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Mercedes engrasa la máquina. Crónica del GP de España 2017

Si algo se echaba de menos por parte de Mercedes en este inicio de temporada era un mayor acierto en la toma de decisiones en carrera. Dominadores durante tres temporadas en las que las raras ocasiones en las que Red Bull o Ferrari lograron ponerles en aprieto sus costuras quedaron a la vista, en las primeras carreras de 2017 estos puntos débiles quedaron especialmente evidenciados a nivel estratégico. Hasta hoy, pues pese a que Lewis Hamilton tuvo que adelantar en pista a Sebastian Vettel para ganar el GP de España la estrategia fue clave.

Esto no quiere decir ni mucho menos que Mercedes esté al nivel exhibido en años anteriores. Ferrari sigue siendo un digno rival que promete dar mucha guerra a lo largo del año y Sebastian Vettel se mantiene al frente del Mundial. Además el alemán protagonizó una salida espectacular. No ya por colocarse líder, devolviendo la moneda de lo ocurrido en Rusia con Valtteri Bottas, sino por la facilidad con la que abrió un hueco de dos segundos sobre Lewis Hamilton en ese inicio de carrera.

Sin embargo, lo visto en carrera requiere que quienes dudaban de las mejoras introducidas por Mercedes en este Gran Premio tras el escaso margen con el que Lewis Hamilton se hizo con la pole se planteen rectificar. Mercedes no necesitaba más ritmo a una vuelta. Necesitaba mejor ritmo de carrera y un consumo más progresivo de neumáticos. Hubo quejas por parte de Lewis Hamilton por sobrecalentamiento de los neumáticos traseros, pero cuando tuvo que apretar o el equipo le pidió que se mantuviera en pista unas vueltas de más, el conjunto funcionó.

Mercedes optó por retrasar la primera parada del británico. Las diferencias entre su goma usada y la nueva de Vettel primero y entre compuestos después (blando para el alemán, medio para el británico) quedaron minimizadas por una óptima gestión del tráfico por parte del muro de la estrella. Y así, una situación que podía haber acabado en sangría de segundos quedó en una pérdida jamás superior a los diez segundos, salvable cuando las tornas cambiaran y Sebastian Vettel se encontrara en pista con un compuesto más lento.

El segundo golpe maestro llegó con el absurdo toque entre Felipe Massa y Stoffel Vandoorne, tan achacable al escaso cuidado del belga como a la tremenda diferencia de velocidad punta en recta, que hace impredecibles ciertas maniobras de adelantamiento para los pilotos equipados de motor Honda. Cuando la lógica dictaba que Mercedes debía meter a Lewis Hamilton bajo Virtual Safety Car y así deshacerse de los neumáticos medios prácticamente ‘gratis’, el equipo apuró y sacrificó algunos segundos con tal de entrar justo cuando Dirección de Carrera reanudó la prueba. Sí, sobre el papel perdían tiempo. Pero dejaban a Sebastian Vettel en pista al no poder reaccionar a tiempo Ferrari, con goma vieja y fría, más tráfico por delante. Todo quedó en manos de Lewis Hamilton y el británico no falló.

Me encantaría poder destacar algo de la carrera del tercer clasificado, Daniel Ricciardo, pero lo cierto es que ni se le vio. El accidente inicial, con efecto dominó entre Bottas, Räikkönen y Verstappen más el incidente Massa-Alonso, diezmó las posiciones delanteras y el posterior abandono por avería en el Mercedes de Valtteri Bottas nos dejó con sólo tres coches en la vuelta del líder. Una situación que no se veía en una carrera en seco desde hace diez años (Mónaco 2007). El caos de inicio también permitió ver recompensada una vez más la labor de Force India, que con el cuarto y quinto puestos de Pérez y Ocon hace aún más sólida su cuarta posición en el Mundial de Constructores.

Otros hombres destacados del Gran Premio fueron Nico Hülkenberg, que cumple a la perfección con lo que de él se espera en Renault; Pascal Wehrlein, si bien su resultado es más achacable a los buenos fichajes realizados por Sauber a nivel de personal en estos últimos meses; o Carlos Sainz, con quien tengo sentimientos encontrados como ya plasmé en el artículo que se le dedicó a su carrera en esta web. Protagonista, desde luego. Pero sobreexcitado por momentos y lejos de la calma con la que ha venido afrontando otras situaciones desde que debutó en Fórmula 1.

Por último y sin ánimo de hacer la gracia, hablemos de McLaren. La carrera de Fernando Alonso no puede ser valorada en su justa medida al quedar marcada por la salida de pista inicial. Y no me cabe duda de que parte de la caída de ritmo sufrida también fue por los habituales problemas de autonomía del motor Honda. Pero al menos este fin de semana la sensación es otra. No hay gloria en un 12º puesto. Ni en un 7º en clasificación, por muy alucinante que fuera. Mas ya mejora lo visto en las cuatro primeras carreras del año.

Foto | Daimler

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