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Max Verstappen vence en el caos reglamentario y de banderas rojas Down Under

Max Verstappen ganó una carrera de Fórmula 1. Un hecho tan obvio, repetido y a la vez peculiar en el atardecer de Melbourne, evento calmado hasta que se intentó dar más condimento a la parte final de un Gran Premio con tres banderas rojas. Subieron al podio un impecable Lewis Hamilton y un afortunado Fernando Alonso beneficiado junto a Lance Stroll por una parte final confusa que permitió a los Aston Martin transformar un error y un choque en un 3º y 4º.

Valtteri Bottas (gomas blandas) y Sergio Pérez (duras) partieron desde el pit lane en lugar de la última fila y todos los pilotos de las siete primeras filas empezaban con ruedas medias a excepción de los Alpine con blandas. Los Mercedes pasaron a Verstappen en la arrancada con George Russell al frente y Charles Leclerc giró demasiado pronto en la curva 3, tocándose con Stroll y yéndose a la grava de camino al abandono y a un Safety Car.

Esteban Ocon, Guanyu Zhou, Bottas, Pérez y Logan Sargeant pusieron neumáticos duros bajo SC pero su estrategia se vio afectada por el accidente de Alex Albon, que se fue contra las protecciones de la rápida curva 6 en un violento impacto. El líder Russell empezaba a guardar ruedas frente a Hamilton y Verstappen y decidió parar bajo el segundo Safety Car, igual que Carlos Sainz. Sin embargo ambos fueron perjudicados por la decisión de dirección de carrera de sacar la bandera roja y relanzar en parado.

Hamilton rearrancó bien y Verstappen cubrió a Alonso al principio con suficiencia. Tres vueltas después el neerlandés superó holgadamente al heptacampeón y le dejó a merced de Alonso en una buena pelea por la segunda posición. Russell remontó (7º a 4) sin complicaciones a Nico Hülkenberg y Stroll en la resalida en parado y a Pierre Gasly por DRS hasta que el motor del Mercedes dijo basta en la vuelta 18 y dejó al inglés fuera de carrera, provocando un breve Virtual Safety Car.

Sainz ascendió de 11º a 7º con paciencia e igual capacidad respecto a los McLaren, arrastrando a Hülkenberg, Stroll y a Gasly en varias apuradas al límite que le permitieron ser cuarto cerca de Hamilton y Alonso sin llegar a ponerles en peligro. Pérez iba escalando en un pelotón agrupado a base de DRS en la zona trasera, en especial en la atrevida curva 9 dónde superó a Magnussen, Zhou, Ocon, Oscar Piastri y un Tsunoda con claro déficit de caucho.

La falta de paradas ante el buen rendimiento de los neumáticos duros permitía ver mucha más acción en pista, a excepción de los hundidos medios de Sargeant y Nyck de Vries. Pérez había llegado a la zona de puntos a mitad de carrera, siguió su remontada particular a pesar de gastar bastante sus Pirelli y con el paso de las vueltas alcanzó a Lando Norris y Hülkenberg, dejándoles atrás sin apenas notar la presencia de los rivales para situarse séptimo.

Verstappen controlaba su ritmo con diez segundos de ventaja sobre Hamilton, a su vez mirando de reojo a Alonso y a Sainz. El de Ferrari vigilaba a Gasly y éste se escapaba de Stroll, con el canadiense delante de Pérez, Hülkenberg y Norris. Ocon atacó en la zona de puntos y tomó el décimo lugar de un Tsunoda agotado que se desfondaba más allá del top 10, siguiendo al francés Piastri y un dúo letal de persecución formado por Zhou y Kevin Magnussen.

Quizá en un preludio de lo que estaba por venir, Verstappen se salió solo en la penúltima curva a falta de diez giros pero apenas perdió cuatro de los 11 segundos que disponía. Volvió el de Red Bull a marcar vueltas rápidas en intercambio con Hamilton y Alonso, mientras por la zona media Norris pasó a Hülkenberg de forma atrevida en la curva 12 forzando una excursión del Haas y Magnussen sorprendía a Zhou en la 11.

Cuando parecía que todo iba a finalizar con cierta calma, Magnussen tocó el muro a falta de seis vueltas y arrancó la rueda trasera derecha de su Haas en una imagen tan inusual como espectacular. Salió un nuevo coche de seguridad transformado en bandera roja para una artificial resalida a dos vueltas en la que se generó el caos absoluto: Verstappen cubrió a Hamilton sin problemas pero Sainz tocó e hizo trompear a Alonso, mientras por detrás llegaba la melé grupal.

Stroll esquivó la colisión entre los españoles y cuando llegó a la curva 3 se olvidó de frenar a tiempo, desembocando en la grava y fuera de puntos. Sargeant se llevó por delante a De Vries en la primera frenada. Gasly se salió por la grava y al volver no pudo evitar a Ocon en un choque fratricida que dejó a los dos Alpine en el muro y sin puntos. Pérez se salió por la primera curva y volvía 10º. El descontrol provocó una tercera y extraña bandera roja que desembocó en un lío reglamentario.

Y es que en un giro de los acontecimientos legal y estrambótico al mismo tiempo, dirección de carrera decidió que el orden final era el de la resalida en parado al no completarse el paso por siquiera un sector, ya no una vuelta entera al circuito. El mayor perjudicado fue Sainz, que se llevó una sanción de cinco segundos por el choque con Alonso y veía como su cuarto lugar se convertía en una carrera sin puntos para olvidar.

Verstappen ganó sin complicaciones, seguido de Hamilton y Alonso (que ganó ocho posiciones por el cambio de orden en la bandera roja). Stroll vio como su excursión por la escapatoria quedaba en nada y recuperaba la cuarta plaza, seguido por Pérez (+5 respecto a la bandera roja), Norris (-1), Hülkenberg (-3), Piastri (-1), Zhou (-1) y Tsunoda (-5). Bottas y Sainz eran los únicos en meta sin puntuar en una cita llena de polémica y diversión, ocho abandonos y mucho de qué hablar.

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