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Renombrar un motor Renault nunca ha sido una solución acertada

Un dicho popular afirma que segundas partes nunca fueron buenas, pero en 2016 la marca TAG Heuer y el proveedor francés tendrán la oportunidad de demostrar lo contrario. Con el reciente anuncio de Red Bull nuevamente se abre un capítulo en la historia de los motores renombrados, una práctica cuya aplicación estaba casi en extinción debido a la globalización y a los intereses corporativos. Aunque ciertamente los motores TAG resultaron muy competitivos en la década de los ochenta, también hay que decir que los motores V10 Renault RS9 rebautizados como Mecachrome, Playlife o Supertec jamás estuvieron a la altura de las expectativas.

El escenario y las circunstancias para traer de regreso a la marca TAG en un motor no son para nada similares a las de 1984, no obstante del departamento tecnológico de Red Bull se podría esperar ese «extra» que a los ingenieros particulares les faltó para hacer competitivos a los motores Renault. Hay que estar claros en que el nombre de Tag Heurer en un motor Renault no será mágico, ni traerá de vuelta las glorias que alguna vez alcanzaron Niki Lauda y Alain Prost con un bloque Porsche rebautizado.

La historia de Renault ha sido distinta porque a pesar de contar con dos socios notables, Williams y Benetton, la subcontratista Mecachrome nunca pudo mantener al V10 francés en el tope. En 1998, Jacques Villeneuve, campeón defensor, y Heinz Harald Frentzen, al volante del FW20, apenas sumaron 38 puntos y aunque Williams culminó tercero entre los constructores, jamás resultó rival para McLaren Mercedes y Ferrari, ya que ambas escuderías totalizaron 156 y 133 puntos respectivamente.

De una temporada a otra, el motor Renault dejó de ser la referencia en la Fórmula 1 para transformarse en una alternativa solo para seguir en acción, sin mayores aspiraciones, lo que se puede comprobar al analizar las actuaciones de los Benetton Playlife o de los Williams Supertec. Durante tres temporadas consecutivas, desde 1998 hasta el año 2000, el trabajo particular desarrollado a partir del motor Renault no rindió sus frutos. Sin embargo, también se podría argumentar que era otra época y la tecnología no estaba tan avanzada como ahora en las áreas inherentes a los motores, sobre todo si se piensa en unidades de potencia híbridas.

Tal vez Red Bull tenga las respuestas que Renault necesita para competir contra Mercedes, pero la historia reciente está en su contra. En el caso de la escudería austriaca más bien se podría pensar en una etapa de transición mientras encuentra a un proveedor que les conceda los privilegios de equipo oficial que tanto necesitan para regresar a la cima, tal como sucedió con Williams y BMW o con Benetton y Renault, tras sus malas experiencias con los motores Renault renombrados.

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