El Rimac Nevera fue revelado al mundo a finales de 2021, como la versión de producción del espectacular Rimac C_Two conceptual. Su desarrollo había comenzado a finales de 2016, y a día de hoy, sigue siendo el hiperdeportivo eléctrico más rápido del mundo. Pese a llevar cerca de tres años a la venta, quizá te sorprenda saber que solo se han vendido 50 de las 150 unidades inicialmente planeadas. Maté Rimac, fundador de la marca y director de Rimac-Bugatti, ha reconocido recientemente que el Nevera no ha cumplido sus expectativas comerciales.
En una entrevista con el medio británico Autocar, en el contexto de la conferencia «Financial Times Future of the Car», ha reconocido que el público que compra un hipercoche ya no ve tan llamativos y atractivos a los coches eléctricos. Alude varias razones, sin pelos en la lengua y hablando desde la voz de la experiencia. «Cuando comenzamos el desarrollo del Nevera los coches eléctricos eran atractivos. Ahora la electromovilidad es común, y los compradores de hipercoches buscan diferenciarse del resto del mercado.»
Fotos del Rimac Nevera
En parte, culpa a los gobiernos e instituciones supranacionales: «Los reguladores y algunos fabricantes han presionado tanto que la narrativa ha cambiado. Están forzando al público a coches que no demanda y el público está rechazando esta imposición.» En el nicho de mercado donde Rimac trabaja esto se traduce en una clara demanda de vehículos de combustión interna, un fuerte componente pasional, y tecnología analógica. La prueba es que Ferrari sigue manteniendo con vida sus V12, y el próximo Bugatti montará un motor V16 atmosférico.
Maté establece una comparación muy certera con el mundo de los relojes. Un Apple Watch puede hacer muchas más cosas, y hacerlas mejor, que un reloj convencional. Es más preciso, está conectado a internet, permite hacer llamadas o incluso analizar tu ritmo cardiaco. «Pero nadie está dispuesto a pagar 200.000 dólares por un Apple Watch.» Sin embargo, nadie duda en pagar ese dinero, o mucho más, por relojes automáticos analógicos. Mucho menos precisos, mucho menos polivalentes y mucho más delicados. Pero con alma.
Rimac admite que existe un mercado para los hipercoches eléctricos y para coches como el Nevera, y cree que hubieran tenido más éxito con un Bugatti eléctrico – por el tirón de la marca. Pero no niega lo evidente, sus ventas no llegarían, ni de lejos, a las que tendrá el sucesor del Bugatti Chiron con motor V16. En cualquier caso, Rimac apuesta por un futuro donde «harán cosas que otros no pueden hacer para ofrecer una experiencia única.» Rimac no es una marca de coches eléctricos y no se cierra a la combustión interna.
De hecho, están pensando en el hidrógeno, el GLP o incluso el diésel. El objetivo final es sorprender y emocionar.
Fotos del Rimac Nevera
