La división i de BMW para vehículos eléctricos se acercó ayer un poco más a la realidad con la presentación de sus primeros modelos conceptuales, el i3 y el i8. El primero supone la confirmación del anteriormente conocido como MegaCity, mientras que el segundo puede considerarse una nueva etapa en la evolución del Vision EfficientDynamics, un prototipo presentado en el Salón de Frankfurt de 2009 y que cada vez ve más cerca su lanzamiento al mercado.
Además, BMW también ha presentado lo que denomina LifeDrive, un nuevo concepto de carrocería diseñada específicamente para este tipo de automóviles que consta de dos módulos independientes (Life y Drive) y que integra por separado el bastidor y el chasis monocasco de CFRP que se apoya sobre él. Con LifeDrive, los bávaros pretenden abrir nuevas puertas a la libertad de diseño y un nuevo frente para el avance de la arquitectura de sus vehículos.
Tanto el BMW i3 como el i5 se caracterizan por el empleo masivo de la fibra de carbono, un material limitado hasta ahora a los deportivos más exclusivos del mercado. De hecho, el módulo Life está totalmente construido en CFRP (plástico reforzado con fibra de carbono). Todo esto ha sido posible gracias al acuerdo alcanzado por BMW y el fabricante SGL Automotive Carbon Fibers, que permitió la construcción de una planta de producción en EEUU para cubrir las necesidades de la marca en la fabricación de estos modelos.
BMW i3: el esperado MegaCity se hace realidad
El modelo pequeño de BMW i no ha dejado indiferente a nadie: pese a que no deja de ser un concepto, parece que el de producción no se alejará demasiado de lo que vemos en las fotografías. Sus líneas de aspecto futurista, la carrocería iluminada por leds azul eléctrico y la gran superficie acristalada en la que se envuelve el habitáculo prometen atraer las miradas de todos los que tengan la suerte de cruzarse con él.
La gran amplitud del interior es posible gracias a la ya citada tecnología LifeDrive. Bajo el suelo se encuentran las baterías de ión-litio, con autonomía suficiente para poder circular sin problemas en ciudad (hasta 160 kilómetros con una única recarga) y cuya disposición permite mantener el centro de gravedad a muy baja altura, algo que redunda de forma positiva en la estabilidad. Otro apartado interesante tiene que ver con el tiempo de recarga: se puede cargar hasta un 80% en una sola hora siempre que se utilice un cargador rápido, aunque se alargará hasta las 6 horas si se prefiere cargar el 100% utilizando un enchufe convencional. En el apartado mecánico, el motor eléctrico entrega 170 caballos a las ruedas traseras, consigue hacer el 0 a 100 en 7,9 segundos, y alcanza una velocidad punta de 150 km/h.
BMW i8, la esperada evolución del EfficientDynamics
El hermano mayor del i3 ha ganado en “realidad” con los últimos cambios, que cada vez acercan más al EfficientDynamics a la línea de producción. En cuanto al diseño, este cupé de configuración 2+2 se caracteriza también por el empleo masivo de cristal, con una luna que se extiende de forma casi ininterrumpida desde el capó hasta el extremo opuesto del coche, y que permite apreciar todos los detalles del interior cuando observamos el automóvil desde una vista superior. No obstante, se ha reducido considerablemente la superficie transparente de las puertas, que se siguen abriendo de forma similar a las del tipo alas de gaviota, pero que en este caso pivotan sobre el marco de la luna.
El motor eléctrico, derivado del que emplea el i3, entregará 96 Cv al tren delantero. Además, el i8 llevará también un motor de gasolina de 1.5 litros acoplado al eje trasero que genera 164 caballos y 300 Nm de par máximo. La combinación de ambos permitirá hacer el 0 a 100 en 4,6 segundos y mantener el consumo medio en ciclo combinado en torno a los 2,7 litros a los 100. La velocidad máxima está limitada a 250 km/h.
En breve os ofreceremos una valoración más extensa y detallada de estos nuevos vehículos, que suponen un importante hito en la historia de BMW.
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