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El retorno de Top Gear llega cargado de sombras, y unas pocas luces. ¿Hay aún esperanza?

Hace apenas dos días tuvo lugar la emisión del primer capítulo del nuevo Top Gear. El programa de coches más rentable y famoso del planeta, sin el trío de presentadores que lo hizo famoso. Si quieres seguir las andanzas de Jeremy Clarkson, James May y Richard Hammond, en unos meses comenzará The Grand Tour en Amazon. Pero es hora de hablar de Top Gear, que estrena formato, presentadores y retos. A continuación hay spoilers del primer capítulo de la temporada 23 de Top Gear. Si aún no lo has visto, te sugiero que dejes de leer ahora mismo.

Echo de menos más química entre los presentadores. Chris Evans parece tener un gran afán de protagonismo.

El formato del nuevo Top Gear es relativamente diferente al del antiguo Top Gear. Siguen usando un estudio como base de operaciones, pero en vez de tener tres presentadores, cuentan con un dúo dinámico. Chris Evans y el conocido actor americano Matt LeBlanc. Desde el primer momento, la actitud y el comportamiento del británico parecen forzados, y grita demasiado. Si a esto unimos todas las críticas y mala prensa generadas por su persona antes del estreno, las perspectivas no parecen demasiado halagüeñas para esta voz conductora.

Al menos Joey Tribbiani compensa con su humor y buen hacer ante la cámara los defectos de Chris Evans. ¿Estoy siendo un poco duro? Quizá las expectativas generadas por el retorno de Top Gear eran demasiado grandes, y el listón de sus predecesores, demasiado alto. Sea como fuere, tras una breve presentación en el estudio, comienza un programa cuyo primer segmento es una batalla entre el bestial Dodge Viper ACR y el Corvette Z06. Dos deportivos de pura cepa que se enfrentan a una batalla en el aeródromo de Top Gun.

Al menos The Stig sigue haciendo su aparición estelar, y han conservado la tabla de vueltas rápidas al aeródromo de Dunsfold.

Una referencia cultural ideal, un escenario de película y dos máquinas impresionantes. Con una pésima ejecución, en la que Chris Evans no nos cuenta más curiosidades de las que una búsqueda de 10 segundos en Google nos aporta. Su Dodge Viper se enfrenta al Corvette Z06 de Sabine Schmitz. La piloto alemana sí aporta frescura al sketch, en una batalla que trata de imitar al duelo entre dos aviones. Pero por algún motivo, el que siempre «chupa cámara» es el inglés, además de ser el vencedor – claramente pactado en guión.

¿Entretiene? No demasiado, y queda claro que Chris Evans no sabe hablar al mismo tiempo que pilota un coche. Nada que objetar a la fotografía de Top Gear, que sigue reteniendo la calidad e inventiva de siempre, rayando a un nivel verdaderamente alto. Tras este primer sketch, sería el turno de las noticias, que personalmente me parecía entretenido y socarrón con el trío calavera. El nuevo Top Gear prescinde de las noticias, relegándolas a Extra Gear, una especie de cara B, a la que han destinado de momento a Chris Harris y Rory Reid.

Espero que Chris Harris y Rory Reid aparezcan en Top Gear y no sean relegados a Extra Gear. Tienen verdadero talento, y no se está aprovechando.

En sustitución, es el turno de «Star in a Reasonably Priced Car». El nuevo Top Gear ha sustituido a una estrella por dos, que se reparten turnos de preguntas sobre coches, y una especie de «aplausómetro» con el que dirimen quién tiene o ha tenido mejores vehículos. Francamente plano y aburrido. Quizá Jessee Eisenberg y Gordon Ramsey no son las estrellas más adecuadas, pero estaréis de acuerdo conmigo en que Jeremy Clarkson siempre sacó mucha más punta a las celebridades. Creo que el formato de entrevista doble no es acertado.

Tras la entrevista, los famosos se ponen al volante de un MINI Cooper preparado para Rallycross. Ya no es una vuelta al circuito en un coche barato, es una vuelta a un circuito de rallycross que enlaza partes de asfalto con partes de gravilla, e incluye tanto un salto como una sección inundada. Mucho más espectacular, teniendo en cuenta que el MINI tiene tanto ABS como ESP desconectados. Era el turno a continuación de Matt LeBlanc, probando un fantástico Ariel Nomad en el ardiente desierto de Marruecos.

La pista de rallycross para famosos es un punto a favor del nuevo Top Gear, y aporta algo de chispa a un programa de momento demasiado plano.

Además de hablarnos sobre el coche, debía simular que escapaba de varios paparazzi, equipados con motos, un parapente motorizado y un drone. Matt consigue entreter e informar al mismo tiempo, y se nota que tiene tablas delante de una cámara. Durante todo el programa tiene lugar un pique entre Estados Unidos y Gran Bretaña, por lo que se establece un clásico reto entre los presentadores para hallar un vencedor. La primera parte del reto consiste en conducir dos Reliant Robin entre Londres y la localidad costera de Blackpool.

Si lo que querían es romper con el antiguo Top Gear, un Reliant Robin no es el coche adecuado. Uno de los mejores sketch de Clarkson tenía lugar a bordo de un Reliant Robin, preparado para volcar en el momento más insospechado. ¿Qué será lo próximo, una caravan? En este caso, simplemente los han conducido por autopista hasta Blackpool, sin apenas drama o bromas genuinas. Se nota que falta química entre los presentadores. ¿Donde han quedado las burlas y las chanzas del trío calavera? Quizá con varios retos solucionen sus problemas de convivencia y entretengan a la audiencia.

«And on that bombshell…» comienza Matt LeBlanc al acabar el capítulo, con Chris Evans interrumpiendo para decir «ya no hacemos eso». Por favor.

Usando un Jeep Willys y un Land Rover Defender tratan de animar el cotarro con una lenta carrera de aceleración y el remolque de unas furgonetas atascadas en la playa. Sólo el ascenso a una montaña embarrada remolcando sendos Reliant Robin consigue aportar un poco de esperanza para Top Gear, al final de un capítulo francamente decepcionante. Al menos, esa es mi opinión tras invertir una hora de mi tiempo delante de la pantalla. No todo son críticas: pienso que sigue habiendo un gran potencial.

Matt es un gran presentador y sus secciones son entretenidas. Chris Evans es directamente insufrible, y no es en absoluto gracioso, actúa de forma forzada y poco natural. Quizá estas primeras críticas les hagan reaccionar y variar el formato en sucesivos episodios, aunque me temo que todos deben estar ya grabados. Una sorpresa positiva ha sido Extra Gear. Una «cara B» de media hora en la que los periodistas del motor Rory Reid y el mítico Chris Harris nos cuentan algunos detalles y secretos acerca del nuevo Top Gear.

Extra Gear ha sido una sorpresa muy positiva, y resulta más entretenido e informativo que Top Gear, con mucha diferencia.

Chris Harris vuelve a engancharnos con una vuelta rápida a la pista de Top Gear a bordo del Ariel Nomad, y Rory Reid hace un breve segmento de noticias con él. Entrevistan brevemente a un cómico británico y hacen una visita guiada a la casa de Sabine Schmitz, que cuenta algunos detalles sobre su Porsche 911 de competición y palmarés. Aunque Harris parece algo agarrotado, los 30 minutos de ExtraGear han sido mucho más entretenidos que la hora de Top Gear, con mucha diferencia.

Cuando la cara B es mejor que el single, algo va mal. Creo que Top Gear tiene potencial, pero este primer capítulo ha demostrado que la química entre los presentadores y el humor gamberro que hicieron famosos al trío calavera han desaparecido. The Grand Tour se estrena en unos meses, no os preocupéis. Pero lo cierto es que este nuevo Top Gear me ha defraudado. Fifth Gear ha dejado de emitirse y Tiff Needell se encuentra desempleado. ¿Por qué no lo cambiamos por Chris Evans?

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