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Qué es la tasa de carga máxima de un coche eléctrico

Uno de los elementos que más caracteriza a un coche eléctrico es la tasa de carga máxima, pues la capacidad de los coches eléctricos para viajar depende en gran medida no solo de la capacidad de su batería, sino también de lo rápido que se puedan recargar. Si quieres cambiar a un coche eléctrico, conocer la tasa de carga máxima es crucial para asegurarte de que tendrás la autonomía y la comodidad que necesitas para tus desplazamientos diarios o tus viajes de fin de semana.

La tasa de carga máxima: ¿cómo de rápido carga un coche?

La tasa de carga máxima de un coche eléctrico se refiere a la cantidad máxima de energía eléctrica que puede suministrarse a la batería del coche en un periodo de tiempo determinado. Esta suele medirse en kilovatios (kW). En pocas palabras, la tasa de carga máxima determina la rapidez con la que se puede cargar la batería del coche, y es uno de los factores más importantes que determinan la practicidad de los coches eléctricos.

Una tasa de carga más alta significa que el coche se puede cargar más rápidamente, lo que permite cargarlo en menos tiempo. Esto es muy eficiente para viajes largos. Por otro lado, una tasa de carga más baja significa que el coche tardará más en cargarse, lo que puede hacer que el coche sea menos práctico para conducir largas distancias.

Factores que influyen en la tasa de carga máxima

La tasa de carga máxima depende de varios factores, como el tipo y la capacidad de la batería, el tipo de estación de carga utilizada y el sistema de carga del coche. En general, los coches eléctricos más caros tienden a tener tasas de carga máxima más altas, ya que tienen baterías y sistemas de carga más avanzados.

Para hacernos una idea, el Tesla Model S tiene una potencia máxima de carga de 250 kW en corriente continua (16,5 kW en corriente alterna), mientras que el Audi e-tron tiene una potencia máxima de 150 kW. El Nissan Leaf, por su parte, tiene una tasa de carga máxima de solo 6,6 kW en corriente alterna.

Por otro lado, el frío puede reducir la velocidad a la que se cargan los coches eléctricos, mientras que la carga durante las horas punta del día también puede afectar a la velocidad de carga, ya que la red está sometida a una mayor demanda. La velocidad de un cargador público también se ve afectada si la potencia de carga acumulada de los coches eléctricos conectados supera la potencia máxima ofrecida por la estación de carga. Otro factor a tener en cuenta es que las baterías tardan más en cargarse cuando su nivel es inferior al 20% o superior al 80%. Aunque quizás lo mejor es que no superes esos extremos, sino que evites una descarga profunda y optes siempre por una carga parcial.

Influencia de la infraestructura de recarga en la tasa de carga máxima

La infraestructura de recarga desempeña un papel crucial a la hora de influir en la tasa de carga máxima de un coche eléctrico. Cuando hablamos de la infraestructura de recarga nos referimos a la red de estaciones de recarga que suministran electricidad a los coches eléctricos. La disponibilidad y la calidad de las estaciones de carga determinan la comodidad de cargar un coche eléctrico y la velocidad máxima de carga que puede alcanzarse.

El tipo de estación de carga afecta a la velocidad máxima de carga de un coche eléctrico. Las estaciones de carga lenta se utilizan normalmente en casa o en los garajes de las oficinas, y pueden tardar varias horas en cargar completamente una batería.

Por otro lado, las estaciones de carga rápida suelen estar situadas a lo largo de las autopistas o en paradas de descanso, y pueden recargar una batería al 80% de su capacidad en 30 minutos o menos.

El papel de la temperatura en la gestión de la batería

La temperatura juega un papel importante en la gestión de la carga de las baterías de los coches eléctricos. La carga a temperaturas más altas aumenta la velocidad de carga, pero esto también puede degradar la resistencia interna de la batería con el tiempo. Por otro lado, la carga a temperaturas más bajas puede hacer que la carga sea más lenta.

Los coches eléctricos utilizan diferentes sistemas de refrigeración para mantener la temperatura óptima de funcionamiento de la batería. Los BMS, o sistemas de gestión de la batería se encargan de mantener la temperatura y la tasa de carga en los niveles óptimos.

Sin embargo, siempre será importante tener presente cómo puede afectar la temperatura ambiente a la batería de nuestro coche eléctrico para evitar someterlo a esfuerzos exigentes que puedan dañar la batería, como intentar realizar una carga rápida en una tarde de verano a pleno sol.

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