Audi e-Tron II en el Salón de Madrid

Uno de los automóviles más bestias y llamativos que se pudieron ver en el Salón de Madrid, al menos en el recinto acotado de la muestra, fue el segundo prototipo Audi e-Tron. Es lo que sucede cuando un evento así se centra en los vehículos ecológicos, eléctricos y de combustibles alternativos. Sea como fuere aquí tenemos al rey del stand de Audi, el segundo prototipo de esta novedosa saga de eléctricos.

Viendo en directo y con detalle el nuevo Audi e-Tron II, lejos del supuesto interés de Audi por fabricar un superdeportivo eléctrico, lo que más me llamó la atención fue el hecho de que Audi se esté planteando desarrollar un pequeño deportivo de altos vuelos por debajo del Audi R8. Está claro que el diseñador que sostenga la plumilla de la que salgan los trazos de ese hipotético automóvil debería tomar como base la silueta de esta impresionante máquina.

Audi e-Tron II

Su diseño es el de un pequeño deportivo biplaza de la vieja escuela, siendo extremadamente bajo y muy corto (incluso más que un Audi TT). Con esas líneas sencillas y bien perfiladas, en directo cautiva al espectador, quizás dentro de ese minimalismo y en esa silueta tan convencional lo que más desentone sea ese frontal extremadamente agresivo o esas llantas multiradio de 19” tras las que se intuyen unos discos cerámicos de dimensiones Super-XXL.

Con un voladizo corto su trasera podría ser el lugar idóneo para alojar un buen TSI, pero dada su condición de prototipo y eléctrico, las baterías, motores y el resto de elementos imprescindibles en una mecánica eléctrica se han distribuido por todo él para conseguir la distribución ideal de pesos, el deseado 40:60.

Para Audi sería jugársela demasiado lanzar un deportivo eléctrico, me imagino que de momento no sería ni necesario analizar la viabilidad de un proyecto de este calibre. Por lo tanto, descartado que este e-Tron llegue a los concesionarios a corto y medio plazo, ¿llegará el esperado Audi R4? ¿se parecerá al segundo e-Tron? Nosotros mientras tanto seguiremos soñando con ver algo así por las calles, y qué demonios, también con tener la oportunidad de disfrutar de su conducción.