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Debut de Bakú en el Mundial para olvidar en el caso de los españoles

Lo que mal empieza mal acaba. A pesar de que Sainz se mostraba optimista tras la FP2, a pesar de que Alonso dejaba abierta una puerta a la esperanza al decir que McLaren-Honda no estaba tan mal como se esperaba en un trazado de las características del urbano de Bakú, la realidad es que nos hemos quedado con un doble abandono de los españoles por problemas de fiabilidad en su monoplazas y con un sabor un tanto amargo ante la poca adaptación que han tenido ambos a un trazado completamente nuevo para todos.

En el caso de Sainz, las cosas comenzaban torcidas. Tras los problemas de frenos que arruinaron en parte la sesión de clasificación, Toro Rosso tomó la decisión de cambiar la caja de cambios del STR11, lo que reportaba una sanción de cinco posiciones en parrilla. Esto obviamente se veía agravado después de no haber podido ayer pasar a Q3. En resumen, Carlos se iba a la 18ª plaza y se veía obligado a remontar aún más y sin la confianza en los frenos al no poder hacer cambios en este apartado.

En carrera, Sainz rodaba a buen ritmo a pesar de la falta de confianza. El piloto de los de Faenza se deshacía rápidamente de Fernando Alonso, e incluso llegaba a rodar muy cerca de un Max Verstappen acosado por el graining (problema que también sufrió Carlos), llegando a estar dentro de los puntos en varias fases de carrera. Finalmente, en la vuelta 33, la gota que colmaba el vaso: la suspensión trasera del Toro Rosso decía basta y tenía que tomar la difícil decisión de aparcar su monoplaza sumando un nuevo cero.

El único consuelo que le quedaba al madrileño era el de la confirmación de Franz Tost a los medios allí presentes de que esperan contar con él en Toro Rosso una temporada más, clarificándose en cierta manera el futuro de Sainz que últimamente se había visto algo difuso.

Hemos tenido muchos pequeños problemas durante todo el fin de semana que finalmente nos han impedido hacer un buen resultado pero, si tiene que pasar un fin de semana como este en el que no ha salido nada, que sea en este circuito donde no éramos fuertes. He tenido que correr con los frenos de ayer. En la segunda vuelta además hemos tenido problemas de temperatura. He hecho la carrera con menos potencia, en fin, no ha salido nada bien. Ya veremos si al final se cierra el contrato para 2017 y sigo aquí. Estoy cómodo en Toro Rosso, pero ya veremos que es lo que pasa.

Respecto a Fernando Alonso, poco que decir. McLaren no encontró la carrera movida que querían y con más de 20 km/h menos de velocidad punta que los monoplazas más rápidos, la opción de adelantar en el tercer sector era casi imposible. Fuera de los puntos y con un problema en su caja de cambios que no le permitía pasar de la cuarta marcha, el equipo y el piloto asturiano tomaban la decisión de abandonar para no poner en problemas el motor.

Ante los micrófonos nos encontramos a un Alonso resignado, obligado a pensar en las siguientes carreras mientras veía como Button se quedaba de nuevo a las puertas de los puntos en una poco satisfactoria 11ª posición que pudo ser mucho peor. Difícil cuando basas tu ‘estrategia’ en la variable de encontrarnos un Gran Premio con sorpresas o accidentes como las carreras de GP2… Obviamente cuando tú no tienes todas las cartas en la mano, es difícil hacer póker.

Teníamos un problema en el cambio que iba a peor y luego para evitar males mayores y que pudiese afectar a otras partes del coche como el motor o lo que sea tuvimos que retirarnos pero bueno, no estábamos en los puntos así que es un abandono que tampoco sabe tan mal. Viendo la GP2 estos últimos días todos pensábamos que íbamos a tener muchos coches de seguridad, alguna bandera o alguna historia pero al final no hubo grandes problemas. Sabíamos que era un circuito complicado, Austria también puede que lo sea, Spa, Monza, México, así que bueno, quedan algunas carreras difíciles y vamos a intentar apañárnoslas.

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