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Peugeot y el Dakar africano: un embrujo que no se puede explicar, se vive

Año tras año se plantea la misma pregunta. ¿Debe el Dakar abandonar la que ha sido su casa durante casi una década y regresar a sus orígenes, a África? La propia ASO es consciente de que su carrera, la que creo Thierry Sabine debe su leyenda al continente negro y que no estará completa hasta que se produzca el esperado reencuentro con el Lago Rosa. No debe ser entendido como una falta de respeto hacia los países sudamericanos que han acogido a la prueba en estas últimas decisiones. Su pasión y calidez, así como sus impresionantes parajes, han sido la acogida posible para una carrera que no podía seguir en su hábitat, como tampoco puede vivir sin él.

La inestabilidad política lejos de haberse resuelto durante los últimos 10 años incluso ha vivido un repunte y la vuelta del Dakar a su histórica senda puede ser el reclamo para unos barbaros que no entienden de pasión por la competición. Hace unas semanas, Etienne Lavigne dejaba unas interesantes palabras al periódico argentino Clarín, en el que admitía que ASO estaba completando la opción de alternar la competición entre sus dos ‘hogares’: “Un año y un año puede ser una posibilidad para mantener el interés aquí y volver a la tierra de origen del Dakar”, reflejaban las declaraciones del director de la carrera.

Sigue pareciendo precipitado y una opción que, lamentablemente, no se podrá completar en un plazo corto de tiempo. Una de las opciones que tiene la organización francesa sobre la mesa junto a otras propuestas más disparatadas como la de ir a correr a Australia, unir Norteamérica con Sudamérica e incluso trasladarse al este, con una especie de Ruta de la Seda que difícilmente atraería al mismo número de competidores.

Muchos a estas alturas se preguntarán, ¿Por qué tanta nostalgia por una carrera si la actual prueba en el continente americano raya a gran nivel? Es difícil explicar un sentimiento o una emoción como esta. Un embrujo imantado hacia un desierto que no tiene piedad, ni tan siquiera con el creador de su carrera, el cual cayó enamorado ante la visión de los bella y dura que puede ser la naturaleza.

A buen seguro es un buen momento de recordar las ediciones 1987 y 1988 de la carrera desde el punto de vista de Peugeot Sport. En una era en la que no había la posibilidad de comunicarse e informarse con la facilidad de la era de Internet, la firma del león contribuyó a la creación de pequeños cortometrajes artísticos en los que se narraba a través de imágenes las participaciones de los franceses en el rally-raid más duro del planeta. Dirigidos por el talentoso Jean-Louis Mourey, se pueden considerar como los antecesores de los actuales vídeos promocionales que utilizan las marcas en la actualidad. Sin embargo, es cierto que poseen otro ‘sabor’… ese sabor a nostalgia y a África del que hablaba.

Pd: Muy recomendable que no os perdáis el segundo vídeo, especialmente las imágenes de los primeros test de Ari Vatanen con el Peugeot 405 T16 Grand Raid.

Sahara Star (Paris – Dakar 1987):

Aventures pour un Dakar (Paris – Dakar 1988):

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