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Los 7 coches más elegantes (y peculiares) de James Bond

Hay muchas cosas que pueden gustarte de 007, por las que soñarías ser James Bond. Su elegancia, las bellezas que siempre están a su alrededor, su licencia para tomarse un vermú varias horas antes del aperitivo sin parecer un alcohólico y, seguro que sí, sus coches. Sobre todo sus coches. Si hay algo que Ian Flemming siempre tuvo claro era que su agente secreto debía moverse en deportivos y grandes turismos con tanto estilo como el personaje, y los actores que finalmente acabarían interpretando este papel en la gran pantalla. Deportivos con estilo, mucho estilo. De ahí que, coincidiendo con el estreno de la nueva entrega, hayamos decidido recopilar algunos de los deportivos más bellos, más elegantes y peculiares, que ha conducido James Bond.

1. Aston Martin DB5. Sin lugar a dudas es mi favorito. Estaréis conmigo en que James Bond ha conducido pocos deportivos tan elegantes como este DB5, aunque la elección para acompañar a Sean Connery no estuviera prevista originalmente en la novela de Ian Fleming. En cualquier caso, desde prácticamente sus inicios, James Bond ya estuvo asociado a Aston Martin. Fleming no había escogido un DB5 para su personaje, pero sí un Mark III. La elección del DB5 para el film no fue otra que la de aprovechar que este modelo acababa de ser lanzado. El DB5 acabaría convirtiéndose en un cameo recurrente en las diferentes entregas de cine de James Bond.

¿Sabías que el DB5 utilizado en Goldfinger se subastó por 4 millones de euros? Más información en este artículo.

2. Lotus Esprit Turbo. No contento con un primer Lotus blanco, que quedaría destrozado por un dispositivo explosivo, James Bond tendría la oportunidad de conducir una versión completamente reconstruida, y en rojo, de aquel Esprit Turbo. Es uno de los más espectaculares, y llamativos, por su sistema para portar los esquíes que necesitaría en su misión en una estación de esquí italiana.

Pero aún hay más. James Bond también tuvo ocasión de conducir un Lotus Esprit S1 ¡submarino! que incluso en Top Gear tuvieron la ocasión de probar.

3. BMW Z8. En los años en que Pierce Brosnan interpretó a James Bond, la saga de cine acogería con los brazos abiertos a las últimas máquinas de BMW. Todo comenzó con un modesto BMW Z3, que generó tanta expectación e interés que tras el estreno de la película Golden Eye – cuando apenas acababa de presentarse el Z3 – hizo que se agotasen todas las unidades previstas para el año siguiente. James Bond también tuvo ocasión de conducir un BMW 750iL en Tomorrow Never Dies, así como el Z8 que nos ocupa, el protagonsita de The World Is Not Enough.

El BMW Z8, una obra de arte que estaba llamada a sustituir al clásico BMW 507 – palabras mayores – fue obra de Henrik Fisker, contaba con un motor de ocho cilindros y gozaría de una tirada superior a 5.000 unidades.

4. Aston Martin V8 Vantage. Es posible que le sucediera lo mismo tanto a la película, como al coche en cuestión, pero ni The Living Daylights con Timothy Dalton interpretando a 007, ni el V8 Vantage, serán los más recordados de la saga James Bond y de la historia de Aston Martin. El V8 Vantage tuvo su aparición por partida doble, tanto en sus versiones coupé como Volante.

5. Ford Mustang Mach 1. ¿Qué mejor coche para poner a dos ruedas en Las Vegas, y escapando de la policía, que un Ford Mustang Mach I naranja? Sucedió en Diamonds Are Forever.

6. Citroën 2CV. Cuando la situación así lo requería, James Bond también tuvo que enfrentarse a conducir coches que probablemente fueran menos elegantes, y rápidos, pero no menos pintorescos. El mejor ejemplo lo tenemos en un 2CV amarillo que en la ficción le servía a Roger Moore para escapar en los alrededores de Madrid (en realidad se grabó en Grecia). Citroën aprovechó la ocasión incluso para lanzar una edición limitada del 2CV, con pintura amarilla, como el de la película, enormes adhesivos de 007 y falsas marcas de agujeros de bala.

7. Aston Martin V12 Vanquish / DBS / DB10. En los últimos años, los protagonistas han seguido siendo los Aston Martin. El Vanquish, el DBS, y más recientemente, para el estreno de esta semana, Spectre, el Aston Martin DB10. Tal es la importancia de aparecer en una entrega de 007 que Aston Martin llegó a producir un prototipo a la medida de su agente secreto favorito, del que tan solo se construirían diez unidades (todas ellas destinadas al rodaje de la película).

Extra: Aston Martin DB2/4 Mark I. En este top no podía faltar un gran turismo que, si bien es cierto no aparecía en la saga James Bond, bien podría ser considerado el auténtico coche de 007. ¿Y a qué se debe esta extraña afirmación? El año pasado conocíamos una historia muy interesante acerca de Ian Fleming, y acerca de este Aston, que bien pudo ser uno de los más influyentes de la historia del cine. Según parece, este DB2/4 pertenecía a un vecino de Ian Fleming, que además de ser director del MI5 – el servicio secreto de Su Majestad – estaba equipado con algunos gadgets reales que en su día fueron utilizados en las misiones de agente secreto de este hombre. Gadgets como escondrijos, defensas de acero reforzadas, o incluso un compartimento para guardar su Colt.

Dicen que Ian Fleming se inspiró en el coche de su vecino, que solía descansar aparcado cerca de su ventana, para escoger el coche de 007. ¿Tú que crees? La historia de este DB2/4 Mark I os la contábamos el año pasado.

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