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Esto ha sido para nosotros lo peor de la temporada 2016 del Mundial de Rallyes

Llevamos unos días de un positivismo deslumbrante. El Mundial de Rallyes afrontará la próxima temporada una nueva realidad, con Ogier obligado a exprimirse al volante del que teóricamente en la actualidad no es el mejor coche, con la posibilidad de ver tramos y resúmenes gratuitamente a través de internet y con la llegada de unos World Rally Cars que se esperan sean más espectaculares que los que han rodado sobre los tramos mundialistas desde 2011.

Sin embargo, toda cara tiene su cruz, y de eso da una buena muestra la temporada 2016 de la que ya empezamos a hablar hace dos días destacando lo mejor de una campaña de la que en principio no se esperaba gran cosa y que al final nos ha mantenido en el borde de la silla durante buena parte del año. Soy consciente de que no todo el mundo tiene la misma visión que yo, ya dejé claro en su momento, que todo depende del cristal con el que se mira, pero está claro que podemos destacar las cosas ‘menos buenas’ que han surgido durante este WRC 2016. Vamos con el que posiblemente sea el último artículo hablando específicamente de la pasada campaña que leeréis antes de zambullirnos completamente en 2017.

Empezamos con la que sin duda ha sido para mí la mayor decepción entre los pilotos, más aún si ponemos en una balanza lo que pudo ser y lo que finalmente ha sido. A nadie se le escapa que la sexta posición de Jari-Matti Latvala en la general, con sólo una victoria y dos podios, no es ni de cerca el rendimiento del que sería capaz el piloto finlandés en condiciones normales. Esta vez no fue capaz de reponerse del negativo inicio de temporada y ni tan siquiera el triunfo en México le salvó de la caída anímica y de rendimiento que sufriría a partir de su accidente en la etapa del sábado en Argentina.

El propio piloto reconocía que había sufrido durante esta sesión uno de sus peores momentos de forma en su carrera deportiva. Visto desde fuera incluso se veía en peores condiciones que cuando Malcolm Wilson decidió degradarle al equipo Stobart en detrimento de François Duval. Latvala reconoció ver brotes verdes en algunos momentos, como en el Rally de Australia tras sus dos abandonos, sin embargo, se le sigue viendo serio, sabedor tal vez de que tenía que haber sacado más provecho de su paso por Volkswagen. Ahora le toca empezar de nuevo, una nueva etapa, esta vez con él como piloto referencia para el equipo.

Si me tuvieran que preguntar qué otro piloto ha estado claramente por debajo del nivel que se le presupone, ese es Mads Ostberg. El regreso a M-Sport no le ha sentado nada bien al noruego, que en ocasiones incluso ha mostrado una mezcla de desinterés y pasotismo. Su llegada a la formación de Cumbria obviamente no supuso la misma expectación que el fichaje de Ogier, incluso, sin evoluciones, el Fiesta RS WRC estaba lejos de ser un coche con el que pelear por los podios, sin embargo, Ott Tänak sí ha demostrado que tenía ese ‘algo’ que le ha faltado a ‘Mad’ Mads este año.

También faltó la victoria de Dani Sordo. El propio piloto cántabro lo ha reconocido cuando se le han mencionado los triunfos conseguidos por Paddon en Argentina y Neuville en Cerdeña este año. Pesa incluso más después de no haber podido batir finalmente a Sébastien Ogier en el Rally de Catalunya tras toda una exhibición sobre las especiales totalmente embarradas del viernes. A Sordo se le ha visto más ilusionado que nunca. Los nuevos coches parecen haber calado hondo en muchos de los pilotos y la sonrisa que se le dibuja cada vez que habla del nuevo i20 WRC llega incluso a ser contagiosa. Esperemos que en 2017 llegue esa segunda victoria que le permita superar a su paisano, ‘Chus’ Puras.

Aunque sin duda, si debemos de hablar de la mayor decepción de este año, esa ha sido la del Rallye de China. Después de saltarse el procedimiento habitual que tiene la FIA para incluir nuevos eventos en su calendario, la confirmación de que las carreteras estaban demasiado dañadas como para dar lugar a la cita llegó muy tarde, e incluso despertando más incertidumbre de si en realidad se trataba una cancelación por motivos económicos que por los rigores del temporal que azotó al país semanas antes. Todo ello, en conjunto, ha hecho que China tenga todavía más difícil regresar al WRC. La Federación ha escarmentado y si se tardó casi dos décadas en querer volver allí, puede que ahora tengamos que esperar otras dos para hacer lo propio.

Pero es cierto que la FIA no ha tenido demasiada fortuna a la hora de la toma de decisiones este año. El JWRC ha demostrado una vez más que necesita cambios, el WRC2 perdió emoción al no haber confrontación directa entre los principales candidatos al título, el R-GT se murió antes ni tan siquiera de empezar y el subcampeonato (y casi campeonato) de un sexagenario en WRC3 destapó las carencias de un sistema que obviamente necesita cambios. Ahora esperemos que la Copa FIA para privados no nazca muerta y que con ella arrastre a un WRC2 que se había mostrado a gran nivel, aunque sin demasiada proyección para los jóvenes pilotos que destacaban en ella.

La despedida de Volkswagen ha sido posiblemente una de las noticias del año dentro del automovilismo de competición, la que ha precipitado posteriormente todos los movimientos que nos han incluso ilusionado aún más de cara a 2017. Sin embargo, la pérdida de un equipo sigue siendo negativa para el campeonato, más aún cuando estamos hablando del equipo dominador de los últimos cuatro años y uno de los que más ha contribuido a la promoción del WRC desde su entrada en 2013. Deja un regusto todavía más amargo cuando la decisión de terminar el proyecto no ha sido por cuestiones deportivas y sí con el cambio de política del Grupo. Al final de cuentas, estos días movidos de la Silly Season se terminarán y cuando lleguemos a una etapa de hastío dentro del campeonato, que llegará, seguiremos teniendo un fabricante menos.

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