Sobre el papel todo era muy bonito. El nuevo formato de sesión de clasificación iba a ayudar a mantener la emoción durante los 60 minutos que duraba la misma, los equipos iban tener que estar con los monoplazas en pista para evitar caer cada 90 segundos y los aficionados sacarán sus billetes de las carteras y se los arrojarán a los dueños de la Fórmula 1 de cien en cien. Sin embargo, los planes no salen siempre bien, por mucho que le pesé a Hannibal Smith. El sistema ha nacido muerto y a nadie se le ha escapado este pequeño detalle.
Los tres minutos de Q3 que hemos estado sin ver ni un solo coche en pista luchando por la pole, ha permitido a gran parte de los dirigentes de los distintos equipos para recapacitar y cargar armas de cara a las preguntas de la prensa. Prácticamente ninguna de las cabezas visibles de las escuderías ha evitado hacer declaraciones, mostrándose todos muy duros acerca de la decisión tomada por la Federación Internacional hace sólo unas semanas.
El Software no falló, la realización ha sido pasable si tenemos en cuenta la dificultad que supone estrenar un formato tan distinto al anterior, e incluso la Q1 ha tenido su gracia. Sin embargo, tanto la Q2, como la definitiva Q3 han resultado ‘infumables’, robándonos un nuevo duelo entre Rosberg y Hamilton. Y es que sin Ferrari en la lucha directa con los Mercedes AMG y sin querer ser partícipe de la función de circo, el sistema no tiene cimientos sobre los que mantenerse en pie.
Debemos aceptar que lo hemos intentado y no ha funcionado. La tensión debe ser mayor. Lo importante es no cerrar los ojos ante el fracaso. Creo que los cambios se realizarán de cara al Gran Premio de Bahréin. Prefiero volver al sistema anterior.
Christian Horner, Director de Red Bull Racing era uno de los más duros, asegurando que se debe pedir disculpas al público por el espectáculo mostrado. Niki Lauda por su parte, se dejaba llevar y frente a los micrófonos de la televisión alemana se quedaba a gusto. Con Movistar F1 se contenía y confirmaba la reunión que se celebrará mañana para dirimir el futuro: «Cometimos un error. Mañana tenemos una reunión con todos los equipos para retomar el antiguo sistema«.
Empezamos la reunión, Bernie se puso de pie y dijo: «tenemos que hacer la calificación más emocionante, así que el primero de la calificación empezará décimo en la carrera y el décimo saldrá primero». Todos nos reímos y Whiting llegó con este nuevo sistema y nos ha llevado a un gran error, la peor decisión en la Fórmula 1, hemos perdido toda dirección como deporte. El sistema se ha bloqueado, nadie piensa en lo mejor para el deporte.
Toto Wolff era ‘algo’ más comedido en sus declaraciones, pero siempre apuntando a la misma dirección e igual de directo: «Soy el primero en decir que no debemos hablar en público de lo malo que hay en la F1. Pero la nueva calificación es basura».
Los pilotos no eran mucho menos críticos. Mientras que Carlos Sainz era políticamente correcto con la prensa española, asegurando que los que lo deben juzgar son los espectadores y los aficionados, Fernando Alonso apuntaba a que el sistema no era justo con los equipos más pequeños (entre los que incluía a la propia McLaren-Honda): “las reglas no son muy justas para los equipos más pequeños o privados. Ya no teníamos neumáticos para competir en la Q2, por lo que nos quedamos dentro del box”. Grosjean por su parte, lo dejaba claro “odio este nuevo formato”. Aunque tal vez en el caso del galo, también debería estar enfadado con su equipo al perder su última vuelta lanzada al salir tarde a pista… Que hablen de mi, aunque sea mal; el nuevo eslogan de la Fórmula 1.
