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Llegó la hora de ver el 'Mr. Hyde' que hay en Sébastien Ogier

No se puede decir que el buen pie con el que comenzó la relación entre M-Sport y Sébastien Ogier se haya mantenido con el paso de los rallyes. El enfado que mostró durante la última etapa del Rallye de Córcega, así como sus declaraciones en Argentina, demuestran que el cuatro veces Campeón del WRC no está satisfecho en la actualidad con el material que tiene, exigiendo más trabajo no sólo para solucionar los problemas de fiabilidad que le han acosado en el pasado, sino también para ganar en rendimiento.

A pesar de que es líder, 16 puntos por delante de Jari-Matti Latvala, 18 sobre Thierry Neuville, Ogier es consciente de que todavía le quedan cuatro citas sobre tierra en las que deberá abrir pista en todas y cada una de ellas (en el caso de que conserve el liderato hasta el Rallye de Alemania), algo que sobre el papel le hará ceder muchos segundos durante el primer día si se disputan en condiciones normales, especialmente en pruebas como Portugal y Cerdeña.

Los motivos de preocupación van más allá de que la pareja Ogier-Ingrassia se encuentre atascada desde el pasado Rallye de Monte-Carlo en las 39 victorias en el WRC, justo la mitad de las que tiene Sébastien Loeb en su palmarés. Con Thierry Neuville recuperado satisfactoriamente de su inicio en Monte-Carlo y Suecia, el belga se ha situado como un sólido rival, recogiendo el testigo de Jari-Matti Latvala (cuyo Toyota Yaris WRC no está todavía al nivel al menos sobre tierra) y del autodescartado dúo formado por Citroën y Kris Meeke.

En nuestro Control Stop posterior al Rally de Argentina ya destacábamos que Hyundai y M-Sport se encuentran actualmente muy parejas en el número de tramos ganados (31 de Hyundai frente a los 30 scratchs de Ford), sin embargo, Thierry Neuville ha realizado el 30% del total este año, 25 de los 31 que ha sumado la firma surcoreana en 2017, mientras que Ogier sólo llega al 10,8% (nueve tramos ganados), un bajo porcentaje dentro del equipo M-Sport, especialmente si lo comparamos con los 13 scratchs que ya suma Evans después de su magnífica actuación en Sudamérica.

Obviamente las estadísticas del francés se ven seriamente influenciadas por su posición de líder de la general del campeonato (aunque fue Latvala el que llegó primero a México), pero también deja entrever que el poder de reacción que durante sábado y domingo mostrado durante las últimas temporadas con Volkswagen es menor. Incluso las Power Stage, en las que ha sido absoluto dominador desde la introducción de dicha normativa, se le resisten este 2017, no terminando en ninguna de las cinco disputadas hasta el momento en primera posición. Neuville con tres victorias y Latvala con dos se han impuesto en todas.

Obviamente criticar el inicio de año de Sébastien Ogier no se ajusta a la realidad. Aún menos si tenemos en cuenta el periodo normal de adaptación a un coche que no ha desarrollado (M-Sport fue el equipo que más tarde comenzó los test) y que apenas pudo probar antes del inicio de temporada. Desde su victoria en Monte-Carlo, el de Gap no se había bajado del podio hasta el pasado Rally de Argentina en el que terminó cuarto. Sin embargo, sí ha mostrado una mayor vulnerabilidad que durante los últimos años.

Los problemas de los que más se ha quejado hasta el momento Ogier han sido principalmente de tracción, de entrega de potencia y un alto desgaste de los neumáticos que le obligan a pilotar mucho menos agresivo que en una situación ideal. Precisamente, el propio Sébastien destacaba que en el pasado la gestión de las gomas era su principal punto fuerte y este año no está consiguiendo el mismo feeling. Con todo ello, el tetracampeón está intentando adelantarse a una posible situación de ‘riesgo’ si finalmente llega el ciclón Neuville que se lleva anunciando desde la carrera monegasca.

Han sido ya muchas las declaraciones en las que ha pedido trabajar con más ahínco al equipo (incluido él mismo) y espera que los test que se están celebrando estos días en el norte de Portugal le permitan encontrar la configuración correcta para pelear en la cita lusa dentro de apenas una semana. Será el momento de valorar el estado de forma tanto del Ford Fiesta RS WRC’17 como del propio Ogier, quién sabe si también para que el francés comience a valorar un nuevo cambio de aires a final de temporada, ahora que los equipos no están tan cerrados como lo estaban el pasado mes de noviembre. Hasta entonces, Ogier tendrá que explotar su regularidad a la espera de ajustar/evolucionar su montura. Quizás también veamos al Sébastien más bragado y descarado, al mismo de la etapa Citroën.

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