Estamos viendo como las mecánicas eléctricas están llegando a los deportivos. Es una jugada que no ha sido demasiado bien acogida por los aficionados y, por suerte, hay marcas que son consciente de ello. Y aunque bien es cierto que no dejarán atrás sus planes de electrificación, el deportivo de gasolina que todos conocemos no morirá.
Esta marca mantendrá a los deportivos eléctricos, pero sin olvidarse de los de gasolina
- Porsche mantiene en su plan a los 718 eléctricos.
- Las versiones más potentes serán de gasolina.
- Llegarán nuevos coches con motores de combustión.

Porsche 718 Boxster
Y es que muchos estaban preocupados por los Porsche 718 Cayman y Boxster de próxima generación, que iban a ser eléctricos. Me temo que vais a seguir preocupados, porque los de Stuttgart han decidido seguir adelante con el proyecto, pero aún así habrá versiones de combustión.
Y es que Porsche ha compartido su hoja de ruta donde vemos claramente no solo la presencia varios SUV, sino también de coches de gasolina. Aunque bien es cierto que los 718 BEV siguen en ella, también hacen alusión a «Top ICE derivates for new 718».
En cristiano: la firma alemana se guarda el motor de gasolina para las versiones más radicales del 718. Es decir, que mientras que los S y GTS recurrirán a un motor eléctrico, los GT4 GT4 RS, Spyder y Spyder RS seguirán haciendo uso de un motor de gasolina. Teóricamente, estos mantendrán el seis cilindros bóxer atmosférico que todos conocemos, pero la cosa no acaba aquí.
El «todo eléctrico» no será una realidad en Porsche
- Porsche tendrá dos nuevos SUV en su gama.
- Ambos contará con motores PHEV y de combustión.
- A su vez, los motores de gasolina de los Panamera y Cayenne estarán disponibles hasta bien entrados los años 2030.
Y aunque bien es cierto que el Cayenne eléctrico está a punto de presentarse, los motores gasolina tanto del Panamera como del que hasta la fecha es el SUV más grande Porsche seguirán disponibles hasta bien entrados los años 2030, aunque eso sí, sometiéndose a importantes revisiones.
¿Qué quiere decir esto? Que el Panamera tendrá versiones de combustión e híbridas enchufables, mientras que el Cayenne, además de dichos motores, también contará con una versión 100% eléctrica. En otras palabras: el SUV de Porsche tendrá un «Taycan en versión SUV» como equivalente eléctrico.
Pero aún hay más. Y es que Porsche ha confirmado un nuevo B-SUV que derivará, con casi toda seguridad, del Audi Q5 -aunque por tamaño no encaja como B-SUV-, convirtiéndose así en un Porsche de tracción delantera. De este coche aún no se conoce fecha de llegada, pero sí que se ha confirmado que contará con motores de gasolina y PHEV.
También contarán con otro SUV en la gama denominado internamente como K1. Este se posicionará por encima del Cayenne en busca de no solo competir con productos como el Audi Q7, BMW X7 o Mercedes-Benz GLS, sino también como una opción de siete plazas. A ello hay que sumarle que también se ofrecerá con motores de gasolina e híbridos enchufables.
No evitan el coche eléctrico, pero sí que llevan a cabo una estrategia lógica
Ahora, y si me permitís que adopte un tono más personal, creo que Porsche, aunque tarde, está haciendo lo que considero que habría sido lo más lógico desde el minuto uno: no evitar el coche eléctrico pero sí crear una pacífica convivencia.
A fin de cuentas la movilidad eléctrica tiene aplicaciones muy lógicas, especialmente en la ciudad, y en según qué contextos puede permitirnos ahorrar mucho dinero, pero no es perfecta. Y como no es perfecta ni la sociedad está preparada para un mercado 100% eléctrico, meter este tipo de coches hasta en la sopa no era una buena idea.
Así lo dejan patente las ventas y el interés general, siendo incluso los bolsillos más pudientes -y los más cercanos a estas mecánicas- los que también han mostrado su desinterés. Lógicamente Porsche no puede tirar por la borda un inversión multimillonaria, pero tampoco puede pegarse un tiro en su propio pie.
¿La solución? Seguir adelante con los coches eléctricos pero sin matar al coche de combustión. Es decir, una convivencia entre ambas mecánicas, un cliente feliz que puede elegir lo que más le convenga o guste y una tendencia que seguirán -y ya están siguiendo otras marcas- para evitar una electrificación total.