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Un libro sobre el "Voiture Minimum" de Le Corbusier

Charles Edouard Jeanneret “Le Corbusier”, quizá el arquitecto más influyente del siglo XX, fue algo más que un aficionado a los coches y propietario de varios Voisin. En sus provocadores manifiestos convirtió al automóvil en ejemplo de una evolución técnica que debía llegar urgentemente a la arquitectura y especialmente a la construcción de viviendas. Le Corbusier concebía la vivienda como la “máquina de habitar”, y las ciudades como un mecanismo de precisión en el que el transporte veloz y la movilidad eran signo de modernidad y éxito. Por eso no es extraño que en los años 30 se lanzase a diseñar su propio coche, el engranaje que hacía funcionar la máquina de la nueva ciudad. Su proyecto, casi desconocido, era tan técnico y ambicioso que él mismo insinuó que había sido el inspirador del Volkswagen y el 2 CV. La historia de Le Corbusier y su “Voiture Minimum” que el arquitecto Antonio Amado publicó en inglés en el MIT en 2011, se edita ahora por fin en castellano por el CSIC y se presentó el pasado jueves en Madrid.

El “Voiture Minimum”, un viaje en coche al origen del mundo moderno

¿Inspiró Le Corbusier el diseño del Volkswagen y del Citroën 2CV? El esbozo de un coche hecho a mano alzada por el él mismo acompañado de la fecha “1928” ha sido la fuente que durante décadas ha avalado una especulación tan trascendental como ésta. Una especulación que encaja en la leyenda de un arquitecto que en 1919 había introducido la idea de la vivienda como “máquina de habitar” y cuyas ideas sobre las ciudades han conformado la espina dorsal las urbes durante medio siglo.

Le Corbusier tuvo al automóvil como inspiración para su concepto de arquitectura, hasta el punto de llamar a la vivienda “Máquina de habitar”

“Voiture Minimum. Le Corbusier y el automóvil”, pivota en torno al boceto del coche hecho por el arquitecto para desarrollar un relato que va mucho más allá de la cuestión sobre una fecha. En él se aborda la intensa relación de Le Corbusier con el mundo del automóvil, que va más allá de ser un mero acompañante a las fotos promocionales de sus edificios. La integración del automóvil dentro de su idea de arquitectura y urbanismo le llevó a estar muy al tanto de las novedades técnicas de la época y, sobre todo, a prever cómo podían cambiar la forma de vivir las ciudades en el futuro. Por eso el libro dedica también un apartado a la revolución técnica en el automóvil en las décadas de 1920 y 1930 y lo pone en contexto con la evolución de la arquitectura en ese tiempo, en el que Le Corbusier construyó edificios revolucionarios como la villa Weissenhof (1927) o planteó su idea del urbanismo en tratados como “La ciudad del futuro” (1924). Por último, y para quienes tengan curiosidad en la solución al misterio, Antonio Amado ofrece una documentada explicación al asunto de la fecha del “Voiture Minimum”.

Le Corbusier y el “coche del pueblo”


Un coche pequeño pero capaz de transportar a cuatro personas, y algo de equipaje; ligero, eficiente, cómodo, fácil de conducir y rápido de fabricar. Parece la descripción de un coche urbano que se vaya a presentar en el Salón de Paris la semana que viene, pero son en realidad las premisas con las que, en torno a 1930, ingenieros de toda Europa trabajaban para reinventar el automóvil. Que Le Corbusier esbozase en aquellos momentos las líneas maestras de un “coche popular” no es casualidad. No se trataba de conseguir un coche barato y sencillo, el concepto que encarnó el recién retirado Ford T desde 1907. Se trataba más bien de replantearse la propia idea de coche, dejando atrás la etapa de “motorizar carruajes” para crear un producto nuevo e integrado que poder fabricar en grandes cantidades y a precios asequibles.

“Le Corbusier afirmaba haber diseñado su “Voiture Minimum” en 1928 y no en 1936. El coche compartía los modernos planteamientos del Volkswagen de 1934

De aquella investigación, y el trabajo de los Jaray, Ganz, Porsche o Lefebvre, surgieron dos iconos del siglo XX, el Volkswagen y el 2 CV, cuyos primeros bocetos datan de 1934 y 1936 respectivamente, pero cuyas ideas centrales estaban en el imaginario de los técnicos desde varios años antes.

Del “Voiture Minimum” no hay rastro hasta que, en 1936 Le Corbusier y su primo Pierre Jeanneret presentaron el boceto a un concurso de la Sociedad de Ingenieros del Automóvil de París, afirmando que era una idea que habían tenido en 1928. Según la investigación de Amado, no existe un sólo documento que avale esta fecha tan temprana de modo que el “Voiture Minimum” sería posterior al Volkswagen por varios años. Pero más importante que la fecha es el empeño que en la década de 1930 existía entre los técnicos por convertir el automóvil en algo decididamente moderno, y que ese ambiente de efervescencia técnica atrajese también a un arquitecto tan importante como Le Corbusier. Por eso el “Voiture Minimum” participaba de las ideas principales de esa revolución de la automoción: integración de mecánica y habitáculo, forma aerodinámica, optimización del espacio interior, eficiencia, comodidad, economía de mantenimiento… en aquellos años en Europa se cocinaba el “automóvil moderno”, el libro de Antonio Amado aborda la posición del famoso arquitecto ante un proceso tan trascendental.

El “Voiture Minimum”, hoy

Casi 80 años después ¿Cual sería hoy en día el enfoque para un “Voiture Minimum” o un nuevo “Coche del pueblo”? El mundo desarrollado ha cambiado mucho y las radicales necesidades de movilidad que llevaron a Lefebvre a concebir el 2CV como “un paraguas con cuatro ruedas” ya no tienen sentido en el mundo ultra-urbanizado del presente y futuro próximo. Sin embargo la industria del automóvil se mantiene fiel a una inercia y una lógica económica que hace casi imposible la aparición de conceptos verdaderamente revolucionarios en su planteamiento técnico o industrial.

¿Será el “Voiture Minimum” un dos plazas urbano de menos de 3 metros y máxima eficiencia? ¿Quizá un coche muy sencillo mecánicamente pero superdotado en conectividad con la ciudad?…

El Smart, el Renault Twizy o el Toyota iQ no dejan de ser meras anécdotas, mientras que la apuesta por la sencillez y economía suele quedarse en las alternativas “low cost” con nula innovación técnica.

En cambio existe una enorme parte del mundo (China, India y parte de Africa) en la que “motorización” todavía es un concepto por venir, y en el que tendrían sentido planteamientos ambiciosos. ¿Será el “Voiture Minimum” un dos plazas urbano de menos de 3 metros y máxima eficiencia? ¿Quizá un coche muy sencillo mecánicamente pero superdotado en conectividad con la ciudad? ¿O un “coche para todo” con un coste de uso mínimo que permita cumplir la función social de “movilizar” a los ciudadanos?… Quizá hoy en día, como en los años 30, aún tenga sentido planteárselo todo hasta los cimientos. La historia del “Voiture Minimum” de Antonio Amado puede ser una buena inspiración por la que comenzar.

Fuente: “Voiture Minimum. Le Corbusier y el automóvil”, CSIC, 2014
Fotos: CSIC
En Diariomotor: El difícil camino del retorno del 2 CV

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