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Aquella ocasión en la que los Cazadores de Mitos montaron ruedas cuadradas a una pick-up

Quizá no lo supiérais, pero Cazadores de Mitos – programa de televisión también conocido como Mythbusters – ha llegado a su fin. Aunque era un programa de entretenimiento puro y duro, su aproximación más o menos científica a mitos comunes y su cercanía con el público les granjearon no pocos seguidores. En Diariomotor queremos recordar la ocasión en la que decidieron que era buena idea montar ruedas cuadradas en una pick-up, y comprobar si las vibraciones eran soportables una vez el coche tomaba cierta velocidad.

Un genial experimento, que nos hizo sentirnos como niños viendo este fantástico programa televisivo.

Está claro desde el primer momento que no es una buena idea, pero ellos decidieron seguir adelante. ¿Por qué? Porque podían. El experimento comenzó eligiendo un vehículo adecuado, en este caso una Ford F-250 con motor diésel, un V8 de 7,3 litros y toneladas de par motor. Además, tenía tracción integral. Era necesario un enorme par motor para vencer la resistencia inicial al movimiento de ruedas cuadradas, que fueron fabricadas a medida y envueltas en una especie de banda de goma que simulaba un neumático.

Esto es lo que sucedió:

En efecto, no fue un movimiento demasiado fluido. Toda la pick-up parecía querer desintegrarse ante las enormes vibraciones. Me ha recordado a esos vídeos en los que alguien lanza un ladrillo al interior de una lavadora centrifugando a máxima velocidad: los objetos angulosos no son compatibles con un movimiento circular fluido. Con todo, cargaron a la pick-up con sensores para comprobar si con el aumento de velocidad disminuían las vibraciones. El hecho de que la pick-up fuese ingobernable no era relevante.

Y efectivamente, confirmaron que así era. Para conseguir que la pick-up fuese parcialmente gobernable, fueron un paso más allá. Formaron un patrón de diamante con las ruedas, escalonadas en 45 grados. Efectivamente, las vibraciones disminuyeron algo más. Pero en ningún momento la experiencia de conducción fue remotamente tolerable. Quizá hay algo de lógica en el hecho de que las ruedas son redondas desde su invención, hace ya varios milenios. Con todo, fue un genial experimento.

¿La última prueba? ¿Serán más eficientes que un neumático convencional en el ascenso de una pendiente de gravilla? No, me temo que no. Deberían haberlo intentado con ruedas triangulares.

En Diariomotor:


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