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Un concesionario de Ford abre su propio restaurante

Hay concesionarios de automóviles que tienen de todo, especialmente aquellos que comercializan firmas de gran lujo: desde una habitación donde configurar tu próximo coche mediante unas gafas de realidad virtual, pasando por armariadas en las que se exponen muestras de todos tapizados para la cabina y colores para la carrocería disponibles, hasta una cafetería con sofás de cuero. Pero este de Sarasota, en Florida (Estados Unidos), va más allá.

Se trata de un punto de venta de Ford, marca especialmente popular y accesible al otro lado del Atlántico, que pertenece a la empresa Buchanan Automobile Group, uno de los mayores distribuidores de vehículos de la región. Sin embargo, en este lugar abunda la clientela con alto poder adquisitivo y a Matt Buchanan, presidente de la compañía, se le ocurrió la idea de crear un opulento (y suculento) restaurante donde sus queridos consumidores puedan llenar su estómago después de adquirir (o no) su último modelo.

El restaurante Le Mans Kitchen de Ford Saratosa, un sitio único en el mundo que abraza la experiencia del cliente

Sin poder considerarse una revolución, lo cierto es que contar con un restaurante dentro de un concesionario es cuanto menos curioso y, sin duda, fruto de aplicar sobre el negocio un pensamiento disruptivo con el propósito de modernizar su servicio y apostar por la fidelización. Máxime si se tiene en cuenta que no es un bar cualquiera, sino un lugar cuya cocina gestiona un chef premiado con una estrella Michelin en París: José Martínez. Esto sí es apostar por la experiencia del cliente.

El sitio, que fue inaugurado en diciembre de 2023 tras unas obras que duraron nueve meses, ha sido bautizado como Le Mans Kitchen, queriendo homenajear la famosa carrera que Ford ganó en 1966. Para lograr sentarse en una de sus 38 sillas uno tiene que poseer un coche comprado en ese concesionario, algo que, según Mirza Velic, director de experiencia de Ford Saratosa, puede fomentar nuevas adquisiciones por parte de otros conductores.

Inspirado en la campiña francesa, este restaurante privado y exclusivo no es el único aspecto diferencial del punto de venta floridano. Allí también existe una sala de cine con capacidad para 11 personas y un espacio de relajación con sillones de masaje para gozo de los asiduos consumidores. Ford Motor Company debe de estar sumamente orgullosa de Buchanan después de esto, un empresario que sabe cuidar lo esencial y explorar nuevas formas para obtener lealtad de sus verdaderos jefes.

El restaurante, cuyo fin es la fidelización, se llama Le Mans Kitchen, homenajeando así la famosa carrera que Ford ganó en 1966
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