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Pilotos italianos en la Fórmula 1 ¿Especie en extinción?

El ex piloto Riccardo Patrese alguna vez declaró: «El Tifosi solo entiende de Ferrari; si usted es un italiano al volante de un coche inglés, entonces no vale nada». La cita refiere a lo acontecido en el año 1983, en el Gran Premio de Italia. Patrese partió desde la pole con un Brabham, pero tuvo que retirarse unas vueltas más tarde. Su frustración de inmediato se transformó en incredulidad, al observar cómo el público enloqueció de alegría al ver que el francés René Arnoux, a bordo de un Ferrari, pasó a comandar la carrera.

A partir de tal situación se han planteado muchas reflexiones, siendo la más vigente de ellas la importancia de los pilotos italianos para sus compatriotas, ya que es un hecho palpable que el fanatismo local está orientado hacia todo lo que representa la escudería Ferrari. Tal razón podría explicar el por qué es tan difícil observar a un piloto italiano en la Fórmula 1 de estos tiempos, a pesar del interés que genera la categoría en aquellos predios.

Una analogía válida para intentar reforzar tal planteamiento puede ser lo que sucede en Moto GP. En la actualidad, y más allá de la presencia de Ducati, los fanáticos italianos tienen en Valentino Rossi, Andrea Iannone, Danilo Petrucci, Marco Melandri y Andrea Dovizioso, entre otros; a sus embajadores deportivos. Sin embargo, en la Fórmula 1 no sucede igual.

Italia cuenta con tres títulos de pilotos: Giuseppe «Nino» Farina (1950) con Alfa Romeo y Alberto Ascari (1952 y 1953) con Ferrari. Desde entonces, ningún otro piloto, oriundo del país de la bota, ha podido reeditar tales hazañas. Incluso, las cifras son más preocupantes si se toma en cuenta que, hasta ahora, el último piloto italiano en ganar en Monza es Ludovico Scarfiotti (1966), también con Ferrari; mientras el último en ganar una carrera es Giancarlo Fisichella, el Gran Premio de Malasia de 2006, al volante de un Renault.

Preocupante, porque a pesar de lo que significa Ferrari para la Fórmula 1, la presencia de pilotos italianos en la categoría no ha sido ni remotamente equilibrada; incluso si se analizan los números se cae en cuenta que la mayor presencia en la parrilla ocurrió en la década de los ochenta y principios de los noventa, pero después poco a poco se ha desvanecido. Esa generación liderada por Riccardo Patrese Elio De Angelis, Andrea De Cesaris, Bruno Giacomelli y Michele Alboreto no tuvo sucesores que garantizaran una contundente presencia italiana en los años sucesivos.

Ivan Capelli, Luca Badoer, Marco Apicella, Gianmaria Bruni, Nicola Larini, Gianni Morbidelli, Giorgio Pantano, Gabriele Tarquini, Stefano Modena, Vitantonio Liuzzi, Jarno Trulli y el mencionado Fisichella; nunca deslumbraron y el piloto italiano que tal vez estaba destinado a hacerlo, Alessandro Nannini, sufrió un aparatoso accidente en helicóptero en el año 1990 que truncó su trayectoria, justamente cuando Benetton lo había confirmado para la siguiente temporada y Ferrari se disputaba sus servicios a largo plazo.

Según Jarno Trulli, los nuevos talentos italianos no logran su objetivo de llegar a la Fórmula 1 por razones financieras. Explicó que apenas dos pilotos egresaron de la Academia Ferrari, Raffaele Marciello y Antonio Fuoco, pero al día de hoy ni siquiera han sido considerados como reservas para alguna escudería, lo que indica que la promoción hay que buscarla fuera de Italia, donde todo les resultará más costoso y problemático.

Por su parte, Angelo Sticchi Damiani, presidente de la Federación Italiana de Automovilismo, indicó que apoyan financieramente a los nóveles Luca Ghiotto de Arzignano y Antonio Giovinazzi, el primero compite en la GP3 y el segundo en la Fórmula 3. Para Damiani, ambos pilotos están llamados a convertirse en los próximos aspirantes a escalar con éxito la cuesta arriba que significa la Fórmula 1.

Pero, en tal sentido, también se indica que Davide Valsecchi ganó la GP2 la temporada 2012; y todavía anda por allí sin tener noción clara de su destino. Lo que lleva a pensar que aún con el dinero y los resultados en las categorías inferiores, también se puede fracasar en el intento de llegar hasta la Fórmula 1.

Mientras tanto, habrá que seguir esperando por un piloto italiano… y además ganador.

Vía | speedweek

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