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Los impuestos al combustible crecerán en torno a 5 céntimos

La crisis en España afecta a todos por igual, pero sin duda uno de los sectores con los que más se está cebando es el del tráfico rodado y la automoción. Tras la escalada de precios de los hidrocarburos de comienzos de año el consumidor disfrutaba de un pequeño respiro con la bajada de las últimas semanas. Aún así la situación lejos de estabilizarse podría empeorar aún más con una previsible subida de gasóleo y gasolina en torno a los 5 céntimos por litro de combustible.

El aumento de la tasa impositiva que anuncia el Gobierno viene dirigido por la propia Comisión Europea quien pretende aumentar la tasa impositiva en hasta 7 céntimos para solventar el déficit tarifario existente actualmente. El déficit se debe a un desajuste entre los precios que soportamos los consumidores y el precio del producto con el que trabajan las petroleras, que en los últimos años se ha traducido en una deuda para el Estado de 24.000 millones de euros.

El Gobierno de Mariano Rajoy plantea una subida de 5.3 céntimos para el litro de gasóleo y 4.6 céntimos para el litro de gasolina, un 2.3% y un 2.9% respectivamente.

Precio gasóleo

Parece inevitable una nueva subida de los impuestos con que están gravados los hidrocarburos. De momento esa es la única solución que se ha planteado para solventar un importante problema de deuda pública.

La realidad del déficit tarifario es que mientras otros sectores han sabido compensar la regulación estatal de las tarifas energéticas con la implantación de las energías renovables, el sector del hidrocarburo sigue multiplicando la deuda pública sin que parezca posible otra solución que el aumento de los impuestos. La petición de la Comisión Europea de aproximar la tasa impositiva del combustible en España a la de otros países de la Unión, en los que se pagan tasas incluso mayores, viene de lejos. Agravio comparativo o no, parece que como siempre el mayor perjudicado en cualquier caso será el consumidor final (y no sólo los conductores, pues el aumento de los hidrocarburos redunda en un mayor coste de los servicios y los bienes de consumo).

Una explicación sencilla del problema del déficit tarifario. El Gobierno ajusta el precio del hidrocarburo para permitir el avance de nuestra industria y precios razonables para los consumidores, pero a la vez tiene que compensar a los proveedores energéticos liberalizados para que mantengan sus beneficios. El resultado es un endeudamiento del Estado y al final un aumento de las tarifas para solucionarlo, con el perjuicio final del consumidor.

A esta subida habría que añadir el previsible aumento del IVA. Si tenemos en cuenta las subidas impositivas que se han producido desde 2008, los impuestos con que están gravados los hidrocarburos habrían aumentado un 18%, en el caso de la gasolina, y un 20%, en el caso del diésel.

Un buen momento para pensar en comprar vehículos más ahorradores, poner en práctica técnicas de conducción eficiente o conocer por qué existe una diferencia tan importante entre el precio del combustible de las gasolineras y los hipermercados, ¿no crees?

Fuente: El Economista
Fotografías: BP | Repsol
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