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Pasado y presente, cara a cara: Opel Kadett GSi y Opel Astra OPC

La comparativa entre varios modelos más obvia suele ser aquella en la que se enfrentan dos vehículos similares en tamaño, potencia o precio, orientados hacia el mismo segmento o público y coetáneos en tiempo. Pero a los que nos gusta el pasado, reciente o más lejano, también nos gusta ver cómo ha pasado el tiempo (casi siempre para mejor) y poder comparar un coche de hace años, o décadas, con uno actual, porque muchas veces el recuerdo es demasiado generoso con el tiempo que ya pasó y hace más difícil ser objetivo.

Esto todavía tiene más sentido si en el enfrentamiento se produce entre dos miembros de la misma familia, como es el caso que aquí nos ocupa. Pese a que el Opel Astra ya se ha hecho un nombre entre los compactos, con cuatro generaciones incluyendo la presente, la historia del Opel Kadett es todavía más longeva y exitosa. Precisamente su última generación fue un éxito en la década de los ochenta, y entre ellas destacaba una versión con luz propia, el Opel Kadett GSi. Su sucesor actual dentro de la marca bien podría considerarse el Opel Astra OPC, ¿está en pleno año 2012 a la altura de lo que supusieron leyendas como el GSi en el pasado?

Por supuesto, el Opel Astra OPC es mucho más en todo: en tamaño, en seguridad, en equipamiento, en comportamiento dinámico o en potencia. Sus 280 CV turboalimentados pondrían en un aprieto al Opel Astra GSi, y eso sin hablar de su seguridad activa o pasiva, muy superior, de su velocidad de paso por curva, de su confort o de detalles y equipamiento con los que hace tan sólo veinticinco años apenas podríamos soñar. Sí, el Opel Astra OPC es sin duda mucho más coche, porque tantos años no pasan en balde, pero al Opel Kadett GSi todavía le queda una baza por jugar, y esa no es otra que la de la historia y la nostalgia.

Lo cierto es que si hoy en día el Opel Astra OPC tiene muchos y muy duros rivales, en la década de los ochenta el Opel Kadett GSi brillaba con luz propia y era uno de los mejores compactos deportivos de su generación. Ya fuese con el motor de 2.0 litros y ocho válvulas, con 130 CV, o en la versión de cuatro válvulas por cilindro, con 156 CV sin catalizar, el Kadett GSi destacaba por motor y prestaciones, con uno de los mejores “dos litros y cuatro cilindros” de su generación.

    Quizás no destacaba tanto en su interior (bajo mirada actual, espartano y sencillo, y con una instrumentación digital bastante curiosa), o con un chasis que podía pasar apuros para asimilar su potencia (aunque ya podía contar, opcionalmente, con ABS), pero lo cierto es que el sabor de boca que dejó a propietarios y aficionados aún perdura hoy en día. Con un tacto más directo y menos asistido, y gracias a un peso mucho más contenido que en el Astra OPC actual (media tonelada menos), sus prestaciones eran muy decentes y tampoco se quedaban tan escandalosamente lejos del OPC: con casi la mitad de potencia, era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 7,7 segundos o alcanzar los 220 km/h.

    Ahora Opel, apelando a nuestra nostalgia, junta en un vídeo promocional (de buena realización pero un tanto aséptico) al Opel Kadett GSi con el nuevo Opel Astra OPC. Pasado contra presente, en una evolución que no se ha detenido en los últimos veinte años y que resulta más evidente al contemplar ambos modelos juntos. Lo cierto es que el Kadett GSi ya es un clásico moderno, pero en la mayoría de aspectos no resistiría comparación alguna con el Opel Astra OPC actual, y sólo hace falta subirse a uno y otro para darse cuenta. Pese a todo, el OPC tendrá muy difícil alcanzar la tremenda popularidad y carisma que se ganó a pulso su abuelo…

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