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¿Amigos o rivales? Bienvenidos al Track-Day definitivo

Es Lunes, hoy toca madrugar más de lo habitual, pero aunque parezca mentira, éste no será uno de esos odiosos primeros días de la semana. Hoy es el primer día de un total de cinco donde un grupo de amigos se reúnen para disfrutar de su verdadera pasión, una excusa para sacar el máximo de sus habilidades al volante y de sus exquisitas máquinas venidas de cada rincón del planeta. Hemos hablado muchas veces de los famosos clubes de pilotos de los Domingos, pero hoy, hoy, es el día en el que una treintena de auténticos, y auténticas, petrolheads nos tendrán como invitados de honor en su particular fiesta del motor. Bienvenidos al templo de la velocidad.

Ver juntos en pista al Porsche 918 Spyder y al Ferrari LaFerrari no tiene precio. Bueno sí, más de 2,5 Millones de euros si tuviste suerte de ser primer propietario

Como podréis imaginar, madrugar no es un problema hoy, de hecho incluso me permito el lujo de adelantarme al despertador para recortar tiempo hasta mi destino durante los próximos tres días, el circuito de Monteblanco. A la llegada al circuito onubense, me sorprende el hecho de que este club de pilotos comandados por la organización de Wileco Events no ha perdido ni un segundo para ponerse en cola a la salida del pitlane… pocos minutos después de mi llegada se enciende la luz verde del semáforo y un atronador estruendo acaba con la calma. Hasta el próximo Viernes cuando se de el colofón final en el circuito de Ascari, será posible disfrutar de Mercedes SLS, Nissan GT-R, Dodge Viper, Porsche 911 Turbo, GT3, 918 Spyder, Ferrari 458 Speciale, Challenge, Scuderia 16M, F12, LaFerrari… y lo más curioso de todo es que todos comparten una única característica, sus pilotos no han venido a darse un paseo, más bien todo lo contrario, hundiendo el pie hasta el fondo desde el primer instante. Son amigos, incluso compañeros en alguna actividad, pero con el semáforo en verde todo eso queda atrás para componer una parrilla de salida incluso más interesante que cualquier carrera de Fórmula 1.

Como en las buenas carreras, las de verdad, la batalla entre los neumáticos Michelin Sport Cup 2 (918 Spyder) y Pirelli Trofeo R (LaFerrari) resulta emocionante

El abanico de monturas disponible es muy amplio, tan amplio como para que a primera hora de la mañana ya te veas abrumado por los interesantes piques que surgirán entre GT3 y Speciale o el casi imposible de creer entre 918 Spyder y LaFerrari. Contemplando estos últimos ya me siento afortunado, pues ante mí vislumbro el estado del arte de la industria del automóvil. Tecnológicamente hablando estamos ante el máximo exponente del automóvil actual, poniendo en el mercado soluciones que todavía hoy siguen llevando a sus respectivas marcas a lo más alto del podio.

Si impresionante es ver a estos dos superdeportivos en directo, que lo es y mucho, aún lo es más ver su telemetría en tiempo real; demostrando que la superioridad de la tecnología híbrida es incuestionable cuando se trata de negociar curvas. Como anécdota, ver al Porsche 918 Spyder aullar en el valle que cobija el trazado de Ascari para después hacerse el pitlane en el más estricto de los silencios sigue resultando chocante. Por si alguien lo dudaba, LaFerrari no se anda con medias tintas, atronando con su V12 del primer al último metro recorrido. ¿Tiempos? me temo que confidencial.

La superioridad de los híbridos es incuestionable, aún así la batalla entre los V8 de Ferrari y los flat-six de Porsche es mucho más apasionante

Los dos superdeportivos de Porsche y Ferrari están a otro nivel, por lo que al final las batallas más interesantes se dan entre los deportivos «humildes», deportivos como los Porsche 911 GT3 (991) y Ferrari 458 Speciale que ofrecen una de las más encarnizadas batallas y que además cuentan con el mismo calzado, los Michelin Pilot Sport Cup 2. Vuelta a vuelta es posible ver adelantamientos imposibles, trazadas muy arriesgadas y algún que otro toque por encima de los 160 Km/h al apurar la frenada. No hablo de uno o dos coches, más bien de 8 o 10 según la manga y parando sólo para reponer combustible o cambiar gomas. Llega el momento en el que incluso me parece estar en una carrera de karts, pues aunque se que hablamos de máquinas de muy altas prestaciones, el ritmo de conducción roza la locura. Nos lo estamos pasando realmente bien.

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La jornada transcurre sin apenas descanso entre salidas, cada nueva vuelta parece que va a ser la última y apenas se gasta tiempo en meditar sobre lo ejecutado en la vuelta anterior. Es muy curioso ver que por fin máquinas de este porte son usadas para lo que de verdad fueron diseñadas, olvidándose de buenas maneras, de precio de revalorización o de atesorar un estado impecable para no desmerecer en una colección. Aquí nadie se fija en que la carrocería está sufriendo el duro trato de la pista, que frenos y neumáticos piden la hora, aquí se ha venido a correr sin contemplaciones, y eso es quizás lo más bello de este día donde por seguro caerán varios de estos deportivos.

Los que conozcan el circuito de Ascari sabrán que no estamos ante un circuito sencillo, más bien podemos hablar de un circuito exigente que requiere más de dos minutos de concentración por vuelta para ir rápido. Hay zonas de adelantamiento, no muchas, pero las hay, sin embargo hoy cada metro parece que es un bien sitio para meter el «hachazo». Cierta paz reina entre las primeras tandas, una calma que termina de forma abrupta cuando desde uno de los boxes cobra vida el V8 de un Ferrari 458 Challenge… un sonido atronador que deja a un lado al resto de V8 y flat-six que están en pista. Pero este movimiento de Ferrari no queda sin respuesta, desde otro box nos llega otro sonido gutural, sendos Porsche 911 con especificación FIA GT3 salen empujados por mecánicos rumbo al pitlane. Las cosas se ponen serias, los esbeltos deportivos de calle dan paso a sus hermanos más radicales, es hora de ver una auténtica guerra en pista.

Solo os puedo decir que el sonido y velocidad de estos Ferrari y Porsche de uso exclusivo para circuitos ponen los pelos de punta. Frente a sus hermanos civilizados parecen ser máquinas creadas por otros ingenieros muy distintos, comparten piel, pero bajo ella todo es lo suficientemente diferente como para que te invada el miedo si uno de sus pilotos te invita a dar un par de vueltas como copiloto. A todas luces copilotar estas máquinas es un regalo imposible de despreciar, pero ya os digo que esta invitación tiene trampa, pues será difícil que vuelvas a vivir una experiencia tan intensa y aterradora. Sólo queda en mi recuerdo lo primero que se me vino a la cabeza tras el primer giro y que, durante apenas cinco minutos, no paré de repetirme: «y decían que yo frenaba tarde…»

El coste de un Track-Day de esta envergadura puede superar fácilmente los 10.000 € por participante: neumáticos, combustible, frenos, transporte…

Con la llegada de la tarde me invade la nostalgia. Es innegable admitir que soy un afortunado al poder ver y tocar máquinas como el Porsche 918 Spyder o el Ferrari LaFerrari, máquinas que desde que fueron presentadas lo hicieron como referentes de la historia de la industria del automóvil para siempre. Pero sí, aquí y ahora siento nostalgia, la progresiva hibridación que se nos avecina pone en peligro de extinción a criaturas como el Ferrari F12 Berlinetta y su espectacular V12 atmosférico que ronronea a escasos centímetros de LaFerrari.

¿Cómo dos coches tan similares en ciertos aspectos técnicos pueden parecer estar tan separados por décadas? Solo mediante híbridos, motores más pequeños y turbocompresores conseguirán sobrevivir ciertos fabricantes, haciendo de días como el de hoy uno de esos momentos que con el paso de los años contaremos comenzando con la coletilla de aquellos maravillosos años… Para bien y para mal estamos ante el fin de una era irrepetible, una nueva etapa que se presenta repleta de interesantes ideas, pero que enterrará para siempre a esos deportivos que nos han hecho soñar desde niños.

Antes de que los últimos rayos de Sol obliguen a cerrar la pista, todos los presentes intercambian vivencias y experiencias sobre los piques surgidos durante el día con sus máquinas aún alineadas. El regusto a gasolina y goma quemada se mantiene en el ambiente, y aunque el cansancio se deja notar en todos y cada uno de los presentes, nadie duda de que mañana volveremos a enfundarnos el casco y el mono para marcar el mejor crono. Es justo admitir que este hobby está al alcance de muy pocos, pero se me hace difícil pensar en un mejor plan que el propuesto hoy: coches, amigos y velocidad… mucha velocidad.

Nuestro más sincero agradecimiento a C. de Salamanca y Wileco Events por invitarnos a participar en este evento
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