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Valtteri Bottas saca toda la rabia y muestra que también tiene "modo martillo". Crónica del GP de Australia

Quizás el único error de Mercedes-AMG F1 este fin de semana fue que alguien se equivocó a la hora de colocar los monos ignífugos en las habitaciones de los pilotos y en la de Valtteri han dejado el de Lewis Hamilton. Al menos esa ha sido la impresión que nos ha dejado el finlandés en este primer domingo del año, muy alejada de esa imagen frágil que nos dejó Bottas la pasada campaña, temporada en la que solo sacó la rabia cuando desde la escudería de la estrella le pidieron que cediera la victoria al británico en aquel Gran Premio de Rusia 2018.

Hemos visto quizás la mejor versión del piloto nórdico precisamente en el momento en que más lo necesitaba, cuando más cuestionado estaba. Hoy el ‘flying finn’ celebraba con su equipo mientras que Hamilton todavía entraba en el parque cerrado pre-podio para aparcar el Mercedes W09, una imagen poco habitual, pero que pone en relieve la gran diferencia que ha conseguido Valtteri en carreras. De nuevo una oportunidad perdida para Hamilton que salía desde la pole en el Gran Premio de Australia y que ha dicho adiós a toda opción con un arranque muy poco competitivo y una estrategia en boxes que ha picado el anzuelo de una Ferrari aún más equivocada.

“La mejor carrera de mi vida” espetaba Bottas cuando era entrevistado tras bajarse del monoplaza plateado, casi sin poder articular palabra, en parte por la emoción y por la habitual verborrea finesa. Responsabilizaba el #77 al trabajo mental realizado durante los últimos meses, así como una preparación física a la que en esta ocasión no ha lastrado la limitación de peso. Lo cierto es que quizás lo que más ha gustado de Valtteri durante la carrera de este domingo 17 de marzo no solo ha sido la salida, regularmente mejor que la de su compañero de box, sino también esa ambición inédita del piloto norteño, incluso desoyendo las instrucciones que recibía a través de la radio. Hoy era el más rápido en pista y quería esos 26 puntos por encima de todo, incluso si tenía que forzar una parada. Su recadito a final de carrera evidenciaba toda esa rabia de 2018: «To whom it may concern, fuck you«, «a quien le corresponda, que te jodan».

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No fue necesario, 25 puntos y uno extra por la vuelta rápida que hacen que el fin de semana para Mercedes-AMG F1 haya sido completamente redondo al conseguir doblete en la pista y el máximo de puntos posibles obtenidos para ambos campeonatos. La situación obviamente contrastaba con la de una Scuderia Ferrari que no ha defendido su vitola de favorito sobre el asfalto de Albert Park. El compuesto medio no funcionaba como debería y la parada de Vettel llegó demasiado pronto, dejándolo completamente ‘a los pies de los leones’ de cara al final de carrera, justo cuando la mayoría habían alargado la vida útil del blando para contar con el neumático duro hasta el final, mucho más plano en cuanto a rendimiento y fiable que el amarillo. El “¿Por qué somos tan lentos?” de Vettel y el “¿Por qué me habéis parado tan pronto?” de Hamilton eran un buen reflejo de las sensaciones de ambos pilotos con esa goma.

Precisamente esta nueva escudería italiana de Mattia Binotto era una de las grandes decepciones de esta primera carrera del año. Errores en estrategia y faltos de agilidad en el muro con la situación de Charles Leclerc, el cual tenía margen para hacer un paso por boxes y montar neumáticos ‘más frescos’ para tratar de conseguir la vuelta rápida. El monegasco preguntó por radio si podía atacara ‘al jefe de filas’ y desde la radio le daban la instrucción de que guardara gasolina y conservara neumáticos, en una consigna clara que ya estaba hablada antes de la carrera. Sensaciones encontradas para Leclerc en su primera carrera, con un tímido ataque a Vettel en la primera curva y un error en forma salida por la hierba en la primera parte del Gran Premio. Los que se dejaron guiar para apostar tras los triunfos de Toyota en Sebring, Suecia y Dakar, el de Dovizioso y Ducati en MotoGP, las cinco consecutivas de Bautista en SBK, las dos victorias de Ogier… hoy no era el día para ponerlo todo en el rojo.

Peor le fueron las cosas a hombres de los que se esperaba mucho en este inicio de Mundial. En el caso de Daniel Ricciardo, su carrera se terminaba solo unos metros después de ver apagarse los semáforos. El australiano optaba por ser agresivo en la salida, buscando el espacio para adelantar apurando la hierba de la línea de meta. Un agujero destrozaba el alerón delantero y causaba grandes daños en el bargeboard, por lo que su actuación quedaba hipotecada a las primeras de cambio. No iba bien el estreno de Carlos Sainz Jr. con McLaren, teniendo que decir adiós tras una decena de giros por un problema de MGU-K que sería complementado por un Lando Norris atascado tras Giovinazzi que decía adiós a los puntos por su imposibilidad de adelantar al piloto italiano que se movió lentamente tras haber apostado por el neumático medio para la primera parte de carrera.

Prácticamente ninguno de los estrenos terminó por convencer. Pierre Gasly no pudo con un Daniil Kvyat que tiró de experiencia para terminar décimo, Robert Kubica dañaba el alerón al tocar al francés en la salida, dejándonos con sabor muy amargo el regreso del piloto polaco. Albon o Russell no pudieron brillar en sus respectivos debuts en la Fórmula 1, lejos de los puestos de Top 10 entre los que sí destacó la labor de Kevin Magnussen, la regularidad de un Nico Hülkenberg que no pudo con el danés y el gran estreno de Kimi Räikkönen con Alfa Romeo Racing.

El finlandés, que tuvo que parar muy pronto porque un ‘tear-off’ se coló en uno de los conductos de freno, puede ser ese seguro de vida para los de Hinwil que por ejemplo le falta a HAAS. En este caso fue a Romain Grosjean al que le tocó sufrir el abandono, a falta de saber si es por un tirante de la suspensión roto por defecto o si realmente hubo un problema con el cambio de neumáticos en boxes que derivó en vibraciones que terminaron provocando dicho fallo.

Para comenzar en 2019, un sorprendente Valtteri Bottas que lidera a una Mercedes incuestionable por el momento. Ferrari falla en boxes y en pista, mientras que Verstappen se pone el traje de celestina y hace que la primera ‘noche’ entre Red Bull y Honda haya química. HAAS sigue convenciendo, con Renault obligada a mejorar mucho si se quiere meter entre los cuatro primeros. Y Lance Stroll… nadie puede quitarle el merito al canadiense de lo que ha hecho en la pista. A parte de él, los estrenos no fueron como se esperaban en un fin de semana en el que se respiraba dolor en Australia por la marcha de Charlie Whiting. Descanse en paz.

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