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Chevrolet Corvette GS, a prueba (III). Interior soso para un vehículo que entusiasma

Coupé o cabrio… o ambos al mismo tiempo Un gran punto a favor es el techo, que se puede desmontar al estilo targa y guardar en el maletero. Puedes disfrutar de un cupé o un descapotable cuando desees y, como el sonido es feroz, no te quedará más remedio que ir buscando un túnel tras otro… Te cautiva por lo épico que es conducir disfrutando del sonido del motor y los escapes en toda su plenitud, mientras retumba entre las colinas cercanas y saboreas el viento. Desmontar el techo en una bonita carretera de montaña proporciona una sensación espléndida.

El procedimiento para descapotarlo es sencillo, aunque lo mejor es realizarlo acompañado de otra persona. Una vez fuera, el techo puede guardarse en el maletero y fijarse ahí, para que no se desplace cuando el Corvette esté en marcha… eso sí, en ese caso olvídate de llevar equipaje, no quedará sitio.

El techo se puede eliminar al estilo targa

La transmisión automática, la gran desaprovechada

Como os comentamos ayer, la transmisión de seis relaciones cuenta con una configuración excesivamente conservadora y aburrida. En el modo automático “no deportivo” tarda un año, más o menos, en efectuar un cambio de marcha. O quizás dos. Bromas aparte, cuenta con un modo deportivo, que no aumenta la alegría general del motor pero, al menos, reduce bastante la marcha seleccionada al pisar a tabla el pedal del gas.

Para colmo, la solución de usar pulsadores en el volante, en lugar de levas, fue un error garrafal. Cuando Porsche los introdujo en sus cambios PDK fueron criticados hasta la saciedad porque consiguen volver loco a cualquiera. Su uso no resulta intuitivo y te equivocas con facilidad. Al pulsar hacia adelante cualquiera de las dos levas sube de marcha y viceversa cuando tiramos de las levas hacia nosotros. Sin embargo, es muy fácil tirar de la leva derecha hacia nosotros pidiendo una marcha más – como en un vehículo con levas de accionamiento normal – y quedarnos sin potencia en el corte para, por ejemplo, efectuar un adelantamiento. Miserables, no se me ocurre otra palabra.

Total… esos pulsadores, unidos a la lentitud de la caja de cambios, me pone de los nervios. Así que la mejor opción es, sin duda, optar por la caja manual.

Interior, calidad yankee

Nos dejamos caer en el asiento del conductor, desahogado, pero que agarra con firmeza. Vas sentado muy atrás, dejando el inmenso V8 enfrente tuya, y con un ancho intimidador de 1.85 metros que tiende a llamar la atención entre el tráfico urbano. Es algo así como un Mercedes SLS AMG a la americana. En su interior encuentro acabados menos refinados y lujosos que los deportivos europeos, véase Audi R8, Porsche 911 o BMW M3.

En cierto modo, no hace justicia al mismo, ni acompaña con su diseño exterior. Por un lado vas sentado en una posición de conducción muy alta junto a un sistema de navegación y audio ridículamente antiguo, de la década de los noventa. Además, se le puede reprochar la cantidad de plásticos de mala calidad que envuelven su interior pero que, afortunadamente, quedan ligeramente disimulados en nuestra unidad de pruebas que disponía del paquete opcional con revestimiento en piel del salpicadero, el panel de instrumentos y las puertas.

Tiene dos peculiaridades que nunca había visto. Por un lado es muy curioso que el volante no está centrado con el conductor, algo que no verás en muchos coches actualmente. Por otro, las puertas no se abren con un tirador, sino con un botón de funcionamiento eléctrico. Por si se rompiese o dejase de funcionar el sistema eléctrico, existe una palanca mecánica de seguridad para abrir las puertas.

De serie, el equipamiento sí que está a la altura, con un sistema audio Bose con nueve altavoces, asientos de cuero con regulación eléctrica o un Head-up-Display, también de serie, que proyecta la información relativa a velocidad, revoluciones del motor, emisora de radio o fuerzas G, en el cristal, frente al conductor. Eso sí, echamos en falta un sistema de ayuda de aparcamiento ya que, por las peculiares dimensiones del morro y de la zaga, nos ayudarían bastante a acotar sus medidas. La visibilidad es buena, pero no se sabe exactamente dónde acaban culo y capó.

Uno de los fallos más severos que he encontrado en el Corvette es la configuración del maletero que, si bien resulta bastante competente y es ancho y largo, es preocupante que no tenga separación física con el habitáculo o, al menos, elementos de sujeción. En una frenada brusca nos podemos encontrar con las bolsas de la compra en el habitáculo. Hechos reales.

Autovía y ciudad

En autovía, el motor se mantiene en unas escasas 1,700 rpm. Esto se traduce en mayor confort para afrontar largos viajes y, como no, en un consumo bastante contenido para lo que preveía de un americano con motor de V8 de 6.2 litros. A esto ayuda su coeficiente aerodinámico reducido, de tan sólo 0.28. En estas condiciones el gasto de combustible no es muy alto, en torno a 9 ó 10 litros/100 km (pudiendo subir a 13 l/100 km en ciudad o no tener techo en conducción deportiva).

Adelantas sin problemas a todos y además no te da la sensación de ir muy rápido. El buen aislamiento acústico, unido a la poca algarabía del motor en viajes en autovía da la impresión de que vamos circulando lentamente, cuando no es así y sobrepasas inconscientemente los límites establecidos… Te sientes bien conduciéndolo. En cambio, cuando el asfalto está picado hay mucho ruido de rodadura filtrado al habitáculo, algo inevitable por las medidas de los neumáticos.

La conducción en ciudad es muy suave, ¡resultando hasta confortable! Sales en segunda y rápidamente sube hasta sexta… sin tirones producidos por el motor, aunque algo angustiosa por la poca visión que hay para atrás y por su amplio radio de giro, que te exige mucho espacio para maniobrar o aparcar… Además el splitter roza en los desniveles de acceso a garajes con facilidad.

Lo mejor

  • Comportamiento deportivo.
  • Precio.
  • Diseño exterior.
  • Motor

    A mejorar

  • Sistema de navegación y radio.
  • Cuidado de los detalles.
  • Cambio de marchas automático con pulsadores.
  • Separación del maletero

Ficha técnica Chevrolet Corvette Grand Sport

Motor: gasolina, 8 cilindros en uve y 6.2 litros.
Cilindrada real: 6.162 cc
Caja de cambios: automático 6 velocidades con pulsadores en el volante.
Potencia: 437 CV
Par máximo: 575 Nm a 4600 rpm
Aceleración (0 a 100 km/h): 4,7 segundos
Velocidad máxima: 300 km/h
Tracción: trasera
Peso: 1,519 kg
Consumos oficiales: Mixto: 12.6 l/100 km, Urbano: 19 l/100 km, Extraurbano: 8.9 l/100 km
Emisiones de CO2: 293 g/km
Precio (sin extras): desde 87.541 euros


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Vídeo destacado del Corvette

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