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Control Stop. La obra maestra de Elfyn Evans que vale pelear por un Mundial

Estuvo prácticamente oculto hasta esa noche mágica del viernes uno de octubre. Ese día, el del 21 cumpleaños de Kalle Rovanperä, fue Elfyn Evans el que recuperó el “Sisu”, o lo que Mikko Hirvonen llamaba “Mojo”. Y llegó prácticamente como un ciclón, como el canto de cisne en una temporada difícil para el galés, en la que, a pesar de su habitual regularidad, ha estado lejos de los tiempos referencia en cada uno de los rallyes. No había segunda opción, un nuevo resultado a favor de Sébastien Ogier dejaría por completo sentenciada la lucha por el título.

Y fue en ese momento de presión cuando salió a relucir esa mejor versión de Evans. Se puso el traje de británico volador que ya vistiera en su momento Kris Meeke, asestó un primer golpe con nocturnidad y alevosía, el mismo al que daría continuidad ya por la mañana, cuando imprimió un ritmo a la carrera completamente inalcanzable para Ott Tänak y Craig Breen, hasta el punto que sacó completamente de quicio al irlandés.

Sólo el estonio fue capaz de apretarle las tuercas e incluso se pudo apreciar el esfuerzo por parte del piloto de Hyundai para ponerle contra las cuerdas en el bucle vespertino del sábado, algo que obtuvo inmediata respuesta por parte de Evans para dejar lo suficientemente claro que no estaba dispuesto a dejar pasar esa oportunidad de ganar en Finlandia, y además hacerlo en el último evento sobre tierra de la que sin duda es y seguramente será la generación de vehículos más rápidos que ha visto el Mundial de Rallyes.

Apenas tuvo que volver a ver cómo la diferencia no se veía reducida en las dos primeras especiales para que Tänak comprendiera que Evans era uno de esos púgiles a los que puede estar golpeando durante cinco asaltos ininterrumpidamente que no vas a poder enviarlos a la lona. Para entonces Breen ya había asumido que su victoria una vez más iba a tener que esperar, veremos si ahora que todo se encamina a que llegue como piloto líder de M-Sport las dos próximas temporadas llega gracias a estar más tiempo en el coche, sin duda algo que no nos ha permitido ver esas últimas décimas del crono que el irlandés tiene en el bolsillo.

En otro momento de la temporada hubiéramos dicho que todo el mundo quedó prácticamente contento, Hyundai rompió su racha en Finlandia, Evans recuperaba su velocidad y confianza en el compuesto blando de Pirelli y Breen sumaba su tercer podio consecutivo. Sin embargo, es cierto que con el i20 Coupé WRC reclamando esa vitola de coche más rápido en el mundial, hincar de nuevo la rodilla resultó doloroso dentro del equipo coreano, especialmente si echamos mano a la estadística y vemos que salvó en dos pruebas, las ocho restantes han tenido como ganador a un Toyota Yaris WRC… Con los tres pilotos oficiales de la marca consiguiendo al menos dos triunfos, en el caso de Ogier, hasta cuatro. Escaso consuelo para los de Andrea Adamo que ya empiezan a ver cómo pueden quedarse con el año en blanco al encontrarse a 61 puntos de Toyota cuando el máximo que puede obtener un equipo por fin de semana son 52 puntos.

El resto de posiciones del Top5 nos dejaron la felicidad de Esapekka Lappi por volver donde prácticamente lo había dejado, así como ese enfado de Sébastien Ogier al ver que su ventaja ha menguado por primera vez en los últimos meses (en todos los rallyes disputados desde Portugal Seb había sumado más puntos que Elfyn) y que además lo ha hecho ostensiblemente. Se quedó además sin opciones de aplicar la estrategia que él quería. Delante apenas hubo abandonos más allá de Kalle Rovanperä y cuando llegó el momento de pelear por los cinco puntos de la Power Stage, la mecánica del Toyota no estaba lista, por lo que el golpe fue contundente; 30 puntos de Evans frente a únicamente 10 de Ogier y apenas 24 de margen a defender en las dos últimas fechas en Catalunya y Monza.

Kalle Rovanperä reconoció no haber preparado lo suficientemente bien el rally, llegando con un set-up incorrecto

El francés fue sobre el papel uno de los derrotados en la batalla de Jyväskylä, pero no fue el único. Kalle Rovanperä llegó con la moral por las nubes después de sus dos primeros triunfos en el WRC, aunque muy pronto se daría cuenta de que su preparación no fue la necesaria para ganar en un rally de la complejidad del antiguo 1.000 Lagos. Él mismo lo reconoció, estaba al límite y ese mismo llegó en la mañana del sábado, con un impacto frontal que le dejaba ya sin opciones de título y un fuerte dolor en la moral y en la espalda. Desde su país natal ya ha habido algunos dedos acusadores que señalaban que en su jornada de test se dedicó a hacer pasadas con algunas personalidades VIP para un programa de televisión, dejando entrever que no se trabajó lo suficiente en la preparación de la décima fecha del Mundial. De los errores se aprende mucho más que de los aciertos.

También por el camino se quedó Thierry Neuville, al que ya poco consuelo le puede quedar después de un año en el que uno de los pocos momentos de repunte se lo dejó el éxito en Ypres. Sin opciones ya a ser campeón, la imagen del belga recorriendo a baja velocidad la última especial del sábado con la parrilla completamente arrancada y con el desconcierto que esto producía fue un resumen muy adecuado a las dudas que ha generado su rendimiento esta campaña. Llamado a liderar Hyundai, de nuevo el equipo necesita mucho más de los dos, tanto de Thierry como de Tänak y seguramente no estaría de más que ambos terminaran el año con victorias para insuflar algo de corriente positiva a la estructura para encarar el trabajo con el nuevo Rally1.

Hasta entonces, tendremos la oportunidad de seguir viendo la lucha fratricida entre los pilotos de M-Sport, con Greensmith frenando un poco la euforia que se vivió con el estreno de Adrien Fourmaux en Croacia. También Takamoto Katsuta volverá a Monza, evento en el que ya brilló en 2020 y donde espera poner fin a la racha tan mala que ha acumulado desde su podio en el Safari, mientras que para Pierre-Louis Loubet ha sido un ‘The End’ después de ser atropellado recientemente por un coche, lo que le ha provocado una rotura de cadera. Ausente en Finlandia, el ganador del WRC2 en 2019 deja disponible el i20 Coupé WRC de 2C Compétition para que Oliver Solberg pueda incluso sumar Monza a su experiencia sobre asfalto que se iniciará en España.

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