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Fe en la mecánica es arrancar una chatarra abandonada a la intemperie hace 59 años

El estado en el que el Plymouth Cranbrook del año 1953 estaba era insalvable. El coche había pasado 59 años – desde el año 1965 – abandonado a la intemperie, trozos de su carrocería se habían ya transformado en tierra y el coche estaba boca abajo, repleto de barro, ramas y suciedad. Decir que era una chatarra irrecuperable es posiblemente quedarse corto. Pero ello no impidió al youtuber Jennings Motor Sports, y su fe ciega en la mecánica, tratar de arrancar su mecánica.

En su momento, el Plymouth Cranbrook era un pequeño coupé, de corte asequible. Se vendió entre los años 1951 y 1953, y estaba propulsado por un motor de seis cilindros en línea y 3,6 litros. Era un motor prehistórico para los actuales estándares: desarrollaba 98 CV de potencia, estaba alimentado por un carburador sencillo y sus válvulas estaban accionadas por varillas. También hay que mencionar el hecho de que ese motor ha estado casi seis décadas a la intemperie, aunque durante gran parte del tiempo, lo ha hecho boca abajo.

Nadie en su sano juicio trataría de arrancar un coche en un estado tan ruinoso

Es decir, el aceite del motor ha estado ocupando las cámaras de combustión. Y esto, amigos, es lo que ha impedido que el motor se haya oxidado al completo, y se haya convertido en un trozo de metal insalvable. Convencido de que va a funcionar, el youtuber desmonta la culata, aspira los residuos y fluidos más obvios, y usa acetona para limpiar el óxido de los componentes internos del motor. Usa acetona y le prende fuego, dicho sea de paso. No es el método más civilizado, pero consigue librar de óxido gran parte del motor.

Conectando una llave al eje del cigüeñal, aprecia que cuatro de los pistones quieren moverse libremente, pero dos de ellos están absolutamente fundidos al bloque. El primero, a causa de un gran agujero en el bloque motor – sí, aun cree que el motor arrancará – y el último, posiblemente por causas similares. Ni corto ni perezoso, coge un martillo y un cincel, y rompe los dos pistones para sacarlos del motor. El motor pasa a ser un cuatro cilindros, pero gira libremente. Antes de arrancarlo, eso sí, hubo que restaurar su motor de arranque.

Oxidado hasta la médula, logró limpiarlo con sus métodos, además de ajustar el encendido del motor. El último paso fue echar líquido de arranque sobre el carburador, mientras el motor de arranque lo gira. Una gran humareda blanca revela que el motor arranca brevemente, a trompicones y con un gran estruendo. El coche y el motor siguen siendo insalvables, pero 59 años después, volvió a la vida brevemente, tuvo sus 15 minutos de gloria, y posiblemente esté camino al desguace… pero con la cabeza bien alta. Esto es fe en la mecánica.

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