El Clubman es la versión larga del Mini, con una puerta lateral y dos pequeñas puertas de acceso al maletero. Desde luego su diseño no es para nada convencional. Tuvo su antepasado en 1969 y que lleva en nuestro mercado desde finales de 2007 sin mucho éxito. Debido a las escasas ventas, la marca del grupo BMW ha llevado a cabo el Roadshow del Mini Clubman que nos es más que a una campaña de promoción durante los últimos , tres meses por varias ciudades de España para dar a conocer éste modelo.
Respecto a su hermano de gama, el Mini Cooper S, aporta 24 cm más de longitud hasta un total de 3,94 m lo que se traduce en mayor espacio para las piernas en la parte de atrás y en 100 litros más de maletero resultando 260 litros que ya está en la media de los utilitarios. La puerta lateral es más un recurso estético que práctico como os comentaré posteriormente.
El Mini Clubman está disponible con 4 motores 1.6, 3 gasolina y uno diesel asociados a una versión. Las versiones gasolina disponibles son Cooper de 120 CV, Cooper S de 174 CV y John Cooper Works (JCW) con 211 CV. En diesel , sólo una versión Cooper D de 109 CV. Todas las mecánicas excepto la JCW pueden ir asociadas a un cambio manual o automático, ambas de 6 velocidades.
En cuanto al equipamiento, todos llevan de serie 6 airbags, control de estabilidad, arranque por pulsador, faros antiniebla y llantas de aleación con neumáticos Runflat que pueden circular pinchados. Por centrarnos en las versiones más demandadas, el Cooper S añade respecto al Cooper ordenador de viaje, regulador de velocidad y volante multifunción. Son elementos que considero que deberían ser de serie en un coche de su precio.
Impresiones del interior
Una vez dentro, me acomodo en los asientos deportivos tapizados en cuero. La sujeción es satisfactoria y la calidad de los materiales es la de cualquier BMW. De hecho la pantalla del ordenador de abordo es idéntica a la que encontramos en la Serie 3. También, al igual que la marca alemana la lista de extras disponibles es enorme a lo que el Mini añade la posibilidad de personalización con varios colores y combinaciones de carrocería, tapicería y techo. El salpicadero es idéntico al del Mini corto con el cuentarrevoluciones tras el volante y un enorme velocímetro en el centro. Aunque sea original, no me gusta nada ésta ubicación porque te obliga a apartar la vista de la carretera.
La habitabilidad es la que podemos encontrar en coches utilitarios, es decir no muy buena. La pequeña puerta en el lateral derecho del estilo Mazda RX-8 se abre sólo cuando está abierta la puerta del copiloto y mejora el acceso a las plazas traseras pero sigue siendo necesario desplazar el asiento del pasajero hacia delante. El espacio para dos personas atrás es correcto. En el coche probado el techo era de cristal de tipo panorámico lo que da una luminosidad y sensación de espacio tremenda al interior.
Impresiones de conducción
He podido probar el Cooper S en cambio automático y cambio manual. El motor es un 1.600 cc con Twint-Scroll-Turbo e inyección directa de gasolina que tiene una potencia de 175 CV a 5.500 r.p.m. El propulsor tiene un par motor máximo de 240 Nm entre las 1.600 y 5.000 vueltas; por breves instantes es posible aumentar el par motor a 260 Nm, mediante la función de sobrecarga overboost.
En primer lugar probé el automático. El cambio como he comentado es de 6 velocidades con posibilidad de manejo con pulsadores en el volante, también iguales a las de los BMW. El cambio automático tiene dos modos de funcionamiento, uno normal y otro sport donde los cambios de marcha se producen aún con más rapidez. El manejo mediante los pulsadores del volante no me gustó tanto. Es más intuitivo y cómodo disponer de unas levas de gran tamaño tras el volante.
La aceleración es muy buena así como las recuperaciones aunque la verdad que esperaba más patada teniendo en cuenta que dispone de 175 CV para poco más de 1.200kg de peso. Lo que me sorprendió (y agradó) es que a unos 100km/hora, pisando fuerte el acelerador baja de la 6ª velocidad a la 3ª subiendo hasta 6.000 r.p.m. Es la primera vez que conduzco un coche en el Kickdown (al pisar a fondo el motor baja las relaciones necesarias para obtener más potencia, por ejemplo al adelantar) baje tantas marchas, normalmente baja una o dos.
La versión de cambio manual cuenta con un indicador sobre la marcha más adecuada para conducir de maneta eficiente y con la tecnología Start / Stop, que para el motor al detenernos en un semáforo y vuelve a ponerse inmediatamente en marcha al pisar el embrague mejorando el consumo. La verdad es que es prácticamente inapreciable y muy suave el funcionamiento de éste sistema. El accionamiento de la palanca es bueno, con unos desplazamientos muy cortos y precisos pero el manejo del pomo es mejorable ya que es grande (tamaño bola de billar) y cuesta acostumbrarse.
El habitáculo, no sé si intencionadamente o no, está mal insonorizado y llega mucho ruido procedente del motor y el escape. No obstante el conductor lo agradece porque es un sonido deportivo. El recorrido que usé en ambos casos fue un tramo de autovía. La estabilidad es muy buena y la dirección muy directa. El tamaño y grosor del volante de cuero le proporciona un bien tacto. Es cierto que conducirlo es divertido aunque no puedo establecer diferencias con el Mini Corto porque no lo he probado.
Conclusión
El Mini Clubman no deja de ser un capricho como el resto de la gama Mini. Son más de 21.000 euros los que hay que pagar por la versión Cooper de 120 CV y un equipamiento justo o bien nos iriamos a los 26.500 euros de la versión S. La diferencia es de unos 2.000 euros más respecto al Mini normal pero pueden merecer la pena porque añade más espacio en las plazas traseras y maletero. Puede ser buena opción para el que no necesite un coche grande y quiera desplazarse ágilmente por la ciudad y divertirse en carreteras de montaña.
Prueba de Contacto Mini Clubman Cooper S
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