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Análisis a pie de pista – Día 8: “Rojo, plata y naranja”

¿Puede llegar ya el Gran Premio de Australia? ¿No? Pues en ese caso nos tomamos la espera con paciencia e intentamos sacar alguna conclusión tras lo visto en la última jornada de pretemporada, quizás la que más elementos desveló sobre lo que podría ser la temporada 2017 de Fórmula 1. Llegados a este punto hay dos realidades ineludibles: Ferrari es competitiva y McLaren está hundida en la m…iseria. Se trata de dos elementos que no todo el mundo habría esperado ver tras los ocho días de test de Barcelona pero que han acabado llegando contra «todo» pronóstico.

En el día de hoy McLaren tuvo dos nuevos problemas técnicos con un Fernando Alonso que se quedaba tirado en ocasiones separadas por apenas diez minutos. En McLaren dijeron que eran problemas eléctricos… aunque en los años 70 se solía decir que si el pistón salía por los aires y se llevaba un cable con él eso también contaba como problema eléctrico… El caso es que en el equipo de Woking las cosas están realmente delicadas. Fernando Alonso actuó ayer básicamente como portavoz de McLaren para criticar a Honda de forma abierta, entendemos que para hacerles reaccionar. A fin de cuentas, su situación no parece tener solución.

El motor no es fiable, el coche no marca tiempos decentes y el MCL32 es el único monoplaza de la temporada 2017 que no ha realizado ninguna simulación de carrera. Tanto Fernando Alonso como Stoffel Vandoorne se han pegado auténticos hartones de realizar stints cortos de tres o cuatro vueltas que sirven de muy poco. Tras finalizar su última mañana de pruebas afirmaban desde la escuadra británica que estaban eliminando variables a la hora de analizar el origen de sus problemas. ¡Analizando variables! Tras ocho días, el origen del problema no está claro y en Honda siguen buscándolo. Y buscándose.

En el otro lado de la balanza está Ferrari. Tras un año 2016 muy por debajo de las expectativas -2015 estuvo mejor de lo esperado y parecía que el año pasado lo único que sería aceptable era un título que en ningún caso tenía sentido-, pocos creían en una Scuderia que está sin James Allison y con una dirección técnica que ha resultado ser más efectiva que mediática. El SF-70H es una pequeña obra de arte -aunque menos que el Mercedes W08- y los tiempos marcados en especial durante la segunda semana de pruebas dan muchos motivos para ser optimistas.

Ferrari se ha mostrado en todo momento competitiva y más allá de ver lo que pueda hacer Mercedes en el Albert Park de Melbourne -algunos creemos aún que los de Brackley pueden estar guardándose alguna cosilla-, la distancia entre los italianos y el grupo perseguidor es sorprendentemente grande. En las simulaciones de carrera del último día, el Red Bull RB13 estuvo a un ritmo vuelta a vuelta un segundo por debajo del Ferrari. Es una distancia importante que difícilmente se recuperará en dos semanas. Renault podría tener alguna mejora; Red Bull podría tener piezas nuevas… ¿pero «valdrán» un segundo? Es poco probable.

En el peor de los casos, Ferrari parece destinada a ocupar el segundo escalón en el orden de los equipos de 2017 mientras Red Bull tiene una posición relativamente cómoda tras ellos y por delante de la gran maraña que viene detrás. Pero si hay un equipo que genera las intrigas reales esta vez, se trata nada más y nada menos de Mercedes. Lewis Hamilton sigue a bordo con una estructura que conoce mejor que su compañero, un Valtteri Bottas al que le llega por fin su gran oportunidad. Nico Rosberg está retirado y Mercedes se enfrenta al primer gran cambio de normativas tras comenzar su dominio.

Su rendimiento es bueno, sus simulaciones de carreras arrojan datos especialmente parecidos a los de Ferrari y siempre queda el precedente de años anteriores en los que las flechas de plata se guardaban algo de rendimiento en pretemporada para llegar a las primeras carreras del año y dar un golpe sobre la mesa. ¿Por qué debería ser diferente esta vez? La respuesta es fácil y directa: no hay motivos para negar que eso pueda ocurrir. Además, las declaraciones del propio Hamilton y del equipo al respecto del rendimiento de Ferrari son extrañas. ¿Se quitan presión de encima o juegan al despiste? Tampoco Toto Wolff ha estado especialmente hablador, lo cual es poco usual en él.

Además, en Mercedes han estado siempre delante aunque no tanto ocupando la primera posición, lo cual hace pensar que existe la posibilidad que las flechas de plata hayan estado controlando su rendimiento hasta cierto punto. ¿Quien sabe? Podría ser que estuvieran guardando cierto rendimiento y que en Australia estén dos o tres décimas por vuelta por delante de los Ferrari. O puede que no hablen demasiado por estar buscando soluciones y evitar verse superados por un equipo que aparenta estar en su mejor estado de forma desde los mejores días de la temporada 2012 -o desde el Gran Premio de Singapur de 2015, si sirve un ejemplo corto-.

Son estos los tres puntos principales de interés de una pretemporada que como siempre, ha tenido un poco de todo. Pero hay más: la adaptación de un Lance Stroll que empezó torpe y terminó sin dar el cante, el buen hacer de Felipe Massa, la incógnita sobre las posibilidades de recuperación de Force India, los problemas de frenos de Haas, la menos comentada crisis de Renault, los problemas de los motores franceses que también afectan a Toro Rosso -y por ende a Carlos Sainz- y el nuevo puesto de farolillo rojo de la categoría reina de Sauber. Elementos que centren la atención del público no nos van a faltar. Entretenimiento hasta Australia tampoco. Pero a partir de entonces, empieza lo bueno.

Fotos | Diego Merino (UGS Vision)

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