Este conductor canadiense no imaginaba lo que sucedería cuando se encontraba en su coche y se arrancó a cantar un famoso tema de los años noventa de esos que, irremediablemente, te animan a cantar y a gritar. O al menos eso es lo que él alega en su defensa después de que fuera multado el mes pasado. Justo cuando se encontraba cantando, y según su descripción de los hechos, escuchó la sirena y vio un coche de policía detrás pidiéndole que se echará a un lado de la carretera. Bajaron cuatro agentes y le preguntaron si estaba gritando. Y él reconoció que lo único que estaba haciendo era cantar, lo que no evitaría que le endosaran una multa.
Sucedió en Canadá. Y el conductor, Taoufik Moalla, fue sancionado por perturbar la paz. Una razón insuficiente para el afectado, que ahora está recurriendo la sanción que le impusieron, de 149 euros. Ver noticia en CTV News Montreal.
No es la multa más rara, ni injusta, que hayamos visto. Y de hecho hay muchas multas que en España podríamos recibir por una práctica que aparentemente nos parezca vaya en contra del código de circulación. Las más habituales son las que tienen que ver por acciones que, en opinión de un agente, puedan interpretarse como no mantener la «atención permanente a la conducción» o «su propia libertad de movimientos», que ya hemos visto podría llevarnos a ser sancionados por acciones tan comunes como conducir en chanclas o por beber agua.
