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Voto de confianza: Volvo, Mercedes y Google asumirán la responsabilidad de los accidentes de sus coches autónomos

El advenimiento de los coches autónomos es cercano. Hace unos días escribí un artículo en el que predije que tu coche dentro de 15 años será urbano, eléctrico y autónomo. Ojalá no se cumpla esa «profecía», pero no os quepa duda de que lo único que impide en estos momentos la venta de coches autónomos son las regulaciones gubernamentales. Volvo, Mercedes y Google son tres empresas con confianza ciega en sus vehículos autónomos, hasta el punto de que asumirán la completa responsabilidad de cualquier accidente – donde la culpa sea de sus vehículos.

La inmovilidad e impasividad de los gobiernos está frenando la legalización de los coches autónomos.

Las declaraciones de Mercedes y Google han sido recogidas en el programa televisivo «60 Minutes», de la cadena estadounidense ABC. Aunque existe un marcado sesgo liberal en dicha cadena televisiva, reflejan la realidad: una total ausencia de marco regulatorio para el coche autónomo. De existir, dicho marco regulatorio ya habría permitido la circulación libre de coches autónomos y tomado medidas en caso de posibles accidentes. Ante la impasividad y bloqueo por miedo de los reguladores, Mercedes, Volvo y Google han dado un paso adelante.

Un paso adelante en el que asumen la culpa de cualquier accidente que sus coches autónomos tengan – siempre que haya sido culpa de la máquina, claro está. En el caso de Volvo, ha sido Håkan Samuelsson – presidente de la empresa – el que ha afirmado lo mismo que Mercedes y Google en un simposio del vehículo autónomo – adecuadamente titulado “A Future with Self Driving Cars – Is it Safe?” – en la Casa de Suecia en Washington DC, hace apenas unos días. También dice que la revolución autónoma está más cerca de lo que creemos.

El futuro del coche autónomo plantea cuestiones muy interesantes, a veces relacionadas con las leyes de la robótica.

Uno de los principales motivos por los que el trío de empresas asume las responsabilidades debido al impresionante historial de seguridad del coche autónomo de Google: en los 12 accidentes en los que han visto implicados sus vehículos, siempre han sido culpables los otros vehículos, pilotados por humanos. Esta fe ciega en sus coches autónomos tiene una excepción, un límite a la responsabilidad: los hackers. Ha sido Samuelsson el que afirma que el «hackeo» de un vehículo autónomo debería ser tipificado como delito.

Hemos visto lo que los hackers son capaces de hacer con un simple Jeep Cherokee – completamente alejado de lo que esperamos de un coche autónomo – pues imaginad de lo que son capaces con un coche 100% conectado, sin un conductor al volante de forma activa. Sea como fuere, se plantea imprescindible la implicación completa de los reguladores – como sabéis, desconectados del mundo en que vivimos – para llevar a buen puerto la implantación a nivel global del coche autónomo. Si tenemos la tecnología, ¿por qué no llevarla ya a las carreteras?

Fuente: Jalopnik
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