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Caso de éxito: ¿cómo ha regresado Mazda a los beneficios después de cinco años en pérdidas?

Aunque el resultado que se anunciaba estos días no nos pille por sorpresa, hoy es un día importante para Mazda. Por primera vez en cinco años, Mazda ha regresado a los beneficios en este último año fiscal que se cerraba el pasado 31 de marzo. En las cuentas de Mazda figura un beneficio de explotación de 449 millones de euros, un salto importante respecto a los 286 millones euros en pérdidas con que se saldaron durante el año anterior.

Por si no fuera poco, el panorama económico internacional, y en concreto del mercado japonés, así como la llegada de nuevos productos que se producirá en los próximos doce meses, auguran un futuro próximo muy halagüeño para los de Hiroshima. Su objetivo a largo plazo seguirá siendo el de alcanzar 1,7 millones de ventas anuales en 2016, una cantidad significativamente superior a los 1,24 millones de vehículos vendidos en el último año, prácticamente los mismos que en el periodo anterior.

¿Pero cómo ha llegado Mazda a los beneficios si las ventas no crecieron respecto al año anterior?

Mazda CX-5: un éxito que superó todas las expectativas en su primer año de vida

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La verdadera promoción del Mazda CX-5 no llegó hasta bien entrado 2013 por la imposibilidad de cubrir con la elevada demanda global de este modelo en su exitoso arranque comercial.

La primera clave del éxito reciente de Mazda es también la más obvia, nuevos productos. El Mazda CX-5 se ha erigido como uno de los modelos más vendidos de la marca cerrando su primer cumpleaños con 200.000 unidades en todo el mundo. El dato es aún más significativo si tenemos en cuenta que el éxito en su arranque fue tal, que la demanda excedió con creces la capacidad de producción de la cual se había dispuesto inicialmente.

En cierta medida la potencia comercial del Mazda CX-5 aún está por explotar. Durante este año desde Japón se tuvieron que limitar las exportaciones de CX-5 a ciertos mercados, incluidos el europeo. Pero desde hace unos meses la factoría de Hiroshima ya ha aumentado su capacidad de producción hasta las 240.000 unidades al año, que deberían ser suficientes para cubrir con toda la demanda.

Según anuncia la marca, las ventas iniciales del nuevo Mazda 6 han sido muy prometedoras, con lo cual será otro componente más del revulsivo de Mazda para los próximos años. Tampoco será comparable al nuevo Mazda 3 que debería darse a conocer antes de que termine este año, puesto que el compacto es el verdadero best seller de Mazda.

El éxito de SKYACTIV y la mejora del margen de beneficio por cada coche fabricado

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Mazda ha optimizado su producción, por ejemplo fabricando motores diésel y gasolina que en su esencia son muy parecidos, para aumentar la rentabilidad por cada coche producido.

Por otro lado también hemos asistido al éxito de las nuevas mecánicas SKYACTIV, en especial del diésel SKYACTIV-D. Incluso en un mercado tan concienciado por las emisiones y el valor de los híbridos de gasolina como el japonés, el motor de gasóleo ha sorprendido por cumplir con la normativa de emisiones Euro VI sin necesidad de aditivos y catalizadores de NOx adicionales. En Japón existe cierto escepticismo ante los motores diésel, pero aunque no estén afectados por la Euro VI, las normativas de emisiones del viejo continente también son para ellos una garantía medioambiental.

Hablando de motores, tampoco nos podemos olvidar de otro hecho importante. Mazda habría logrado llegar a los beneficios sin que sus ventas globales hayan crecido. Eso podría explicarse, entre otras cosas, si la rentabilidad por cada coche vendido hubiera aumentado. En el fondo, tal y como nos confirmaba Ichiro Hirose (Vicepresidente del Departamento de Investigación y Desarrollo de Mazda en Europa) en nuestra entrevista en Ginebra, las mejoras propuestas por SKYACTIV no solo están destinadas a eficiencia energética sino también a rentabilidad productiva.

Es decir, a Mazda le sale más rentable ahora fabricar productos como el nuevo CX-5, como también resulta más rentable construir dos bloques de motor a priori tan diferentes (pero en realidad tan parecidos) como el SKYACTIV de gasolina y el SKYACTIV-D de gasóleo, que se ensamblan en la misma línea de producción. Es lo que los japoneses denominan monozukuri, enfrentarse a las complejidades logísticas y los costes de producción para ser más competitivos sin reducir la calidad. Por ejemplo esta es una de las razones por las cuales el Grupo Volkswagen obtiene una gran rentabilidad por cada vehículo vendido.

La debilidad del yen beneficia a una marca exportadora como Mazda

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Un yen débil hace que para Mazda sea más rentable exportar sus productos fuera de sus fronteras. Recordemos que Mazda es eminentemente una marca exportadora.

Por último tenemos la cuestión económica internacional. No soy un experto en economía, por lo que ni puedo ni quiero dar lecciones acerca del efecto que puede tener el cambio de divisas para una marca que fabrica en Japón. Simplemente me quedaré con el interés y la obsesión de los ministros de economía japoneses de los últimos años por debilitar el yen a favor de otras monedas potentes como el dólar o el euro.

Un yen débil beneficia la exportaciones y hace que para los fabricantes japoneses sea mucho más rentable exportar sus productos a otros mercados, como el estadounidense (en el que por cierto Mazda aún no logró beneficios) o el de Europa y Rusia, donde se espera que las ventas crezcan un 17% para el próximo ejercicio fiscal.

Fuente: Mazda
Entrevistas en Diariomotor: Ichiro Hirose (Mazda Europa R&D) | Peter Birtwhistle (Mazda Europa Diseño)

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