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Cazadores cazados: identificando radares camuflados irregulares

La necesidad de vigilancia en nuestras carreteras mediante radares de velocidad puede ser más o menos cuestionable, especialmente cuando esas medidas de vigilancia denotan una intención posiblemente recaudatoria, y no abogando por la mejora de la seguridad en carretera, que debería ser el fin último de todas estas medidas (ver tabla de sanciones por exceso de velocidad). Lo que no es cuestionable, en ningún caso, es que para proceder a esa vigilancia se opte por instalar aparatos de medición, en vehículos camuflados, en lugares prohibidos expresamente por el Reglamento General de Circulación y peligrosos, para los conductores y para los agentes que ejercen esa labor. De ahí que surjan iniciativas, como la que nos ocupa, para «cazar a los cazadores», para evitar esa práctica que, por desgracia, en los últimos años es cada vez más habitual.

La vigilancia de los excesos de velocidad no es una excusa para estacionar coches camuflados con radar en lugares peligrosos o en contra del Reglamento General de Circulación.

La última campaña contra los radares peligrosos la ha iniciado la Asociación Mutua Motera, de la cual ya hemos hablado en alguna ocasión. En esta asociación, entre otros, hay agentes como Juan Carlos Toribio, del cual ya os hablamos en alguna ocasión. Juan Carlos es un agente de la Guardia Civil que decidió denunciar muchas de las irregularidades y deficiencias existentes en nuestras carreteras. Y por ello tuvo que enfrentarse a expedientes y a la expulsión. E incluso Tráfico acabaría por prohibir a los agentes que denunciasen deficiencias en las carreteras.

El objetivo en este caso es el de identificar y denunciar radares móviles en zonas expresamente prohibidas. Destacando sobre todo tres tipos de conductas irregulares:
* Colocación del vehículo radar en el arcén, con señalización de «triángulo de peligro» o sin ella
* Colocación del vehículo radar sobre la zona acerada del tránsito peatonal
* Colocación del equipo cinemómetro sobre la barrera de seguridad, o próximo a la misma, fuera de la plataforma

Evidentemente, la vigilancia de los excesos de velocidad no debe realizarse a cualquier precio. Esa es la opinión de esta asociación, y también la nuestra. De ahí que su iniciativa pase por animar a los conductores a que remitan las pruebas gráficas y videográficas de que dispongan a su dirección de email (seguridadvial@mutuamotera.es), acompañadas del del lugar (carretera y kilómetro), la fecha de la localización y la hora. Evidentemente, para apoyar esta iniciativa, por favor, que ningún conductor suelte la mano del volante para sacar el móvil y hacer la foto. Primero, por el peligro que implica para su seguridad. Segundo, porque fotografiar a unos agentes de la Guardia Civil mientras conducimos no es ni mucho menos inteligente.

Como curiosidad, y como contramedida ante los incentivos de la DGT a los agentes que superan un cierto cupo de denuncias, esta asociación anuncia que establecerán un baremo para premiar a los ciudadanos que más irregularidades envíen.

Fuente: Asociación Mutua Motera
En Diariomotor: Juan Carlos, el agente de Tráfico que denunciaba deficiencias en las carreteras, apartado de la Guardia Civil

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