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La historia de la semana: El JGTC de 1994 y el Nissan Skyline GT-R que ganó a todo un Porsche 962C

La temporada 2015 del Super GT comienza este fin de semana en el circuito de Okayama, donde se espera una lucha cerrada entre Lexus, Nissan y Honda en el GT500 -con presencia española gracias a Lucas Ordóñez- y entre la gran multitud de equipos en el GT300. Hoy en día la normativa es más estricta y en el GT500 los coches incluso comparten chasis. Pero no siempre fue así y en 1994 llegamos a ver al espectacular Nissan Skyline GT-R imponiéndose al monstruoso Porsche 962C.

El entonces llamado JGTC (Japan GT Championship) empezaba su primera temporada «de verdad» con dos categorías en lugar de la inaugural -y en cierta forma, de demostración- de 1993. En la categoría principal, GT1, encontrábamos máquinas como el Nissan Skyline de Hoshino Racing -conocido hoy en día como Team Impul-. Ya en aquel entonces había un Nissan con los colores de Calsonic que han pasado a la historia del campeonato. El piloto era Masahiko Kageyama, campeón de 1993.

Los japoneses contaban, además de con otros Skyline, también con varios Toyota Supra. Nissan tenía otros modelos en pista como el Silvia, GT-Z y el 300ZX LM, demostrando que por algo son la marca más laureada de la historia del certamen. Adicionalmente, varias máquinas europeas completaban la lista de inscritos. Algún Porsche 911, un Lamborghini Countach y un par de Ferrari F40. ¡Hasta un Lancia 037 del mundial de rallyes -manteniendo incluso la decoración Martini- se sumó a la fiesta en una prueba! Pero sin duda, la gran atracción era el Porsche 962C del equipo Taisan.

La lógica decía que al llegar a Fuji para la primera carrera del año -disputada el mismo día de la muerte de Ayrton Senna, apenas unas horas antes-, el 962C del equipo Taisan tenía que ser el favorito. Por algo era un prototipo del Grupo C entre coches de GT. Lo que nadie podía tener en cuenta era el potencial de los coches del JGTC y el papel que la fiabilidad podía jugar. Todo seguía el plan en Fuji hasta que el Porsche número 35, pilotado por Anthony Reid, tuvo que retirarse por problemas técnicos. La temporada comenzó con doblete de Nissan y victoria de Kageyama con el Calsonic número 1.

La segunda carrera en Sendai trajo mejores resultados para Reid, que esta vez trajo consigo un Ferrari F40 en lugar del 962C. El trazado de Sendai era demasiado lento para que el Porsche pudiera rendir bien. La elección fue la correcta y logró terminar en tercera posición aunque nadie pudo parar al veteranísimo Masahiro Hasemi, que se impuso por delante de Kageyama con otro Skyline. Indudablemente, el Skyline GT-R R32 era la máquina a batir. La esperada victoria del 962C llegó en la tercera cita, de nuevo en Fuji.

A pesar de ello, Kageyama volvía a ser segundo y dejaba el campeonato encarrilado. Los problemas técnicos en la primera carrera habían dejado al equipo Taisan fuera de contención por un título que estaba al alcance de su mano. Su sentencia se firmó en Sugo, cuando el Ferrari F40 que pilotó Reid en este caso -de nuevo por ser un circuito lento- dijo basta antes de llegar a meta. Eran dos ceros y su campeonato se había terminado. De hecho, de cara a la última cita en Mine, el título estaba casi decidido a favor del Nissan número 1 azul de Kageyama.

Ni siquiera le hizo falta ganar la prueba, que se la llevó el argentino Óscar Larrauri junto a Tetsuya Ota en uno de los Ferrari F40. El segundo puesto fue para el famoso «drifter» Keiichi Tsuchiya junto con Kunimitsu Takahashi en uno de los Porsche de GT y el 962C solo pudo ser tercero, cerrando así el año y la participación de este espectacular coche en el JGTC. A partir de la temporada siguiente, no habría ya más prototipos aunque sí acabaríamos viendo coches tan espectaculares como un McLaren F1 GTR -en varias versiones-, entre otros.

El protagonismo de Porsche en esa primera temporada «real» de lo que hoy conocemos como Super GT quedó certificada gracias al título en la categoría GT2 del 964 de Sakae Obata. Poco a poco, la marca alemana iría perdiendo importancia y hoy en día los Porsche son apenas meros comparsas en el campeonato. No hace tanto que estaban luchando por victorias, por podios, por ganar… y en apenas dos años han pasado de ganar el GT300 a quedarse sin podios. ¿Puede volver Porsche a la gloria? Seguro que sí.

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