Una mañana te puedes despertar y al ir a montar tu fantástico Bmw te encuentras alguna sorpresa. Seguramente, será el momento de sacar a flote tu arameo y los más fantásticos improperios que has aprendido desde la niñez.
Después de tal exhibición de lenguaje y gestos corporales, cabría pararse a pensar si has olvidado pagar alguna antigua deuda o se te ha escurrido algún aniversario.
Finalmente, también me plantearía cómo no arruinarme en el intento de reconvertir esta mezcla exótica de pintura en mi antaño precioso M3.
Más fotos del desastre en el interior.
Vía: Un blog que nunca cita sus fuentes y al que nosotros tampoco vamos a citar.