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Dispositivos OBD: toda la información de tu coche en el móvil, ¿cumplen con lo que prometen?

Gracias a Internet y a la popularización de las tiendas online, dispositivos de este tipo están adquiriendo una gran relevancia motivada por sus atractivos precios. La idea de estos aparatos consiste en: ofrecer al usuario toda la información que es capaz de generar la centralita motor mediante la conexión estandarizada OBD de nuestro coche. Con la ayuda de un software de lectura, podremos observar los valores reales de revoluciones, temperatura, fallos registrados, presión de alimentación y un largo etc.

El protocolo OBD nos proporciona una alta cantidad de información sobre nuestro vehículo

¿Son entonces estos aparatos la mejor compra para nuestro automóvil? pues la respuesta es que depende, y depende de muchos factores. Desde el propio vehículo, hasta el software utilizado, pasando por la compatibilidad del propio dispositivo. El dispositivo que deseamos adquirir por un precio bastante atractivo, tan solo se encarga de transmitir los datos generados por la centralita del motor, hasta el software de interpretación, ya sea mediante cable USB, Bluetooth o Wifi.

Lo realmente importante de este sistema, es la necesidad de un software de interpretación de datos. Es decir, el medio por el cual, la inmensa lista de ceros y unos será transformada en un valor de presión atmosférica referente al aire aspirado por la admisión. Existen multitud de programas disponibles que prometen compatibilidad con Windows, Mac e incluso Linux. Sin embargo, lo realmente ventajoso en la actualidad, es la posibilidad de poder utilizar nuestro dispositivo Android para poder instalar el software necesario donde poder visualizar toda la información.

Todos los vehículos incorporan una toma de diagnosis OBD a la que poder conectarnos

De este modo, no tendremos que cargar con nuestro ordenador portátil, ni tan si quiera con cables ni problemas derivados de la instalación en Windows y similares. La facilidad aportada por Android y los programas disponibles en la tienda de aplicaciones, hacen de la adquisición de estos dispositivos, una manera fácil para conocer los secretos de nuestros coches y los diferentes parámetros que van más allá del cuadro de instrumentos.

¿Son todo ventajas en su compra?

Obviamente el producto se trata de una adquisición muy sugerente para las posibilidades que «supuestamente», y repito, «supuestamente», es capaz de ofrecer al usuario ávido de mayor información relativa a su vehículo. Los problemas con los que cuenta este tipo de dispositivos se basan en la compatibilidad con el vehículo al que queremos conectarnos, la necesidad de instalación de un software y su configuración, y por último, y más importante, la capacidad real de nuestro vehículo para ofrecer datos.

El mayor problema reside en la capacidad que posee la centralita de nuestro coche para transmitir información. Es decir, cada modelo de motor cuenta con un sistema eléctrico/electrónico, cuya unidad de control maneja un determinado nivel de información. En diversas gamas de vehículos, anteriores a los años 2003 y 2004, la información que podemos obtener se traduce en poco más que ciertos códigos de avería, meramente orientativos, y a algunos valores de temperaturas y cifras de tensión y resistencia.

Después de averiguar, que modelos similares al nuestro ofrecen gran cantidad de datos acerca de su mecánica, solo nos queda la obtención de un programa de interpretación. En Android podemos fijarnos en Torque (mucho más completa en su versión de pago), OBD Droidscan (también de pago) o multitud de aplicaciones, más limitadas, pero gratuitas.

En Windows, sin embargo, si que podemos obtener algunos programas como ScanXL o WINOLS que nos ofrecen, de forma gratuita, una multitud de lecturas y posibilidades más allá de las interfaces que podemos instalar en cualquier dispositivo móvil. Además, estos dispositivos incluyen compatibilidad con las últimas versiones del sistema operativo propiedad de Microsoft.

Como último extra, es justo comentar que la obtención de errores registrados no se basa en que nos aparezca una frase que nos dice qué tenemos que reparar. Estos fallos aparecen como un código hexadecimal del tipo «P0085» y que debemos de cotejar con una lista de códigos OBD u OBDII donde se traducirá en un determinado tipo de fallo. Pero ¡ojo!, todo esto es poco más que orientativo, ese simple fallo que según el fabricante se traduce en: señal plausible o posibilidad de circuito abierto, finalmente puede acabar en la sustitución de un fusible o la ardua búsqueda de una masa ingerida por algún amigable roedor.

Una buena compra con matices

Por lo tanto, y resumiendo, nos encontramos con una compra sujeta a aciertas variables que debemos de sopesar antes de decidirnos. Desde luego, el hecho de poder contar con mayor información es más que un derecho, de hecho yo lo asumo como una clara obligación. Tan solo debemos de saber utilizar estos aparatos y usarlos para lo que son, solo me gustaría que los futuros poseedores no cayeran en el error de abusar de estos programas mientras conducen.

Muchos clientes de estos productos, quieren albergar en su vehículo un sistema de información como el que llevan algunos coches como el Mercedes SLS AMG. Pero la capacidad de distracción es muy alta, y la colocación de nuestro teléfono móvil en la zona menos adecuada puede provocarnos algún percance poco deseable para nosotros, y en el peor de los casos, también para un desafortunado conductor presente en nuestro camino.

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