Parecía premonitoria la imagen de Daniil Kvyat y Max Verstappen estrechándose la mano durante el pasado Gran Premio de China bajo la atenta mirada de Carlos Sainz. La máquina de rumores ha comenzado a girar y esta vez ha puesto su dedo sobre el piloto ruso de Red Bull. Tras la desastrosa primera vuelta en Rusia, el nombre de Kvyat ha vuelto a saltar a la palestra. Una vez más cuestionado, el futuro del ruso parece tan negro que puede que no llegue ni tan siquiera su cabeza hasta Spa-Francorchamps.
Los últimos rumores apuntan incluso a que Max Verstappen podría incluso sentarse en el RB12 de Kvyat de cara al próximo Gran Premio de España. Las dos colisiones con Sebastian Vettel y la colisión de rebote con Daniel Ricciardo que arruinó también la opción de podio del australiano. Helmut Marko evitó hacer declaraciones en caliente, al menos tan explosivas como nos tiene acostumbrado el ex-piloto, pero aseguró que se hablaría con Daniil durante esta misma semana.
Según declaraciones previas de Christian Horner, los cuatro pilotos de la factoría Red Bull tienen el mismo tipo contrato, por lo que se pueden realizar cambios dentro del mismo equipo. Obviamente esto ha encendido la mecha de las habladurías y ya se ha puesto sobre la mesa que en Montmeló veamos a Kvyat sentado en el Toro Rosso, mientras que Verstappen promocionaría al monoplaza de la escudería matriz.
Obviamente, sigue sin haber un anuncio oficial, sin embargo, cuando el rio suena, agua lleva y el nombre de Kvyat ya ha salido demasiadas veces durante las dos últimas temporadas y no para refrendar su posición dentro del equipo precisamente. Tal vez rebajarle la presión pueda ser un movimiento positivo para su carrera… o tal vez el toque de gracia una vez más a la imparable ruleta rusa en la que se ha convertido el programa de jóvenes pilotos de Red Bull, más parecido a la cantera del Real Madrid durante los últimos tiempos que otra cosa (por su afición a formar talentos y luego cederlos a otros equipos o enterrarlos).
Vía | Motorsport
