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¿Qué fue de: Albert Costa?

A finales de la pasada década, el nombre de Albert Costa brillaba en el panorama automovilístico nacional como una de sus principales promesas. En 2009, el piloto barcelonés se hacía con el título en la Fórmula Renault 2.0 por delante de nombres ahora consagrados como los de Jean-Éric Vergne o António Félix da Costa. Su carrera parecía bien enfocada pero poco a poco las cosas se fueron truncando.

Dos buenas temporadas en la Fórmula Renault 3.5 y ser elegido en 2011 para formar parte de la Young Driver Excellence Academy o lo que es lo mismo, el programa de jóvenes talentos de la FIA no fueron suficientes para dar el salto a la GP2 y gran parte de la culpa la tuvo un aspirante a agente que estafó a Albert Costa dejándole compuesto y sin novia. Ahí comenzaron a esfumarse sus opciones de acercarse a la siempre tan deseada Fórmula 1.

En vez de subir un escalón, Albert Costa tuvo que bajar unos cuantos y en 2012 no le quedaba otra que disputar la Renault Megane Trophy eso sí, de la mano de un equipo, Oregon Racing, que le hacía partir como favorito al título.
Costa quiso dar esos pasos atrás pensando que le iban a permitir coger impulso.

El título en el trofeo monomarca de Renault tenía como premio pasar una semana en Japón formándose como piloto con el objetivo final de poder formar parte del programa de pilotos de Nissan y así disputar alguno de los campeonatos de GT en los que está presente la marca. A mitad de la temporada, le informaban de que tal premio no iba a existir. Aún así, Costa se hacía finalmente con el título. Aquella temporada de 2012 sería su último año en activo y desde entonces han pasado ya tres años.

Desde entonces, Albert Costa compagina el papel de probador de Renault para sus categorías de monoplazas con sus labores como driver-coach, ayudando a otros pilotos a mejorar en la pista. Tal y como comentaba el mismo en una reciente entrevista, las labores de coaching le han permitido incluso dar el salto al Mundial de Motociclismo ayudando con su métodos a pilotos de motociclimso.

A sus 25 años, Costa no olvida su sueño de ser piloto pero reconoce que ahora está disfrutando de su trabajo aunque sea en una cara distinta a la que tenía pensado llegar. Como suele ocurrir a muchos jóvenes talentos, no estar en el sitio y en el momento adecuado pesa mucho en sus carreras.

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