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Control Stop. De duda razonable a ser un Campeón del Mundo en potencia

Ya no es la incertidumbre que nos generaba hace dos años, precisamente cuando Sébastien Ogier realizó el que posiblemente fue uno de los gestos más bonitos dentro del deporte del automovilismo durante la última década, no dudando ni un momento en subir a hombros de un tricampeón del WRC a un piloto que se encontraba completamente derrotado al perder la que iba a ser su primera victoria mundialista. Dos temporadas después era Ott Tänak y su copiloto, Martin Järveoja los que le devolvían el favor al llevarle a la pareja francesa pentacampeonato el carné de ruta olvidado durante el pasado Rally de Italia-Cerdeña. Ha quedado atrás esa imagen del estonio de piloto extra-rápido e irregular que no parecía estar listo para pelear por el campeonato.

Llegó el 2018, un reto nuevo, la necesidad de abrirse paso a codazos en un equipo que estaba construido por finlandeses, en torno a finlandeses y que difícilmente se auguraba éxito a todo aquel que llegara sin la ciudadanía del país nórdico. Han pasado siete meses desde la disputa del primer rally con Toyota GAZOO Racing y desde entonces han sido tres victorias en circunstancias tan distintas como las de Argentina, Finlandia y Alemania. Este fin de semana en la prueba germana todo estaba listo para que ganara el que menos errores cometiera… y ese fue sin duda Ott Tänak, rapidísimo durante las dos primeras jornadas y capaz de mantener la mente fría el domingo en una etapa que entrañaba más dificultad de la que parecía que tenían sobre el papel los tres tramos a disputar.

Rápido sobre rallyes de tierra que entremezclan secciones rápidas y técnicas como los de Cerdeña y Argentina, capaz de ganarle a los finlandeses en su propio terreno y ganador en dos ocasiones del Rallye de Alemania, sin lugar a dudas la prueba sobre asfalto más complicada de las que se mantienen en el calendario. Tänak ya es toda una realidad, y aunque la desventaja en la clasificación de pilotos sigue siendo abultada, parece que está preparado para sumarse a una lucha por el título que poco a poco se va abriendo con la llegada de Ogier a las que pueden ser sus últimas temporadas en el Mundial de Rallyes. Tal vez Tänak sí dispone de las condiciones que le han faltado a Latvala para dar ese último paso.

En cuanto al francés, se defendió con lo que tenía a pesar de seguir sin encontrarse cómodo al volante del Ford Fiesta WRC con la evolución aerodinámica, y fue simplemente un pequeño error de cálculo al ceñir demasiado una curva de izquierdas en la que la presencia de una roca de gran tamaño terminó por dar lugar a un pinchazo que daba por finalizado el duelo frente a su antiguo compañero de equipo. A partir de ahí Ogier e Ingrassia tuvieron prácticamente una lucha contra ellos mismos y contra el crono, buscando recuperar el máximo de posiciones posible, tarea en la que sin duda colaboraron los abandonos de Jari-Matti Latvala y Dani Sordo, así como los cinco puntos extra obtenidos por el mejor tiempo en la Power Stage.

Le tocó vivir al defensor del título un guion parecido al sufrido por Thierry Neuville hace un año, cuando el belga arrancaba una rueda del eje trasero de su Hyundai i20 WRC Coupé, quedándose sin opción de mantener un liderato que está demostrando ser muy pesado para las espaldas del de Hyundai. Beneficiado por el pinchazo de Ogier, los dos puntos sacados de renta parecen escasos para la lucha tan cerrada que se está manteniendo en la general y el poco redito sacado por Thierry en los momentos claves.

A pesar de ello, la segunda posición obtenida por la pareja formada por Neuville y Nicolas Gilsoul fue lo mejor que se pudo rescatar finalmente del fin de semana por parte de una Hyundai Motorsport que también corre en casa. Dani Sordo entraba demasiado fuerte en una curva de izquierdas muy sucia y el toque contra los viñedos terminaba por enterrar un fin de semana que había tenido su punto álgido el sábado, con la exhibición del cántabro en los campos militares del Baumholder.

El de Puente San Miguel volaba entre los inamovibles Hinlkelsteins, coincidiendo tres scratchs en cinco tramos que le permitían encaramarse a la segunda posición de la general en una batalla con Jari-Matti Latvala que prometía mucho y que finalmente se quedó en nada. Sin posibilidad de acceder a las informaciones de si el finés podía seguir en carrera por sus problemas hidráulicos, Sordo se lanzaba en tromba en el inicio de la jornada del domingo para tratar de ampliar esas ocho décimas de segundo que mantenía respecto a su compañero de generación, terminando un fin de semana que hubiera reportado grandes alegrías a Hyundai de haberse completad con el podio del español y una teórica cuarta o quinta plaza de Neuville. Y es que Mikkelsen volvió a pasar un fin de semana más una actuación muy discreta, al alimón entre las probaturas con su estilo de pilotaje y los cambios en los reglajes del Hyundai.

Los Citroën pasaron en esta ocasión a ser menos protagonistas después de la genial actuación de Mads Ostberg en Finlandia, mientras que en M-Sport están viviendo con preocupación la crisis de resultados de Elfyn Evans. Buenas sensaciones de Teemu Suninen, muy lejos de los tiempos en su primer rally de asfalto con una de las máquinas grandes, pero capaz de evitar todas las trampas presentes en el itinerario de la cita germana. Para el final, la actuación destacada de Esapekka Lappi que otra vez volvía a ser de menos a más, con Mäkinen preguntándose qué puede hacer para conseguir que su pupilo comience más ‘enchufado’ los viernes. No hubo error tampoco en la tercera etapa, algo que sí sucedió en Finlandia y Monte-Carlo, por lo que podemos decir que el podio de Lappi culminaba una actuación casi perfecta.

De la categoría absoluta nos trasladábamos finalmente al movido WRC2 en el que Skoda volvió a dominar con algo más de dudas de a las que nos tienen acostumbrados. Kalle Rovanperä vio muy cerca su primer triunfo en su debut sobre asfalto, sin embargo, Kopecky tiró de veteranía para conseguir finalmente completar una espectacular remontada que si cabe deja más en evidencia a los pilotos de Citroën, Yoann Bonato y Stéphane Lefebvre, o al repescado de Malcolm Wilson, Eric Camilli, incapaces de aprovechar el retraso inicial del checo para tratar de dar una victoria muy valiosa a sus respectivas formaciones.

Por su parte, Cohete Suárez y Nil Solans terminaron por completar un fin de semana que prometía mucho para los españoles, pero que finalmente se quedaba sin premio. Especialmente el catalán brilló de forma casi sorprendente con el Ford Fiesta R5 calzado por Pirelli, llegando incluso a rondar los mejores tiempos de la categoría. La salida fue fruto de tomar riesgos, un fuerte impacto tras una curva rápida que obviamente revela un error a la hora de valorar la velocidad de esta sección, sin embargo, Solans a buen seguro cerró el fin de semana con una sensación mucho más positiva de la que sacó de sus actuaciones previas en el WRC2 como premio de su título el año pasado en el JWRC. Ahora toca enfrentarse todos a lo desconocido, llega el Rally de Turquía, y con él, la posibilidad de que la lucha por el campeonato empiece a quedar resuelta.

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