Mitsubishi quiere traer «más modelos propios» a Europa, según ha dicho su director general europeo, Frank Krol. De momento, la marca japonesa está preparando un SUV que se fabricará en España, además de otro SUV eléctrico y alguna sorpresa que todavía no han desvelado. Pero lo que parece que no tendremos será una nueva pick-up de Mitsubishi.
La Mitsubishi L200 es (o era, cuando la teníamos en Europa) una de las pick-up más duras y preparadas del mercado, probablemente el rival más difícil para la Toyota Hilux. Un 4×4 que estaba diseñado para el trabajo, con gran capacidad de carga, con un robusto motor diésel de 150 CV y que en sus versiones más equipadas no tenía nada que envidiar a un SUV premium.
Estamos viviendo una época dorada con el todoterreno, una época fantástica con multitud de modelos que son una verdadera delicia del 4×4: Ford Bronco, Land Cruiser 250, Land Rover Defender, Ineos Grenadier, Jeep Wrangler Rubicon…






La fiebre es tal que Mercedes está preparando un mini Clase G (llamado Mercedes g) y Land Rover más de lo mismo con un «baby Defender». Incluso marcas recién llegadas como BYD se están subiendo al barco, en su caso con la BYD Shark, una pick-up híbrida enchufable -de la cual no está claro si acabará llegando a España-.
Sin embargo, Mitsubishi descarta traer de nuevo a Europa la L200. El motivo que da la marca es sencillo: la L200 necesitaría electrificación y no es viable comercialmente. «El problema de fabricar un sistema de propulsión exclusivo para Europa es que el volumen [de ventas] simplemente no es suficiente», asegura Krol.
Hacer una pick-up microhíbrida como ha hecho Toyota con la Hilux es una solución relativamente barata, pero Mitsubishi probablemente necesita dos escalones más. Necesita una pick-up híbrida enchufable y eso sí es más caro de fabricar. La marca japonesa tiene modelos híbridos e híbridos enchufables, con emisiones relativamente contenidas, pero una pick-up como la L200, con unas emisiones de CO2 en torno a 250-270 g/km echaría por tierra el límite que los fabricantes deben cumplir.
La normativa CAFE, que entrará en vigor en 2027 tras la moratoria de la Comisión Europea, establece un máximo de 93,6 g/km de CO2 en las emisiones medias de cada fabricante (o pool de fabricantes). Para poder vender una pick-up con 250 g/km de CO2, se necesita vender muchos eléctricos (cosa que Mitsubishi no tiene actualmente) o un gran número de híbridos enchufables con muy bajas emisiones. Pero los híbridos enchufables también están bajo la lupa de la Comisión Europea y no podemos descartar que vuelvan a endurecer las pruebas de homologación de los híbridos PHEV para conseguir datos más ajustados a la realidad.
En el lado opuesto del mercado, Mitsubishi sí estaría dispuesta a traer a Europa coches pequeños tipo kei car, según Krol. El ex CEO de Renault, Luca de Meo, y el presidente de Stellantis, John Elkann, dijeron hace poco que la UE debería ajustar ciertas normativas (en seguridad principalmente) para permitir este tipo de coches. Desde Mitsubishi creen que sería «una buena herramienta» para impulsar la movilidad eléctrica, pero traerlos a Europa es más difícil de lo que parece. Pero levantar la mano en materia de seguridad quizá sea una mala idea.
Imágenes de la Mitsubishi L200





