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Cinco cosas por las que prefiero las 24 horas de Le Mans a la Formula 1

Si el pasado miércoles de ayer era mi compañero Iván Fernández el que os daba cinco razones por las que actualmente las 24 horas de Le Mans son más atractivas que la Fórmula 1, hoy es mi turno. Y lo hago poniendo un toque personal al asunto porque a veces no sólo la velocidad o la tecnología son lo fundamental.

Las decoraciones. Aquí la deformación profesional me puede. Lejos de las estrictas normas de la Fórmula 1, que por ejemplo impiden lucir colores distintos a los dos monoplazas de una misma escudería, los distintos participantes de Le Mans son como un lienzo lo que permite que cada año veamos un sin fin de opciones. De otra forma no sería posible que artistas de la talla de Andy Warhol, que lo pintó con sus propias manos, o Alexander Calder realizarán sus propias obras de arte en movimiento. Eso sin olvidar que también se permite soñar a los aficionados con propuestas, o concursos, como los de Dunlop o Aston Martín.

La épica. El otro día publicábamos un vídeo en el que Satoshi Motoyama se desvivía por intentar llegar a boxeo con su maltrecho Nissan Deltawing o recuerdo las ocho horas que el equipo de Pescarolo se tiro intentando arreglar su Pescarolo 03 simplemente por el hecho de cruzar la bandera a cuadros. Las 24 horas de Le Mans hablan de fiabilidad y velocidad pero también de epica y misticismo.

El glamour. En la Fórmula 1, el glamour esta en el paddock o los bóxes, en Le Mans esta en la propia pista. Paul Newman, Patrick Dempsey y en menor medida, ya que no participó de forma oficial pero hizo todo lo posible para grabar una de las mejores películas, Le Mans, sobre el mundo de la competición de la historia, Steve McQueen son el mejor ejemplo. Que una estrella rutilante del universo Hollywood se ponga tras el volante lo dice todo. No es sólo postureo.

La técnica. En 2015 habrá cuatro marcas oficiales dentro de la categoría reina, los LMP1, y cada uno de sus modelos contara con una tecnología diferente a sus rivales. Distintas Configuraciones del motor de combustión y distintos sistemas para almacenar la energía….el mejor ejemplo de que no siempre lo estándar equivale a lucha. Cada marca desarrolla la tecnología que vende en los vehículos de calle, una transferencia que difícilmente se da en la fórmula 1.

Las propias 24 horas de Le Mans. Que se cree un campeonato, como el Mundial de Resistencia, para justificar los ingentes presupuestos de las marcas con que las marcas intentan ganar en Le Mans dice mucho. Siendo honestos, lo importante es ganar Le Mans. El resto es simplemente un bonus. Las portadas importantes son las de Le Mans y por mucho que Toyota lleve este año el 1, estoy seguro de que lo darían todo por esa tan ansiada victoria. ¿Os imagináis que lo único importante del Mundial de Fórmula 1 fuese, por ejemplo, el Gran Premio de Mónaco? No lo creo.

Extra Lap. Por todo lo anterior pero sobre todo por esto….Disfrutar de un día en las 24 horas de Le Mans es una experiencia única. Recorrerte la mayor parte del circuito (hay zonas a las que, te guste o no, no puedes acceder), visitar el museo, gastarte dinero, mucho, en libros, maquetas o recuerdo en las tiendas oficianles o en los cientos de puestos existentes, subirte a la noria (de noche a poder ser), dormirte al borde de la pista y que un Corvette te despierte de vez en cuando…os digo que todas esas cosas son imposibles de hacer en una sola edición…es por ello que aunque hayas ido una vez, necesitas volver. Palabra de Hunaudieres.

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