando acudimos a un párking, autopista de peaje, servicio de comida para recoger en el coche o los ahora autocines de verano, que con tanta fuerza han vuelto: durante un breve periodo de tiempo bajamos nuestra ventanilla para pagar y recoger el producto, instantes en los que esa ventanilla no actúa a modo de «escudo protector» y existirá un riesgo de contagio.
Igualmente, ¿cuántas veces has ido por la calle y has visto a un conocido o amigo? En esas situaciones, en las que inocentemente nos detenemos junto a él y bajamos la ventanilla para charlar un rato, siempre estacionando debidamente y sin molestar a los demás usuarios de la vía, también es obligatorio usar la mascarilla, al igual que si por algún casual ese colega se monta con nosotros o íbamos a recogerlo. Por último, tampoco debes olvidar que aunque en tu comunidad autónoma no sea necesario utilizarla, puede que a la que región a donde te dirijas sí, y se te haya olvidado llevarla de casa.
¿Cómo debes guardar y conservar esa mascarilla?
Ahora bien, ya te hemos convencido de llevar siempre ese par de mascarillas de repuesto en el coche, pero ¿cómo debes guardarlas? Este es un apunte que ya tratamos hace algún tiempo, señalando que no deberías depositarla en la guantera, huecos portaobjetos o reposavasos sin más, ni mucho menos colgarla del retrovisor cual pareja de dados ochenteros.
Así, y siguiendo las recomendaciones de los expertos y la OMS, lo ideal es que la guardes en una bolsa o sobre de papel limpia, plegada longitudinalmente pero estirada, de forma que evites el contacto de la cara interior. Además, siempre que las vayas a utilizar intenta manipularlas desde los cordeles, evitando tocar tanto la cara interior como la exterior.
Por último, es conveniente que renueves esas mascarillas de repuesto, es decir, que cada cierto tiempo las pases a «usar de diario» y las sustituyas por otro par nuevo. Ello se debe a que pueden deteriorarse y perder su eficacia como consecuencia de condiciones extremas, como cuando dejamos el coche aparcado al sol estos días de verano.
¿Cuándo es obligatorio usar mascarilla y cuándo no? ¿Cuál es la sanción?
Finalmente, conviene recordar que cuando viajes acompañado por no convivientes en el coche, o en transporte pública, es obligatorio el uso de mascarilla. Tan solo existen seis situaciones en las que puedes no llevarla, como cuando viajas solo o acompañado por convivientes, posees algún tipo de enfermedad cuyo uso sea perjudicial o por causas de fuerza mayor. Las otras dos exenciones son para los menores de seis años o los motoristas con casco integral.
Así pues, la sanción por contravenir la normativa al respecto está tipificada como leve y conlleva 100 € de multa. Igualmente, mientras conduces debes asegurar que el uso de la mascarilla no presenta dificultades en cuanto a movimiento o visión (por ejemplo, se empañan las gafas), ya que según el Reglamento General de Circulación el conductor debe «mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción», de lo contrario sería sancionado.
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