Son varias las autopistas que, en los últimos años, han sido rescatadas por el Estado: muchas de ellas son las conocidas como ‘radiales’ y se construyeron para aliviar el intenso tráfico que rodeaba a Madrid. No fue así, pero estas vías siguen funcionando y una de ellas levantará las barreras en uno de sus tramos más congestionados. Dentro de unas semanas, seis kilómetros de la R-2 serán gratis.
En 2019, el Ministerio decidió rebajar el precio de los peajes de la R-2 (una media del 30%) y, al mismo tiempo, dio facilidades a los conductores que pagaban con dispositivos electrónicos: disfrutaban de descuentos del 18% (vehículos ligeros) y del 10% (pesados). Estableció, además, cierta gratuidad: ente las 0:00 y las 6:00 se puede circular por ella sin tener que pagar. Una condición que ahora se hace extensiva a las 24 horas del día, pero sólo en un tramo concreto.
6,5 kilómetros en Guadalajara
Así lo confirmaba estos días Emiliano García-Page, presidente de Castilla-la Mancha. Según revelaba en la Cadena SER, a finales de enero la Junta de su comunidad autónoma y el Ministerio de Fomento firmarán un acuerdo para liberar el peaje de la autopista R-2: el coste de esta decisión correrá a cargo del gobierno castellanomanchego. Como decíamos, no afectará a toda la vía: solamente a los 6,5 kilómetros que unen el Polígono Industrial del Henares con Taracena.
El foco se ha puesto en esta parte de la R-2 debido a la elevada densidad de tráfico (especialmente de camiones) que registra. No en vano, es la vía elegida por muchos para dirigirse a dos polígonos: el del Henares y la nueva Ciudad del Transporte. Esta gratuidad es una petición que lleva años esperando respuesta, ya que el desdoblamiento de esta carretera no se ha llevado a cabo: liberalizar el peaje era la solución alternativa para disolver la congestión.
Como decíamos, de la gratuidad se beneficiarán los vehículos que circulen desde el kilómetro 54, situado a la altura del Polígono Industrial del Henares (Marchamalo), hasta el kilómetro 60,5: un punto situado pasado el municipio de Taracena y antes de Valdenoches. Estos 6,5 kilómetros corresponden al último tramo de la R-2 antes de la conexión de esta autopista con la Autovía A2 en la provincia de Guadalajara.
El rescate de la R-2
La R-2, una de las radiales de Madrid, fue inaugurada el 6 de octubre de 2003. Su objetivo, como el del resto, era aliviar el tráfico que se generaba en la entrada y salida a la capital: discurre a lo largo de 62 kilómetros entre la M-40 y Guadalajara.
En aquel momento, según los cálculos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, se esperaba que absorbiese unos 100.000 vehículos al día: una cifra que suponía el 30% de la circulación del Corredor del Henares. No fue así: por ella sólo transcurre el 25% del tráfico previsto y, respecto a la A-2, ha captado menos del 10% del tráfico que tiene la citada autovía.
La concesión pertenecía a Henarsa, una empresa fruto de la colaboración entre Abertis, Acciona, Global Vía y Sacyr. Hablamos en pasado porque la compañía se declaró insolvente con una deuda de 450 millones de euros. Razón por la que fue recatada y, desde 2018, depende de la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre (SEITT).
