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¿Soñabas con un turbo eléctrico? Audi los adoptará en sus V6 TDI

La idea de ver motores sobrealimentados mediante turbocompresores eléctricos podría ser una realidad dentro de muy poco tiempo. Con la reciente presentación de la nueva generación del propulsor 3.0 V6 TDI, Audi ha dado a conocer como los primeros prototipos de este motor fueron diseñados con la sobrealimentación eléctrica entre algunas de las mejoras introducidas para reducir los consumos. Su llegada al mercado está muy cercana, siendo esta nueva generación de motores la encargada de convertirse en pionera dentro de los motores diésel.

Un nuevo gran paso en los sistemas de sobrealimentación

La principal ventaja de un turbo eléctrico reside en su total independencia de la carga del motor

Tras encontrar en la segunda generación de las mecánicas 3.0 V6 TDI un rango de potencias de 204 a 313 CV, Audi ha presentado la tercera generación de este diseño con un escalón de potencia máxima de 272 CV y una mejora en eficiencia de hasta el 13% según variante. Esto viene a significar que el especial interés por mejorar la eficiencia todavía cuenta con margen suficiente como para superar las cifras de la denominación BiTDI que alcanzó los 313 CV ya mencionados.

La respuesta a este necesario relevo no es otra que la revisión completa del sistema de sobrealimentación. Este rediseño partiría de un único turbocompresor de gran tamaño y geometría variable, que funcionaría junto a un compresor eléctrico encargado de sustituir a la turbina de pequeño tamaño y baja inercia encargada de paliar el déficit de soplado a bajas vueltas hasta el momento. El diseño de ambas turbinas en disposición en serie se mantendría, por lo que los seis cilindros seguirían alimentándose a través de un único canal.

Las ventajas de la instalación de un sobrealimentador eléctrico residen en su total independencia de los gases de escape, un hecho que permite que los valores de presión generados puedan adecuarse a cualquier régimen y carga. Al mismo tiempo se reduce la complejidad de este sistema al eliminar el estrés generado por las altas temperaturas de trabajo y se consigue optimizar la evacuación de los gases de escape.

Aún así, los inconvenientes existen, y es que la dependencia de la energía eléctrica necesita de tensiones de trabajo de 48 voltios como mínimo, lo cual hasta no hace mucho tiempo parecía una barrera insalvable.

Audi está dispuesta a llevar los turbos eléctricos al mercado, habiendo estudiado ya la idea de aplicar una idea similar de sobrealimentación eléctrica en competición. El futuro de la sobrealimentación discurre por la adopción de impulsión eléctrica, lo cual promete importantes mejoras en consumo y rendimiento.

Fuente: SAE | Audi
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